El cambio climático y los fenómenos extremos tensan los precios de los seguros en España
El país cuenta con dos entidades públicas de financiación privada, el Consorcio y Agroseguro, que se hacen cargo de los daños causados por grandes temporales e inundaciones y moderan las subidas de las pólizas


El cambio climático y los fenómenos extremos que impulsa —de tormentas y granizo a olas de calor, pasando por sequías y grandes incendios— están impactando ya en los precios de los seguros en España. EL PAÍS ha preguntado a una decena de aseguradoras —dos han declinado participar— y la mayoría confirma que estos riesgos implican subidas, si bien moderadas por el sistema de reaseguro español: hay dos entidades públicas de financiación privada, el Consorcio de Compensación de Seguros y Agroseguro, que se hacen cargo de los daños causados por los fenómenos más virulentos, como la dana de Valencia. Este sistema aleja por ahora el riesgo de que algunas zonas queden excluidas de cobertura por las aseguradoras, como ya pasa en lugares de EE UU que han vivido graves catástrofes climáticas. Mientras, los seguros agrarios no dejan de expandirse ante el aumento de sequías, granizos y grandes fuegos.
A grandes rasgos, las aseguradoras cubren daños por heladas, tormentas, nieve y granizo, además de incendios como los que han arrasado España este verano —que suelen afectar a pocas viviendas aseguradas—. El Consorcio, por su parte, se hace cargo de inundaciones y temporales con vientos de más de 120 kilómetros por hora, así como terremotos y erupciones volcánicas —como en La Palma—, pero solo para asegurados. Agroseguro funciona de forma similar para hacer frente de forma mutualizada a los daños más graves causados en el campo.

“Se constata un aumento de la frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos asociados al cambio climático, y ello conlleva un aumento de la siniestralidad del seguro Multirriesgo, en parte cubierta por el Consorcio. Estos impactos, junto con el incremento de los costes de los siniestros por la inflación, están tensionando al alza las primas de estos seguros”, detalla un portavoz de SegurCaixa Adeslas.
Es un diagnóstico parecido al que hacen otras aseguradoras, como Occident (Catalana Occidente) o Allianz, donde consideran que esta mitigación de los precios propiciadas por el Consorcio son muy distintas a otros escenarios, como Estados Unidos, donde dependiendo de las zonas “puede llegar a ser muy difícil encontrar seguros asequibles para riesgos como incendios e inundaciones”.

Rafael Manchón, director de Colocación de Riesgos de PIB Group —que aglutina corredurías en 20 urbes—, tercia: “Los incendios, inundaciones y riadas se han vuelto más frecuentes e intensos debido al cambio climático. Esto aumenta los riesgos para las aseguradoras que, consecuentemente, han provocado incrementos en las tarifas de los seguros de hogar y de vida en España”.
Mutua Madrileña destaca que “cuando ocurren fenómenos meteorológicos extraordinarios, aumenta el interés por la contratación de pólizas durante las semanas siguientes al suceso, como ha pasado tras tragedias como la dana de Valencia o el volcán de la Palma”, pero no se pronuncia sobre aumento de precios.
Mientas, AXA apunta que “la fijación de precios se produce por muchos condicionantes, entre ellos la siniestralidad, que está más vinculada al cambio climático, aunque también influye la inflación”. En cualquier caso, reconoce que “se está constatado es que los efectos del cambio climático provocan eventos que aumentan la siniestralidad y, por tanto, tienen que considerarse en el precio de los seguros”.
Aunque todas las marcas incluyen el cambio climático en sus informes de evaluación de riesgos, algunas matizan las variaciones en el precio. En Zúrich destacan que “los siniestros por catástrofes naturales indemnizados por el Consorcio, cuya tarifa es independiente de la de la compañía, casi no afectan al precio del seguro de hogar o vida. En el caso de siniestros cubiertos por las aseguradoras como los incendios, la evolución siniestral determina si afecta o no al precio”.
Poca afectación de los incendios
Respecto a los grandes fuegos de este verano, que han calcinado sobre todo bosques —en general, no asegurados—, su influencia en el sector es pequeña. En cuanto a viviendas quemadas, Interior no cuenta con cifras totales —dependen de las comunidades—, pero por ejemplo Castilla y León ha contabilizado 235 inmuebles afectados, de ellos solo 42 habitados.
“Nuestro grado de afectación en el caso de los incendios ha sido muy residual”, dicen en SegurCaixa Adeslas. Lo confirma AXA: “El impacto [de los fuegos] no ha sido importante a nivel económico para el sector asegurador, porque las tasas de aseguramiento de las zonas principalmente afectadas (León, Orense o Zamora…) son de las más bajas en España, según la Memoria Social del Seguro“. Allianz, en cambio, ve que “la ola de incendios supone un incremento notable de siniestros en viviendas, explotaciones agrícolas, negocios o vehículos”.
Manchón, de PIB Group, cree que este factor influirá a largo plazo: “A medida que aumenta la frecuencia e intensidad de las consecuencias de los incendios forestales, la disponibilidad de seguros en las áreas geográficas de mayor riesgo está disminuyendo, con el consiguiente incremento de primas debido tanto a siniestralidad como a disminución de oferta aseguradora”.
Más allá de este aspecto, “el modelo español de prevención de riesgos climáticos es la envidia de Europa”, explicó en CincoDías Mirenchu del Valle, presidenta de la patronal de seguros Unespa. “Tenemos un modelo único para protegernos ante los riesgos climáticos. Gracias a la combinación del Consorcio y Agroseguro, se ha creado un sistema mucho más evolucionado y que es la envidia de otros países”.
Flavia Rodríguez Ponga, directora del Consorcio, explica a EL PAÍS: “Es una estructura única que cubre a todas las pólizas de seguros de daños y de personas, en las mismas condiciones que tenían para los daños ordinarios. En otros países, esas coberturas van independientes: pueden estar cubiertos frente a riesgos ordinarios, pero no frente a grandes inundaciones o terremotos”. Además, destaca que en España “todas las pólizas están cubiertas, y al haber una masa muy grande de asegurados, hace que lo que se cobra en cada póliza [por el Consorcio] sea muy poco. Por ejemplo, un seguro de coches paga 2,1 euros al año, mientras que en viviendas se pagan 7 euros al año por cada 100.000 euros asegurados”.

Esta característica hace que en España no haya, por ahora, zonas excluidas por las aseguradoras. “En otros países puede ocurrir que algunas viviendas ya no se cubran, mientras que en España hay una cobertura generalizada a precios más asequibles”, dice Rodríguez. Las aseguradoras consultadas confirman que es cierto, si bien el portavoz de PIB Group explica: “No hay zonas donde sea imposible obtener un seguro de vivienda, pero hay áreas donde es más costoso por riesgos climáticos, como podrían ser zonas costeras o aquellas propensas a inundaciones o incendios”.
Uno de los sectores que más sufre estos efectos son los agricultores y ganaderos, que en España disponen de Agroseguro, una entidad pública que gestiona los seguros agrarios combinados. “2025 será el año con mayor superficie siniestrada por incendio en explotaciones agrícolas y ganaderas desde 2020, así como el de mayores indemnizaciones”, apunta una portavoz. Esto está llevando a que cada vez más profesionales del sector primario se aseguren.
Además, “la incidencia de la actual realidad climática se constata en el aumento de las indemnizaciones abonadas por Agroseguro en los últimos años. 2024 ha sido el cuarto año consecutivo por encima de los 700 millones de euros en siniestralidad, con especial atención a las indemnizaciones históricas abonadas en 2023, tras la sequía sufrida en la península Ibérica, y que elevó la siniestralidad hasta los 1.241 millones, tras abonar casi 500 millones de por daños provocados por la sequía”, continúa.

Según sus datos, las sequías han aumentado en los últimos años, con episodios graves en 2012, 2017, 2019, 2022, 2023 y 2024. Además, el campo se ha enfrentado a frecuentes heladas, sobre todo en 2022 y 2024. “En el caso de las tormentas, es llamativo la descarga constante de las de pedrisco, que cada vez se producen en periodos más amplios del año —por ejemplo, en 2023 provocó siniestros en 600.000 hectáreas agrícolas aseguradas—”. A pesar de todo esto, el Sistema Español de Seguros Agrarios no se ha planteado subir primas, precisamente por contar con este método mutualizado.
Olas de calor y seguros de vida
En cuanto a los seguros de vida, las primas se calculan a partir de muchos factores, por lo que las olas de calor y otros fenómenos climáticos todavía no afectan a su precio. Así lo explica un portavoz de VidaCaixa: “A nivel de tarificación, los cálculos financiero-actuariales en los que se basan los seguros de vida tienen su base en las estadísticas de mortalidad que aprueba la Dirección General de Seguros”, mientras que el Consorcio se hace cargo de muchos fenómenos, “por lo que estos eventos no impactan de forma directa en la actividad de las aseguradoras”.
Coincide Allianz: “El cambio climático todavía no está teniendo un impacto relevante en las tarifas de los seguros de vida”, porque “los efectos de olas de calor o danas son menos significativos que el aumento de la longevidad”.
PIB Group contrapone: “Las olas de calor tienen un impacto significativo en las personas: pueden provocar la aparición de nuevas enfermedades y el agravamiento de las ya existentes. Además, aumentan la incidencia de golpes de calor, enfermedades cardiovasculares, respiratorias y crónicas. Como resultado, algunas aseguradoras han ajustado sus tarifas para reflejar estos riesgos adicionales. Aunque el impacto ha sido modesto hasta ahora, es probable que las tarifas aumenten a medida que estos eventos climáticos se vuelvan más frecuentes y severos”.
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