Relaciones problemáticas
¿Poseen tus relaciones de amistad la propiedad transitiva? Esa pregunta filosófica sirve como aperitivo para introducir a los ‘trabaneuronas’ que juegan a contar parientes


Ningún lector ha aceptado la invitación, planteada la semana pasada, de proponer otros ejemplos similares a los números de Erdös y Bacon, así que empezaré yo, a ver si alguien más se anima
En España, cada año son alcanzadas por un rayo entre 20 y 30 personas, y aproximadamente la mitad mueren a causa de ello. Digamos que si eres una de esas personas, tu número fulmíneo es 0; si has tocado a alguna de esas personas, tu nF es 1, y así sucesivamente. ¿Cuál crees que puede ser el tuyo? Aunque no es este el caso, los números de cuyo criterio de conexión es el contacto físico pueden tener interés epidemiológico.
Y hablando de contacto físico, yo le di la mano a la reina Letizia (cuando era princesa), por lo que mi nL manual es 1, y el de quienes me han dado la mano a mí es 2. ¿Cuál es el tuyo?
El equivalente español de Kevin Bacon podría ser José Luis López Vázquez, cuyas intervenciones (y no solo como actor) en películas y programas de televisión se cuentan por cientos. ¿Cuál crees que puede ser tu número de Vázquez, si por conexión se entiende haber participado de alguna manera en una misma obra cinematográfica o televisiva?
La dudosa transitividad de la amistad
¿Y la amistad, no es un buen criterio de conexión para los números de? A primera vista lo parece, pero resulta engañoso, porque, a pesar de la consabida —y muy optimista— afirmación de que “los amigos de mis amigos son mis amigos”, en la práctica solo es así en algunos casos.
La amistad no posee necesariamente la propiedad transitiva, que establece que si una relación se da entre el primer elemento y el segundo, y también entre el segundo y el tercero, entonces se da entre el primero y el tercero (en términos matemáticos, si a = b y b = c, a = c). ¿Cómo describirías en términos de lógica formal este hecho paradójico? ¿Tiene alguna relación con la paradoja sorites?
Problemas relacionales
Y puestos a hablar de relaciones personales, veamos algunos problemas relacionales (de los que tiene que ver con el parentesco y no con la conducta, que esos son mucho más complejos). Podríamos llamarlos trabaneuronas, porque son el equivalente mental —y parental— de los trabalenguas:
1. Marta es la única hermana del padre del marido de la única hermana de mi padre. ¿Qué relación de parentesco tiene el hermano de Marta con la hermana de mi padre?
2. Alrededor de una mesa se sientan a comer un abuelo, dos padres, un tío, tres hijos, un nieto, un sobrino, y dos hermanos. ¿Cuántos comensales hay, como mínimo?
3. Antonio es el padre de Bruno, Carlos es hijo de Daniel y hermano de Antonio. ¿Quién es el padre del tío del padre del hijo de Bruno?
4. ¿Qué parentesco tiene conmigo el tío del hijo de la única hermana de mi padre?
5. Tres madres y tres hijas en unión, ¿cuántas mujeres son?
El verdadero desafío es resolverlos mentalmente y sin aire acondicionado.
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