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El miedo al comunismo y los temores por la pérdida de derechos sociales mueven la aguja de las elecciones presidenciales en Chile

EL PAÍS analiza con los votantes los motivos para apoyar al ultraconservador José Antonio Kast o la izquierdista Jeannette Jara en la segunda vuelta del domingo 14

Unos 15,7 millones de votantes están convocados para elegir este domingo, 14 de diciembre, entre dos candidatos presidenciales ubicados en las antípodas políticas: el ultraconservador José Antonio Kast, representante de las derechas, y la comunista Jeannette Jara, abanderada de las izquierdas.

Los que apoyan al republicano, que intenta por tercera vez llegar al Palacio de La Moneda, apuestan a que concretará sus promesas de mano dura contra la delincuencia en un país que ha visto recrudecer los homicidios y florecer nuevos crímenes como el secuestro y la extorsión en los últimos cinco años, aunque todavía con tasas de criminalidad muy inferiores al promedio de América Latina. Manifiestan sentirse atraídos por la promesa de sacar a más de 330.000 migrantes en situación irregular en Chile y critican a la adversaria de Kast por su militancia en el Partido Comunista y porque consideran que será una continuidad del Gobierno de Gabriel Boric, del cual fue ministra entre marzo de 2022 y abril de 2025.

Los que votarán por Jara suelen repetir algo que la candidata oficialista y el mismo presidente Boric dicen durante esta campaña: “Chile no se cae a pedazos”. Defienden a la izquierdista por su capacidad de generar acuerdos con diferentes sectores políticos, mencionando los que lideró cuando estuvo a cargo del ministerio del Trabajo, como la ley de 40 horas laborales y la última reforma de pensiones. Y, en cambio, expresan sus miedos respecto a una eventual Administración de Kast por considerar que podría retroceder en derechos sociales y profundizar las divisiones entre los chilenos.

Jocelyn Alzola, de 40 años: “Tengo miedo de que Kast sea una copia de Javier Milei”

La estudiante de Ingeniería Informática y comerciante le dará su voto a Jara porque está convencida de que la exministra del Trabajo puede ofrecer estabilidad al país: “Chile no se está cayendo a pedazos como quieren hacer creer. Solo es cuestión de ver los indicadores económicos, informarse más allá de lo que se muestra en las redes sociales”. De Kast no le gusta su discurso, que le parece hostil: “Va en contra de la clase trabajadora. Él quiere quitar muchos beneficios. Tengo miedo de que Kast sea una copia de Javier Milei, que suceda lo mismo que en Argentina. Eso podría ser un retroceso en jornadas laborales y la agenda valórica [temas como derechos sexuales y reproductivos y relacionados con principios morales]. Me da miedo su historia familiar y sus posturas a favor de Pinochet, nuestro país debe tener memoria, recordar lo que se vivió en la dictadura”.

Miguel Atal: “Necesitamos una mano firme”

El empresario de 60 años se toma un café en compañía de dos amigos —Jorge Zúñiga (62), también empresario y Miguel Pérez (79), médico— en el céntrico Paseo Ahumada. Todos votarán por Kast. Atal espera que el republicano en caso de ganar la Presidencia haga una reforma tributaria “para que las empresas puedan reinvertir y crecer”. “La idea es aumentar la riqueza del país y eso lo garantiza Kast”, complementa Pérez, a la vez que sostiene que el republicano “tiene bastantes posibilidades de enderezar el país”. Además, en materia de seguridad ciudadana, Atal confía en que tendrá “una mano firme que empiece a eliminar toda la borra que llegó”, refiriéndose a la inmigración.

Catalina Sierra, 24 años: “Jara es dialogante, lo que facilita la búsqueda de acuerdos”

La artista visual vive en La Araucanía, en el sur de Chile, pero visita Santiago por estos días. Entre risas, asegura que se ha documentado bien para poder debatir con toda su familia, que apoya a la derecha, esta vez la extrema. Ella, en cambio, votará sin titubeos por Jara, de quien le gustan sus propuestas y trayectoria política. “Es una persona muy social, que respetará nuestros derechos. Jara es dialogante, lo que facilita la búsqueda de acuerdos”. Del republicano no le gustan convicciones ultraconservadoras: “No es dialogante y eso se ha notado en sus debates y entrevistas. Si bien ahora se muestra más moderado, en toda su trayectoria mostró machismo. Con él habría retrocesos en derechos de la mujer y otros ámbitos. En su equipo hay personas extremistas, como Johannes Kaiser”.

Cecilia Bobadilla, 63 años: Kast “es inteligente y va a estar rodeado de gente capaz”

Esta ejecutiva de una empresa estadounidense dice con orgullo que votará por Kast el domingo. “Porque es gente [de nivel social alto], porque tiene las ideas claras, y aunque le va a costar un mundo [mucho] porque el rotaje [las personas de extractos populares] que vive en este país le va a hacer la vida imposible, el gallo [tipo] es inteligente, va a estar rodeado de gente capaz (…) con preparación, con instrucción y con educación”. Para Bobadilla, quien camina del brazo con su madre Josefina Paul, de 84 años, por la avenida Providencia, la prioridad de un Gobierno de Kast debe ser expulsar a los migrantes —“a los que no sirven”, aclara— y ponerle un freno a la delincuencia. “No puede ser que nos estemos armando, poniendo rejas y todos en nuestras casas, mientras los hueones [por los criminales] andan afuera en las calles” delinquiendo.

Jorge Garcés, 64 años: “Jara mantendrá la democracia, Kast será un retroceso”

Este comunicador social, que vende antigüedades en el bohemio Barrio Lastarria de Santiago, siempre ha votado por la izquierda. Él y su familia fueron víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), una de las más feroces de América Latina: “Yo estuve preso durante la dictadura. Cuando apenas tenía 11 años me sacaron del pelo junto a mi papá y mis hermanos, para meternos en una cancha, como si fuera un campo de concentración, y ahí cambió mi vida. Siempre luché contra la dictadura, pero no violentamente, sino con mis ideas”. Este domingo votará por la opción de la izquierda. “Jara mantendrá la democracia, Kast será un retroceso para nuestra democracia. Si él gana, el país estará polarizado. Él no tiene respuestas, para él todo es depende. No es serio porque avala las violaciones a los derechos humanos, no es un tipo limpio ni transparente”, argumenta.

Génesis Gómez, 33 años: “Vine huyendo del comunismo y espero que Chile no caiga en eso”

Para esta venezolana, que vende panes artesanales en un kiosco a pasos de la torre Costanera, la más alta de Sudamérica, no hay más opción que Kast. Lleva 10 años en Chile y votará por el republicano el domingo. “Yo vine huyendo de todo lo que fue socialismo allá, el comunismo, y espero que Chile no caiga en eso. Yo voy por Kast”, afirma y destaca que por su historia de vida “siempre” votará por la derecha. “Kast me da muchísima seguridad, porque es justamente todo lo contrario de lo que yo hui. Yo quiero un empresario, que sepa administrar y alguien que sepa representar un país”, asegura.

Sebastián Quevedo, 39 años: “Hay una amenaza real con Kast, es un político que polariza”

Para este fonoaudiólogo, Jara puede garantizar derechos sociales, economía y seguridad a la ciudadanía. “Mi candidata propone mejorar la calidad de vida de todos, tanto la seguridad como los derechos sociales. Ella puede llegar a grandes acuerdos y eso es importante para nuestra democracia. Su programa es más realista que el de Kast”, explica. A Quevedo le inquieta un eventual Gobierno del republicano: “Hay una amenaza real con Kast, es un político que polariza. Él no logra acuerdos, su discurso político se basa en la confrontación y en la división, más cuando Chile es un país que necesita unión”.

Maximiliano García, 21 años: “Comparto los valores de Kast”

El estudiante de Derecho en la Universidad Católica de Chile sigue la historia política del hoy candidato del Partido Republicano desde 2017, cuando compitió como independiente en las elecciones presidenciales. Este año, ya con edad para sufragar, le dio su voto en la primera vuelta y volverá a hacerlo el próximo domingo. “Yo soy católico y me parece que José Antonio Kast lleva ciertos valores y muchas cosas que comparto con él”, asegura tras terminar un examen de fin de año. Reconoce que le molesta que algunos temas Kast no los hable, como su oposición al aborto, al matrimonio igualitario o posibles indultos a los violadores a los derechos humanos en la dictadura, aunque entiende que es una estrategia electoral. “Tiene que hacerlo para ganar votos. Siento que es el menos mentiroso de la derecha, pero para ganar una elección no puedes decir todo lo que piensas”, sostiene.

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