¿Jeannette Jara será la sorpresa el domingo 29?

Al momento de inscribirse los candidatos de los partidos de Gobierno a las primarias, todo hacía pensar que esta elección era carrera ganada para la candidata Carolina Tohá. Todos y todas suponían que el amplio espectro de partidos que apoyan su candidatura -donde se cuenta el Partido Socialista, Por la Democracia, Radical y Liberal –y más tarde se sumó la Democracia Cristiana (DC)- le aseguraban un triunfo holgado.

Sin embargo, a medida que avanzó la campaña, comenzó a despuntar la candidata Jeannette Jara. Por un lado, su carisma, cercanía y raigambre popular le han permitido empatizar con el ciudadano de a pie.

Por otro, la visibilización de los logros alcanzados mientras encabezó el ministerio del trabajo –Ley 40 horas, salario mínimo de 500.000 pesos y la reforma previsional- la han posicionado como una figura de terreno, que resuelve problemas concretos, frente a la elite política ensimismada en polémicas que a nadie más le importan. Además, un audaz uso de las redes sociales, donde se recurre a un lenguaje coloquial con frases como Tía Jeanet y una estética Kawaii, ayudan a entender cómo Jara ha seducido a votantes jóvenes. Sin duda, se ha transformado en el fenómeno político de la primaria.

Frente al éxito de Jeannette Jara ha surgido un fuerte cuestionamiento en clave concertacionista.

Lo primero fue apelar al miedo. La candidata Tohá afirmó que ella y Chile no deseaban ser gobernados por los comunistas. La sinopsis de esta película de terror fue breve, pues en la calle la propia gente comenzó a preguntarse cuál es el problema, si hoy hay ministros comunistas y el propio Presidente Boric gobierna con el Partido Comunista.

Después se levantó un argumento un poco mas sofisticado, aludiendo a que el programa económico era kichnerista y del pasado. Como si fuera un pecado reivindicar las ideas del economista Ricardo French-Davis, quien propone otorgar mayor protagonismo al mercado interno, para fortalecer las pequeñas y medianas empresas y mejorar la calidad del empleo.

A medida que se ha difundido sin tergiversaciones el programa económico de Jara, ha quedado claro que no existe ninguna contradicción entre fortalecer el mercado interno e impulsar el desarrollo exportador con valor agregado, avanzando a una nueva fase de industrialización.

La joya de la corona, es el consabido llamado al voto útil. En otras palabras, la instalación de la verdad bíblica de que la candidata Tohá es la única capaz de derrotar a la derecha en la elección presidencial, pues al ser una figura mucho más moderada que Jara, sería capaz de ganar el voto del centro político.

Sin embargo, este argumento falaz desconoce la porfiada realidad de las últimas dos elecciones presidenciales, donde las fuerzas democráticas perdieron frente a la derecha. En la primera fue derrotado en segunda vuelta, el militante DC y expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, mientras que en la segunda, el candidato independiente apoyado por el Partido Radical, Alejandro Guillier.

En pocas palabras, los candidatos de centro o moderados no son sinónimo de triunfo. Por el contrario, es prudente recordar que quien derrotó al candidato de extrema derecha José Antonio Kast, que hoy puntea en las encuestas, fue un joven diputado de izquierda, que forjó su liderazgo al calor de las luchas sociales: el actual Presidente de la República, Gabriel Boric.

Lo que ocurrirá este domingo 29 de junio es incierto. Solo se puede predecir que la elección será muy reñida entre Jara y Tohá.

El triunfo de Jara dependerá de su capacidad para transformar esa simpatía y apoyo popular, en una activa movilización para votar de parte de los adherentes y simpatizantes.

Y, en segundo lugar, si la candidata logra consolidar su avance en el mundo juvenil, un segmento desequilibrante, con alta capacidad de convocatoria y que en la primaria pasada le dio el triunfo a Gabriel Boric. Si los jóvenes convierten sus likes y selfies hacia votos de Jara, hay altas opciones de que la candidata sea la próxima abanderada de la centro izquierda.