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Jeannette Jara, candidata presidencial del Partido Comunista chileno: “No trabajo con lógicas refundacionales”

La abanderada del PC, que fue ministra del Trabajo de Gabriel Boric, se medirá en primarias con otras cartas del oficialismo. “Si no atendemos a las condiciones de la época en que vivimos, seríamos piezas de museo”, asegura

Entrevista Jeannette Jara

Jeannette Jara (Santiago, 51 años) es la segunda mujer en la historia del Partido Comunista chileno en asumir una candidatura presidencial; en 1999 lo fue la emblemática dirigenta, Gladys Marín, ya fallecida. Administradora pública y abogada, por tres años fue la ministra del Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, papel en el que lideró importantes proyectos, entre ellos la ley de las 40 horas (que estableció 40 horas como máximo de trabajo a la semana) y la reforma de pensiones. Renunció el 7 de abril para enfocarse en su campaña, que tiene un primer hito: las elecciones primarias del 29 de junio, en las que se medirá con otros candidatos del oficialismo: la exministra del Interior Carolina Tohá, del PPD, parte del Socialismo Democrático, de la izquierda moderada; el diputado Gonzalo Winter del Frente Amplio, la formación de Boric; Paulina Vodanovic, senadora y presidenta del Partido Socialista, y Jaime Mulet, de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS).

Jara concede esta entrevista a EL PAÍS en su comando, en la calle Cumming, en el centro de Santiago. Frente a una taza de café, la candidata del Partido Comunista y Acción Humanista aborda sus principales propuestas y desafíos. Pero no quiere ahondar en un asunto que causó revuelo en sus primeros días de candidatura: aseguró que mientras en Venezuela hay un régimen autoritario, Cuba tiene un sistema democrático diferente. “Como yo quiero ser presidenta de Chile, voy a concentrarme en nuestro país”, repite la carta del PC.

Pregunta. ¿Cuáles son los ejes de su propuesta?

Respuesta. Son, principalmente, tres ejes: economía, derechos sociales y seguridad pública. Son los prioritarios, tanto para el desarrollo nacional, como para la vida cotidiana de las y los ciudadanos.

P. ¿Y sus fortalezas como candidata?

R. Cada uno tiene su propia identidad y yo tengo una probada experiencia en gestión, que ha logrado concretarse a través de avances que cambian las condiciones objetivas de vida de las personas, que es lo que me interesa. Nos hemos atrevido a cruzar todos los puentes necesarios para convertir en realidad demandas históricas y, además, con plena convicción, sin renunciar a nuestros principios.

P. Fue pragmática como ministra.

R. Con cierta flexibilidad, como la gradualidad a la que llegamos con el proyecto de 40 horas, hemos logrado instalar que Chile tendrá 40 horas en tres años más. Es un ejemplo concreto: tengo capacidad de gestión probada. Lo segundo: tengo capacidad de construir acuerdos amplios. Casi todas las iniciativas legales que aprobé en el Congreso como ministra del Trabajo -casi todas, salvo pensiones– fueron apoyadas en forma unánime o muy mayoritariamente. Lo tercero: tengo experiencia y no solo política. También social y eso ayuda. Fui dirigente estudiantil, dirigente sindical, además de miembro del Ejecutivo con la presidenta Michelle Bachelet y con el presidente Boric, lo que me permite tener una mirada integral.

P. ¿Qué le aporta haber crecido en la población El Cortijo, un sector popular de Santiago? Usted lo ha destacado.

R. Ayuda a tener una conexión para la formulación de políticas públicas. Me siento completamente vinculada a la población de la que provengo, aunque, por cierto, hace muchos años no vivo allá. Ahí vive mi familia, están mis amigos, mis compañeros de liceo. Entonces, cuando tomo decisiones, no las tomo desde la teoría, sino que también pensando en el Chile real. Como ministra del Trabajo, tenía un pie en el ministerio y el otro pie en Conchalí. Y así tomo las decisiones.

P. Usted marca la diferencia con los otros candidatos de la izquierda que vendrían, más bien, de la élite. Parece instalar la lucha de clases.

R. Cuando las personas van a votar por ti, tienen que saber quién eres. Hablo más de mí que de los demás. Y ese es mi origen. Espero ser clara en eso. Y lo ocupo como una herramienta para construir políticas públicas.

P. Vamos a las propuestas. ¿A qué apunta en economía?

R. Buscamos potenciar el crecimiento para que, junto con beneficiar a los empleadores o a los empresarios, también alcance para las familias. Y eso significa trabajo decente y bien remunerado y reconocido. En segundo lugar: para nosotros es muy vital empujar la propuesta que disminuya la concentración económica que hay en Chile. Evitar una concentración económica desmedida que lo que hace es que, en general, los frutos de este país grande y hermoso no lleguen a la mesa de todos los chilenos y chilenas.

Jeannette Jara en Santiago, Chile.

P. ¿De qué manera?

R. Hay que trabajar en eso de una manera adecuada, como ocurre en otros países, por lo demás. En Chile existen mercados altamente concentrados, que limitan el ingreso de nuevos actores y una participación más robusta de las pequeñas y medianas empresas. Esto, en definitiva, pone trabas a la competencia, por lo que vamos a impulsar una regulación que aborde dos de los efectos de esta situación: en los procesos de licitación pública que ofrezca el Estado, cada grupo empresarial tendrá una participación máxima a la que podrá optar, a fin de promover más participantes. Y en segundo lugar, sobre las entidades que ofrecen servicios a las personas y al mismo tiempo préstamos, o servicios financieros, se regularán los intereses cruzados que se producen por concentración de su propiedad, en desmedro de los ciudadanos.

P. Su partido es marxista-leninista. ¿Cómo se expresa esto en el Chile de hoy?

R. Esto se expresa, precisamente, en la búsqueda de mejores condiciones materiales de vida para las personas. Siendo Chile un país grande y hermoso que produce muchos frutos, nuestra aspiración es que esos frutos lleguen a todos los hogares. La política se desarrolla en el contexto del tiempo que le toca vivir. Y hoy día, el combate a la desigualdad en nuestro país es una de las cosas más importantes que podemos aportar.

P. ¿Bajo un sistema democrático?

R. Por supuesto. El Partido Comunista de Chile, que tiene 112 años, siempre ha sido parte de la institucionalidad, salvo cuando lo han excluido, proscrito y perseguido.

P. ¿No es una contradicción ser marxista-leninista y ser democrático?

R. No. De ninguna forma. Cada tiempo tiene su propio afán. Hay bases y principios que se comparten, pero la dialéctica de la política hace que uno atienda a las condiciones de la época en que vive. Si no, no tiene sentido. Seríamos piezas de museo y no es nuestro afán. Nuestra vocación es ser mayoría para construir mejores condiciones de vida para las personas. Y eso, como dije, se hace en el contexto político que nos toca vivir.

P. En Chile en muchas ocasiones del pasado reciente se ha hablado de anticomunismo. ¿Lo reconoce y lo advierte?

R. Yo creo que cada vez menos. Si hoy se habla un poco más de eso, es por un tema electoral, pero no me hago cargo. A todas las personas que puedan albergar un sentimiento de esa naturaleza, les digo que ojalá puedan conocernos. Todos formamos parte de esta sociedad y la diversidad de opiniones nos enriquece. Lo digo con profunda sinceridad.

P. Pero le ha tocado escuchar, imagino: “Lo hace bien Jeannette Jara, pero es comunista”.

R. Me han hecho algunos comentarios de esa naturaleza. Mi desafío, entonces, apunta a poder dar cuenta de quiénes somos en realidad las personas de izquierda y que queremos vivir una sociedad más justa. Pero el debate público no está puesto ahí, sino en cómo proyectamos un futuro para el país. Lo que me interesa es hacer propuestas para el Chile del año 2026 al 2030.

P. De ser Gobierno, como usted pretende, ¿cómo el PC podría dialogar con mundos que históricamente han sido antagónicos, como el empresariado?

R. Me he dado cuenta de que se puede hacer de forma adecuada. En el ministerio del Trabajo, en muchas cosas logramos coincidir con el mundo empresarial. En otras no coincidimos y seguramente, de ser Gobierno, en algunos asuntos podremos avanzar y en otros tendremos posiciones divergentes, pero es parte del marco democrático. Lo importante es poner el objetivo común al centro. Porque fenómenos como el estallido social de 2019 tienen mucho que ver con los dolores del país. Y yo creo que los empresarios entendieron que el mejor negocio que pueden hacer para su propio negocio, es que Chile tenga paz social. Eso es muy necesario y para eso no pueden haber sectores descartados o excluidos, como dijo el Papa. Me interesa –como candidata del PC y de Acción Humanista, y espero de la izquierda, y ojalá también de la centroizquierda hasta la Democracia Cristiana-, que el debate político no se olvide de las personas de carne y hueso, que viven con los salarios que viven, que sufren de las pensiones que reciben, que son los más invisibilizados. Porque la política se centra en la contingencia, pero la gente todos los días tiene que ver cómo pela el ajo.

Jeannette Jara en la sede del ICAL.

P. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades del actual Gobierno?

R. Sería muy poco decoroso que, habiendo salido hace dos semanas, analizara al Gobierno.

P. Pero tendrá una opinión.

R. Es un Gobierno que tenía un ímpetu muy importante, que tuvo que combinar con un Parlamento en contra. Fue un aprendizaje en el camino que me parece valioso. Y lo segundo: yo no soy la candidata de este Gobierno. Yo aspiro a ser la candidata para la Presidencia de todos los chilenos y chilenas. Esa es mi aspiración. Y lograrlo desde una identidad de izquierda, con lo que hemos hecho bien y con lo que podemos hacer mejor, para construir un futuro progresista para Chile.

P. ¿Qué se podría haber hecho mejor?

R. Yo creo que hay varios elementos que el Gobierno podría haber tomado, inicialmente, con más fuerza.

P. ¿Por ejemplo?

R. Por cierto, los temas seguridad pública, que se convirtieron en una prioridad, pero que evidentemente tendría que –si soy elegida presidenta–, darle inmediatamente un impulso mayor. Si bien se puede haber hecho mucho esfuerzo, los temas de seguridad pública se han instalado de una manera que uno no puede tapar el sol con un dedo. Y eso genera inseguridad en las personas. No hay nada más necesario para un proyecto de izquierda que la gente viva tranquila. Si uno quiere hacer cambios, tiene que tener una base de gobernabilidad importante.

P. ¿Qué otro elemento?

R. En segundo lugar, darle prioridad a los temas de la salud pública. El desborde de los afiliados de las isapres al sistema público ha hecho que los problemas que ya había en el sistema público, hoy día se vean aumentados. Hay que hacer una reforma en salud.

P. ¿No es una contradicción que el PC, que se ha resistido en muchas ocasiones a mayor utilización de la fuerza pública, ponga ahora énfasis en la seguridad, la principal preocupación de la sociedad chilena?

R. Es deber de todos quienes estamos en política darle seguridad las personas. Efectivamente se han hecho esfuerzos, pero es una tarea permanente que requiere esfuerzos aún mayores. Lo quiero decir de esa manera bien concreta. Se habla mucho de las policías y del rol que deben jugar y a me parece muy relevante tomar medidas. Pero también hay que actuar en el ámbito preventivo, porque cuando se construyen viviendas sociales sin espacios comunes que permitan hacer vida de barrio y que los niños desde temprana edad puedan insertarse en un anclaje más social, de protección, de comunidad, de familia, corren mayores riesgos de vulnerabilidad. Hay que avanzar en los dos caminos, sin ningún complejo.

P. ¿Promete mano dura?

R. No uso frases populistas para las tareas que involucran responsabilidades serias para el futuro de Chile. El enfoque que proponemos en materia de seguridad es de carácter preventivo. Y en la parte punitiva, de persecución, proponemos el fortalecimiento de las capacidades de las policías -que es vital- y el desarrollo de inteligencia policial.

P. ¿Cuáles son las diferencias entre su candidatura y la de Tohá, que también fue ministra del Gobierno de Boric?

R. Con Carolina venimos de matrices políticas que tienen similitudes, pero que efectivamente son dos caminos que proponen cambios de distinta entidad para el país.

P. ¿Por ejemplo?

R. Por ejemplo, para nosotros el tema del crecimiento con redistribución, es fundamental. No se trata de impulsar cualquier crecimiento. Es importante que el crecimiento llegue a todas las mesas, que se generen mejores salarios. Creemos, además, que sería un impulso para la economía. Al contrario de lo que algunos piensan, la generación de mayor poder adquisitivo, tanto en los pensionados, como los trabajadores, lo que hace es permitir que la economía se mueva más. Y eso se ha demostrado cuando han habido transferencias monetarias importantes. Pero esto no puede ser siempre a costa del Estado y ahí el sector privado también tiene que hacer un esfuerzo para pasar de un concepto de salario mínimo, a un concepto de salario vital, que es con lo que la familia realmente vive. Sobre estas materias, yo por lo menos, no he escuchado referirse a mis colegas que están en esta competencia.

P. ¿Algún Gobierno o líder internacional que admire?

R. Estoy mirando con mucha atención a Claudia Sheinbaum de México.

P. Boric dijo a EL PAÍS: “La izquierda en América Latina ha tenido tendencia a no hacerse cargo de sus propios errores”. ¿Coincide?

R. Puedo hablar desde la izquierda chilena. Y observo que cuesta reconocer errores, pero es algo que ha ido cambiando. Estamos en tiempos en que se producen cambios sociales, culturales y políticos. Chile ha dado cuenta de ello, pero hay que mirar las cosas como procesos. Miro el desarrollo político histórico, de una manera que para mí no es prender y apagar la luz, ni partir todo de nuevo. No trabajo con lógicas refundacionales. Chile es parte de un proceso histórico en el que se ha avanzado -en algunos minutos menos de lo que yo hubiese querido-, en algunos se ha retrocedido, pero sobre esas bases son las que tenemos que construir y hacernos cargo.

P. ¿Cómo entiende, entonces, los cambios?

R. Para mí, los cambios son procesos. Y eso significa que pueden haber avances, retrocesos o estancamientos. Pero sobre esa base uno construye para adelante. No se descubre la rueda todos los días.

Jeannette Jara durante una entrevista para EL PAÍS.

P. Usted es, entonces, una comunista más reformista que revolucionaria.

R. No me gustan las categorías dicotómicas.

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