Química y traductora de inglés de formación, gastrónoma por pasión desde el 2013. Divulgadora gastronómica y fotógrafa para marcas de alimentación o medios como El Comidista y 'Bon Viveur', profesora de cocina en la Escuela Alambique de Madrid, recetea en su blog 'El invitado de invierno' y en donde le lleve el viento, gastronómicamente hablando.
La técnica de la papillote consiste en cocinar el alimento envuelto en un material resistente al calor como papel de horno o de aluminio para que se haga en sus propios jugos. Con los pescados, el resultado es siempre sabroso.
Cualquier pescado fresco, de calidad y de ración funcionará perfectamente con esta elaboración sencilla, resultona, aromática y que se prepara en un pispás.
Hacer ñoquis en casa no es tan trabajoso como parece. Esta versión otoñal con calabaza es sencilla de preparar, tiene un punto dulce y combina a la perfección con sabores suaves.
El pastel más fácil que se pueda imaginar, perfecto para aprovechar la maravillosa fruta de hueso del fin del verano y dar vidilla a esos melotocones o nectarinas que amenazan con eternizarse en el frutero.
Una conserva que forma parte de la cultura culinaria norteafricana, pero también puede llevarnos hasta el Oriente Medio, la India y el Sureste Asiático.
Una versión alegre y especiada de albóndigas que no se guisa en salsa sino a la plancha o parrilla, acompañada de una salsa fresca con base de yogur típica de Grecia y los Balcanes.
Las frutas y hortalizas más hidratantes del verano se alían en este plato ligero y refrescante, con el toque cítrico de la lima y el jengibre como potenciador del conjunto.
Esta sopa de maíz, tomate y pimiento amarillos no solo es una explosión de color, sino también una opción refrescante para cuando el calor te quita el hambre.
Dicen que en los años setenta el cocinero Ramón Roteta fue el primero en rellenar pimientos del piquillo, esa variedad navarra tan sabrosa. Hemos hecho una versión menos señorial que la suya con gambas y merluza.
La masa de esta coca destapada valenciana va sin fermentar, por lo que se prepara en menos tiempo que otras. Junto al tomate rematan la jugada los pimientos, unos piñoñes y la ‘tonyina de sorra’ (ventresca de atún salada).
Dos ingredientes de temporada y una base de patata, que cocinamos previamente en el microondas y rematamos en el horno el tiempo justo para que el pescado quede cocido y muy jugoso.
Este pan típico de la región italiana de Emilia-Romaña está emparentado con las tortas planas de todo el mundo. Para hacerlo solo necesitas harina de trigo, agua, sal y manteca de cerdo o aceite de oliva.
Acompañando a otros dulces, con frutas o con café: los helados se pueden combinar con otros productos o elaboraciones para obtener resultados aún más irresistibles. Aquí tienes algunas ideas.
Ha llegado la temporada de las excursiones al campo o a la playa, y con ellas, las fiambreras llenas de comida. Para tu próxima salida te proponemos estos rollitos de ensaladilla, que podrás devorar sin cubiertos.
El hummus, una receta típica en Oriente Medio, se ha extendido ya por todo el mundo. Si a ti también te encanta, prueba a hacer en casa esta versión con guisantes.
Los espárragos son uno de los ingredientes estrella de esta temporada, admiten muchísimas preparsciones diferentes y están buenísimos horneados sobre una masa de hojaldre de mantequilla.
Un bocado perfecto tanto para tomar en casa como aperitivo o cena como para llevar de excursión a la playa o al monte. Con verdura de temporada y una receta de masa casera.
Un postre o merienda tradicional de Semana Santa, cuyo misterio reside en conseguir una miga bien empapada en vino almibarado pero que no se rompa durante el proceso de rebozado.
La carne del conejo, además de ser muy magra y sabrosa, resulta tan versátil como la de pollo. Hoy la utilizamos para elaborar una de las recetas más tradicionales y sencillas con este animal: al ajillo.
Esta sopa tiene el máximo sabor con ingredientes muy comunes como pasta o arroz, verduras, hortalizas y legumbres. Todo ello acompañado con un buen chute del famoso pesto genovés.
La vaina de esta legumbre, prima hermana del guisante, se come entera y sin desgranar. Su sabor dulzón y textura crujiente hace que los tirabeques queden geniales al vapor o salteados, como en esta receta.
El invierno es tiempo de guisos de cuchara, y las legumbres son un alimento excelente para enriquecerlos. Aunque la costumbre nos lleve a la charcutería para darles sabor, hay otras opciones más sanas y ligeras.
Estos huevos escalfados son un plato versátil que siempre va a estar rico, se prepara en un pispás y se adapta a tus verduras favoritas de cualquier temporada. Viene con truco huevero de regalo.
En este momento del año cualquier propuesta de cuchara es bien recibida. Si además de reconfortar el cuerpo incluye una buena dosis de verduras y legumbres, el negocio nos sale redondo.
Este es el dulce con el que celebran en Francia el día de Reyes. Se solía acompañar con mermelada, pero hoy es habitual encontrarlo relleno de preparaciones como la crema de almendra 'frangipane'.
Se pueden preparar con restos de asados humildes o con los ingredientes más lujosos, se cocinan con antelación y admiten ingredientes vegetales, carnes, aves y del mar. ¡Devolvamos estas preparaciones a la actualidad!
El mar y la montaña, el rape y las setas, se unen en este guiso otoñal. Para esta receta hemos usado níscalos, pero realmente puedes elegir la que quieras siempre que respete el sabor delicado de este pescado.
La receta de hojaldrinas de las monjas del convento de Santa María del Socorro, en Sevilla, te saldrá bien si entiendes el concepto "ponle la harina que admita". Un poco de azúcar glas les aporta el toque dulce.
Algo tan rico y sencillo como una caballa a la plancha puede mejorar aún más con uvas maceradas con vinagre, azúcar y chile rojo. Con poco esfuerzo consigues un plato de gran categoría.
Rellenas de una sabrosa mezcla de hortalizas y frijoles con queso, cubiertas con una salsa fresca y especiada y rematadas con más queso fundido, estas enchiladas convencerán a todos los públicos.
Este aperitivo a base de harina de garbanzo cocida en agua y posteriormente frita es una sabrosa herencia de la cocina de posguerra, perfecta para disfrutar con una copa de buen vino.
Llenar el horno de verduras una vez a la semana es una estupenda manera de poder utilizarlas después, rápidamente y sin demasiado esfuerzo, en todo tipo de platos fríos y calientes.
El guiso andaluz de hortalizas procede de la cocina árabe, y en él retozan calabaza, calabacín, cebolla, berenjena, pimiento y tomate animados por un toque de ajo, pimentón y vinagre.
Cortar el calabacín en tiras largas que recuerdan a la pasta italiana nos permite preparar platos ligeros y sabrosos con un simple salteado. El de hoy lo acompañamos con un pesto rojo de anacardos.
La dulzura del plátano lo convierte en una de las frutas predilectas en la repostería. En esta receta se carameliza con un poco de azúcar moreno y se añade a un 'jetapostre' clásico: la tarta de queso.
Dados de carne adobada con una mezcla de hierbas y especias, cocinados hasta quedar dorados por fuera pero tiernos por dentro: la versión casera de este clásico de bar merece el -poco- esfuerzo.
Una salsa con el toque del ajo, un punto picante, un montón de hierbas aromáticas y especias y aceite, cuya versión casera se convertirá en la reina de parrilladas y barbacoas.
Una crece sobre tierra, la otra debajo; una es de verano, la otra de invierno -aunque podemos encontrarla cocida todo el año-, y ambas se alían para convertirse en una sopa refrescante y llena de sabor.
Esta versión de la popular sopa fría andaluza es muy típica en la zona del poniente de esta comunidad. Con un manojo de cilantro fresco, agua, vinagre, pan, aceite y ajo tenemos un entrante veraniego diferente al habitual.