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Bernardo Arévalo, presidente de Guatemala: “La Fiscalía es uno de los principales focos del asedio a la democracia”

El mandatario reflexiona con Pepa Bueno, directora de EL PAÍS, sobre los retos de gobernar en medio de tensiones políticas y el desafío de sostener la democracia. “Nombraré al próximo fiscal general, de eso no me cabe duda”, promete

Bernardo Arévalo y Pepa Bueno en el festival Centroamérica Cuenta, en Guatemala, este sábado.
Carlos S. Maldonado

El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, ha asegurado la noche de este sábado que a pesar del asedio de poderes fácticos que entorpecen su liderazgo, que él ha llamado “golpismo enquistado”, logrará cumplir con su promesa de combatir la corrupción y la impunidad en su país. En una entrevista con Pepa Bueno, directora de EL PAÍS, en el marco del Festival Centroamérica Cuenta, Arévalo aceptó que la Fiscalía, controlada por la controvertida fiscal Consuelo Porras, y la justicia se han convertido en los principales polos opositores a su gestión, pero afirma que impulsará sus reformas. “El Ministerio Público es uno de los principales focos del asedio a la democracia”, ha afirmado el mandatario. “Voy a culminar mi mandato”, dijo. “Nombraré al próximo fiscal general, de eso no me cabe duda”, prometió. “Hay gente que piensa que estamos actuando tibiamente y que no nos atrevemos a dar golpes de efecto, pero tenemos muy clara la correlación de fuerzas y la espera de esas elites es que cometamos algún error que nos pusiera a merced de esas instituciones y que eso lleve a mi destitución”, explicó.

Arévalo, sociólogo y diplomático, asumió la presidencia en enero de 2024 no sin problemas, a pesar de haber ganado el voto popular en la segunda vuelta de las elecciones generales de agosto de 2023. En una lucha contra los elementos que en Guatemala pueden ser verdaderos huracanes políticos, Arévalo superó obstáculos impuestos por la justicia controlada por poderes fácticos. El Ministerio Público [Fiscalía], liderado por la fiscal general Consuelo Porras y el fiscal Rafael Curruchiche, ambos sancionados como actores antidemocráticos por gran parte de la comunidad internacional, alegó irregularidades en la inscripción del partido del presidente, Semilla, e intentó suspenderlo. Fue un fallo de la Corte de Constitucionalidad de Guatemala, emitido un mes ante de la toma de posesión, lo que allanó el camino a la investidura. El máximo tribunal del país centroamericano exhortó al Congreso a “materializar” la toma de posesión de “todo funcionario electo en el proceso electoral de 2023″.

El presidente ha abanderado la honestidad como su principal fortaleza ante un electorado harto de la impunidad que ha sido la norma en esta nación centroamericana y algunos analistas en Guatemala afirman que ya es un triunfo para el país el hecho de que él asumiera el cargo. Bueno le ha cuestionado si cree posible lograr esa misión. “La primera misión ha sido impedir que estas élites evitaran revertir la voluntad popular expresada en las urnas. Es un mérito del pueblo, de un liderazgo indígena que se tiró a las calles y que generó eco en una sociedad, para reivindicar los principios democráticos”, dijo. “Hacemos un trabajo con el objetivo claro del fortalecimiento de las instituciones democráticas en un contexto donde estas redes político criminal controlaban todo y no cejan en ese empeño, pero se han venido debilitando. Eso genera temor y agresión. Va a ser tarea complicada, porque vamos a tener que enfrentar esos esfuerzos”, aseguró Arévalo.

Bernardo Arévalo y Pepa Bueno durante una conversación en el festival Centroamérica Cuenta 2025.

El mandatario reconoció que nunca pensó que la olla a presión que heredaba eran tan caliente como la que tiene ahora en sus manos. “Sabíamos que íbamos a encontrar instituciones destrozadas, pero no teníamos clara la profundidad del problema. La gente no tenía expectativas, porque había un cinismo político instalado”, aceptó.

Sobre la fiscal Porras, declarada su principal enemiga, Bueno le ha preguntado si tiene la capacidad institucional de destituirla. El presidente ha dicho que sí, pero que ha optado por mantener los carriles institucionales, hasta el fin del mandato de Porras el próximo año. “Es posible hacerlo, pero la Corte de Constitucionalidad es la que interpreta y eso puede darle la salida más corta para ponerle fin a este periodo y colocarse enfrente y decir que el presidente ha abusado del poder”, explicó. “No es mi Gobierno lo que está en juego, sino la posibilidad de que este país recupere las instituciones y continúe en una ruta que nos aleje de este tétrico pantanal de corrupción desatada”, afirmó Arévalo.

El mandatario espera que en la terna que sea presentada para elegir al nuevo fiscal del país haya personas íntegras para que él pueda poner al frente de esa crucial institución “candidatos decentes que rescaten la autonomía del Ministerio Público”.

Arévalo, sin embargo, gobierna con un equilibrio frágil. Los mismos poderes que intentaron que no accediera al poder han seguido minando su autoridad y dinamitando sus iniciativas. Analistas consultados en Guatemala lo ven como un presidente honesto, con buenas intenciones, pero incapaz de jugar bajo las oscuras reglas del poder político y económico, lo que en Guatemala se conoce como el “Pacto de corruptos”.

Bernardo Arévalo y Pepa Bueno en Guatemala.

Ante ese panorama difícil, Bueno le ha preparado si es posible gobernar con una postura ética. “Nuestro compromiso y lucha es recuperar la función pública como un deber de servicio. Ha sido muy importante la organización de un proyecto que planteaba reunir la ética con la política, en el marco de un sistema político secuestrado por la corrupción. Era necesario hacerlo y convertirlo en la línea central en la que van nuestros esfuerzos por rescatar las instituciones democráticas, con la claridad de no caer en justificaciones para tomar atajos o recuentos, porque el fin va a justificar lo que estoy haciendo”, afirma el presidente.

En sus aspiraciones, ha dicho, está impulsar una reforma amplia del sistema de justicia para evitar injusticias como el encarcelamiento del periodista José Rubén Zamora, condenado por lavado de dinero en lo que es considerado una persecución política por organizaciones de derechos humanos. “Haremos todo lo que está de nuestra parte para garantizar sus condiciones y se logre su libertad. Esperemos que se logre antes y no tarde tanto, como ha pasado con otras personas que han sido criminalizadas de forma espuria. Desde el Ejecutivo estamos recuperando la justicia, y ellos saben que el reloj va en su contra. Vamos a llegar al momento cuando las instituciones van a estar funcionando”, promete el presidente de Guatemala.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.
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