El Gobierno de Petro revoca la designación de Iván Márquez como negociador en los diálogos de paz
El jefe de la Segunda Marquetalia, una de las disidencias de las extintas FARC, no participa en las conversaciones desde noviembre de 2024. Las órdenes de captura en su contra vuelven a tener vigencia


El Gobierno de Colombia ha revocado la designación como negociador de paz de Iván Márquez, jefe de la disidencia de las FARC conocida como Segunda Marquetalia, tras casi un año de ausencia en las mesas de diálogos y ante la falta de certezas del Gobierno sobre si Márquez está vivo o muerto. La decisión fue anunciada a través de una resolución firmada el martes pasado, pero hecha pública este jueves, al cumplirse 11 meses de ausencia de Márquez de las mesas de paz de la disidencia con el Gobierno, y que fueron instaladas en febrero de 2024. La revocatoria implica que las órdenes de captura contra Márquez vuelven a tener vigencia.
El documento en que se da a conocer la decisión relata los hechos de noviembre de 2024, la última vez que se tuvo una manifestación de Márquez. Aquella vez, los países garantes y las entidades acompañantes de la mesa de paz recibieron una carta, supuestamente enviada por el jefe disidente, en que desautorizaba una reunión entre representantes del Gobierno y comandantes locales en Puerto Asís (Putumayo). En la misiva también decía desconocer cualquier actividad que derivara de ese encuentro. La autenticidad del texto de Márquez, sin embargo, no pudo ser comprobada.
La expulsión se conoce horas después de que el Ejecutivo reanudara formalmente las negociaciones con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, los disidentes que estuvieron al mando de Márquez hasta el año pasado y que continuaron con el proceso de paz. El jefe negociador del Gobierno, Armando Novoa, ha retomado los diálogos después de un mes de haberlos suspendido por el ataque a dos integrantes del Ejército que iban a ser incinerados vivos, lo que motivó el distanciamiento. Según la delegación, no se ha podido probar la responsabilidad del grupo ilegal en el crimen.
Un aparte de aquella carta firmada por Márquez decía: “Me veo en la obligación de manifestarles que la operación a realizarse en territorio del departamento del Putumayo y las reuniones posteriores a llevarse a cabo con los representantes del Gobierno de Colombia no fueron consultadas con el comandante de la SM [Segunda Marquetalia], así uno de los convocantes sea el jefe de nuestra delegación de paz”. El texto se refería a José Vicente Lesmes, alias Walter Mendoza, quien, al igual que Márquez, firmó la paz con el Gobierno como miembro de las FARC, pero tiempo después volvió a las armas y a la clandestinidad.
Esa carta motivó una división de la Segunda Marquetalia. Cuatro días después de conocerse el documento, los grupos conocidos como Comandos de la Frontera y Coordinadora Guerrillera del Pacífico, hasta entonces miembros de la disidencia de Márquez, hicieron pública su decisión de apartarse de ella y seguir adelante en las negociaciones de paz. “Nos deslindamos del nombre de la Segunda Marquetalia y, en adelante, no utilizaremos más esa sigla”, decían ambas agrupaciones, que tienen presencia en 7 de los 32 departamentos del país, en una carta abierta.
Los rumores abundan acerca del estado de salud de Iván Márquez, histórico guerrillero de la última etapa de las FARC y que participó como miembro del equipo negociador en el proceso que desembocó en el acuerdo de La Habana de 2016. A raíz de un atentado perpetrado por mercenarios en 2022, las hipótesis sobre su muerte han sido una constante. En mayo de 2024, esas teorías fueron acalladas cuando el líder disidente apareció en un video en que anunciaba su apoyo al proceso constituyente del que por entonces ya hablaba el presidente Gustavo Petro. Las imágenes revelaban algunas heridas en un ojo y una mano.
Esos mismos rumores sobre su estado de salud, o incluso sobre su posible muerte, fueron alimentados también por la carta de noviembre de 2024, que tomó por sorpresa a todos los negociadores y que, extrañamente, llegó a sus destinatarios por vías distintas a las que Márquez solía usar para comunicarse. Así, apartado por su propia voluntad del acuerdo que firmó con el Gobierno de Juan Manuel Santos hace casi 10 años, su desmovilización aparentemente tampoco pasará en la paz total de Gustavo Petro.
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