Dos senadores de Estados Unidos advierten sobre los riesgos de una descertificación para Colombia
El republicano Bernie Moreno y el demócrata Rubén Gallego, ambos con raíces colombianas, se reúnen este viernes con el presidente Gustavo Petro


Los dos senadores de Estados Unidos con origen colombiano, el republicano Bernie Moreno y el demócrata Rubén Gallego, no han despejado este jueves los temores de que la Administración de Donald Trump descertifique a Colombia en la lucha antinarcóticos. “El mayor peligro de la descertificación es que castiguemos a la gente equivocada”, valoró Gallego durante la conversación de los dos legisladores en el congreso de la Asociación Nacional de Empresarios, la ANDI, en Cartagena de Indias. Washington debe calibrar su decisión para que no impacte las elecciones del próximo año o afecte a la economía colombiana, advirtió. “Esta decisión le corresponde al presidente Trump”, al que le preocupa particularmente el narcotráfico, zanjó Moreno.
Nunca antes Colombia había contado con dos personas que llevan en su sangre y en su corazón al país en el Congreso de Estados Unidos, subrayó durante la charla Juan Carlos Pinzón, exembajador en Washington. “Colombia llegó a ser aliado estratégico de Estados Unidos al más alto nivel… lo que es desafortunado es que no haya aprovechado eso”, se lamentó el también exministro de Defensa sobre la política exterior del Gobierno de Gustavo Petro. El presidente planea recibir este viernes en Bogotá a los dos senadores.
El senador republicano también se aventuró a vaticinar que Nicolás Maduro no estará en la Presidencia de la vecina Venezuela para diciembre. “No toleraremos a un narcoterrorista que inflija daño a los Estados Unidos. Trataremos a los terroristas como Estados Unidos los ha tratado en el pasado. No lo veo en el cargo más allá de finales de este año”, subrayó al recordar que Washington ha ofrecido una nueva recompensa de 50 millones de dólares por su captura.
Moreno (Bogotá, 58 años), a la cabeza de la delegación que visita Colombia, es el primer senador hispano del estado de Ohio, la tierra del vicepresidente JD Vance, y ganó las elecciones del año pasado con el respaldo decidido de Trump. Emigró con su familia cuando tenía cinco años a Estados Unidos, donde hizo su fortuna en la venta de automóviles y más adelante invirtió en el sector de la tecnología. Sus lazos con su país de origen se mantienen vivos. Es, además, el hermano menor de Luis Alberto Moreno, el colombiano que presidió durante 15 años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hasta 2020. Antes, como embajador en Washington entre 1998 y 2005, había sido uno de los artífices del Plan Colombia, concebido para combatir a las guerrillas y el narcotráfico durante la Presidencia del conservador Andrés Pastrana (1998-2002).
“Estados Unidos quiere tener siempre una relación positiva con Colombia”, había manifestado Moreno la víspera, durante el funeral del senador y candidato presidencial Miguel Uribe, en Bogotá –al que asistió el subsecretario de Estado, Christopher Landau, quien también tiene lazos familiares con Bogotá–. Antes del viaje, el senador había expresado su preocupación por la dirección del país en el Gobierno de Gustavo Petro en una entrevista con The Associated Press, en la que no descartó sanciones o aranceles por parte de Estados Unidos. También calificó la condena en primera instancia al expresidente Álvaro Uribe, adalid de la derecha, como un intento de “silenciar” al hombre que salvó a sus compatriotas de la violencia guerrillera. El expresidente cumple una pena de prisión domiciliaria en una reciente condena por soborno de testigos, que ha apelado y atribuye a una persecución política.
El próximo mes, la Casa Blanca de Trump anunciará si descertifica en la lucha antinarcóticos a Colombia, donde la extensión de los cultivos de hoja de coca ha alcanzado niveles sin precedentes. “El propósito del viaje es entender todas las dinámicas antes de tomar cualquier decisión”, aseguró el congresista republicano, que ha emergido como un interlocutor para las fuerzas conservadoras de América Latina que buscan conectarse con la Administración Trump. La diplomacia colombiana aún intenta a toda costa evitar una medida que suele venir acompañada de sanciones diplomáticas y económicas, y que Washington no ha tomado desde el Gobierno de Ernesto Samper (1994-1998). Este jueves asumió un tono más optimista, al afirmar que “nadie destruirá nunca” la relación entre dos países que han sido tradicionalmente estrechos aliados.
En la otra orilla política está Gallego (Chicago, 45 años), demócrata por Arizona, quien fue criado solo por su madre colombiana. De orígenes humildes, fue el primero de su familia en estudiar en la universidad, graduándose por Harvard. También se unió a la Infantería de Marina y combatió en Irak, una inusual biografía que le ayudó a conectar con los votantes. A pesar de sus diferencias, los dos senadores han colaborado para intentar mantener el consenso bipartidista con respecto a Colombia. El viernes se trasladan a Bogotá para reunirse con Petro. La oficina de Gallego ha informado, sin embargo, que él no se planea reunir con el expresidente Uribe, mientras que Moreno parece dispuesto a encontrarse, al menos, con su círculo más cercano. “Tenemos intereses en común como países, y podemos movernos en la misma dirección”, valoró el demócrata en el Centro de Convenciones de Cartagena, donde también se reunieron con los alcaldes de las principales ciudades colombianas y varios precandidatos presidenciales.
Bogotá y Washington chocaron a principios de año por los vuelos de repatriación que Petro en un primer momento rechazó por lo que considera un trato indigno con los colombianos deportados. La amenaza arancelaria de Trump asomó la economía colombiana al precipicio. La crisis se resolvió en menos de 24 horas, pero fue un presagio de futuras turbulencias entre dos presidentes en las antípodas ideológicas. Los dos países son estrechos aliados en la lucha antinarcóticos desde el año 2000, cuando el Plan Colombia fue aprobado por un presidente demócrata (Bill Clinton) con apoyo de ambos partidos. Más recientemente, Estados Unidos ha apoyado la implementación del acuerdo de paz con la extinta guerrilla de las FARC –que ha sido blanco de críticas de Trump–. La tradición diplomática colombiana ha buscado construir y mantener ese consenso bipartidista, sobre todo en el Congreso, que ahora cuenta con dos senadores de origen colombiano y es donde se aprueban la mayoría de asuntos presupuestales.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
