Las exportaciones colombianas a Estados Unidos crecen pese a la guerra comercial de Trump
Las ventas a Washington aumentaron un 14% durante el primer cuatrimestre y consolidan al país norteamericano como el mayor socio comercial de Colombia


La guerra comercial lanzada por Donald Trump a inicios de abril, cuando anunció la imposición de aranceles a todas las importaciones a Estados Unidos, puso en jaque al mercado global. Colombia, un país muy dependiente de las ventas a Washington, temía entonces que la actividad con su mayor socio comercial se desacelerara y perjudicase a varias industrias nacionales. Las cifras reveladas la semana pasada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) han demostrado lo contrario: las exportaciones colombianas a Estados Unidos crecieron un 14,4% durante el primer cuatrimestre del año, a comparación con el mismo periodo de 2024.
El avance es notable en varias industrias clave. Las exportaciones a Estados Unidos de café —uno de los productos más apetecidos en el mercado global— subieron en un 107%. La floricultura, que vive su mejor época en el primer tercio del año por la celebración de San Valentín, el 14 de febrero, registró por su parte un alza en las ventas del 8,7%. El mayor impulso entre enero y abril lo registraron las industrias de los minerales (+149%) y la de la fundición de metales como hierro y acero (+463%).
A pesar de algunas reducciones en otros sectores, como en el de los combustibles y los textiles, la Cámara de Comercio Colombo Americana (AmCham) celebró el alza general. La presidenta de la entidad, María Claudia Lacouture, explica en un intercambio de mensajes que Colombia ha conseguido “mejorar su posición relativa en el mercado estadounidense”.
La administración Trump impuso a Colombia un arancel del 10%, el más bajo en la escala que creó para todos los países y mucho menor que el de grandes socios comerciales de Washington como la Unión Europea (20%), China (34%) o Corea del Sur (25%). Por ello, “el país logró mantener e incluso mejorar su posición relativa en el mercado estadounidense”, afirma Lacouture, quien considera que con esta mejora competitiva de Colombia con respecto a otros oferentes globales, es un buen momento para “diversificar el mercado y fortalecer capacidades logísticas y productivas”.
Las cifras positivas no escapan de un contexto de gran fragilidad de la relación entre Bogotá y Washington. A comienzos de mayo, el enviado especial del Departamento de Estado para América Latina, Mauricio Claver-Carone, lanzó una advertencia que, de hacerse realidad, pondría en juego la buena hora de las exportaciones a Estados Unidos. “El acercamiento del presidente [Gustavo] Petro con China es una gran oportunidad para las rosas de Ecuador y el café de Centroamérica”, dijo, en alusión a que los principales productos que exporta Colombia a su socio del norte se verían en peligro por su fortalecimiento de las relaciones con Pekín y su adhesión a la Ruta de la Seda.
Petro ha mostrado ser consciente de que la estabilidad económica nacional pasa también por mantener las buenas formas con Washington. A la amenaza de Claver-Carone, el presidente respondió entonces que esperaba que Estados Unidos le permitiera a Colombia “seguir siendo socios de tú a tú”.
El mandatario colombiano escenificó su acercamiento a Pekín durante una reunión bilateral con su homólogo chino, Xi Jinping, en la que se comprometieron a estrechar la cooperación en un momento en el que las exportaciones al gigante asiático no solo no despegan, sino que caen. Durante el primer cuatrimestre del año, las ventas colombianas a China cayeron un 27,7%, con bajas significativas en sectores como el café, el combustible y las piedras preciosas. En abril, China ni siquiera estaba en el top 5 de los principales destinos de las exportaciones, mientras que Estados Unidos lideró la lista ese mes al acaparar el 31,7% de las compras totales.
Clara Inés Pardo, catedrática de la Universidad del Rosario, asegura que entrar de lleno al mercado chino es una tarea “muy compleja”. “Apenas lo estamos explorando. Siempre se dice que es una ventaja su gran poder adquisitivo y su gran población, pero eso obliga a que las ventas sean en grandes volúmenes, que muchos empresarios no pueden garantizar”, señala en una conversación telefónica. Muchas empresas prefieren consolidar su relación con las compañías estadounidenses antes que embarcarse en un negocio aún por explorar. “Para muchos aplica el dicho popular: más vale malo conocido que bueno por conocer”, apunta la experta.
Con todo, Pardo advierte de que los efectos de la medida arancelaria se reflejarán en el mediano y largo plazo y que siempre será útil tener “un plan B” para diversificar las exportaciones y no depender únicamente de las compras estadounidenses.
Los casi 5 millones de dólares del valor de las exportaciones a Estados Unidos durante el primer cuatrimestre muestran, según la presidenta de AmCham, que a pesar de los cambios económicos promulgados por la Casa Blanca, “se mantiene una relación estable y estratégica entre los sectores empresariales de ambos países”. Para Lacouture, es vital que el Gobierno colombiano promueva “un entorno de diálogo fluido y constructivo” con la Administración de Trump.
La buena racha con Estados Unidos no se refleja hacia el resto del mundo. En abril, las exportaciones colombianas cayeron un 6,5%, arrastradas por la caída en la venta al exterior del petróleo, que disminuyó un 33%. En contraste, la industria de productos agropecuarios creció un 47,7%. Estas cifras exponen una nueva dinámica exportadora del país: mientras que en 2024 los combustibles duplicaron las ventas de los productos agropecuarios, este año se encuentran casi a la par.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
