Petro: Gobierno desastre o ‘terror revolucionario’
¿Es tan débil un presidente como para dejarse llevar al borde del abismo por personajes que parecen sacados de una mala comedia? ¿O todo hace parte de un plan mucho más grande para el cual se necesita el mayor caos posible?


¿El presidente Petro es víctima de un chantaje? ¿De varios chantajes? El pasado jueves santo, Julio Sánchez Cristo a través de su Instagram dejó en claro que son varios los funcionarios y amigos del Gobierno quienes le hacen imposible la vida al jefe de Estado. El director de La W Radio habló de los ministros Sarabia y Benedetti, de la primera dama, de los catalanes, de generales de la República y hasta del afamado contrabandista conocido como Papá Pitufo. Hubo otros nombres que quedaron por fuera, pero que sin duda algo han de saber para que, contra viento y marea, sigan contando con el apoyo incondicional de quien otrora era abanderado de la lucha contra la corrupción y la transparencia del Estado: Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y el dictador vecino Nicolás Maduro.
La tranquilidad de todos los involucrados en este episodio múltiple de extorsión es sorprendente. La primera dama ahora vive más tiempo fuera que dentro de Colombia. Algunos de los catalanes siguen rondando la Casa de Nariño como si fuera la casa en Bruselas donde vive el malogrado Puigdemont. Ricardo Roa logra cifras alucinantes de desvalorización de Ecopetrol y sigue sin pasar aceite. Laura Sarabia en el ojo del huracán del Laberinto de los dineros de la Salud, pero no se despeluca. Y Benedetti tan seguro como siempre de que con él nunca va a pasar nada; como no pasó en Madrid, como no pasó con Fonade, como siempre.
Pero tanto desorden y tanto desdén por el país no parece el estilo Petro. O, más bien, no se parece el estilo temerario y avezado al que nos acostumbró el congresista Gustavo Petro. ¿Será chantaje? ¿Es tan débil un presidente como para dejarse llevar al borde del abismo por estos personajes que parecen sacados de una mala comedia? ¿O será que todo hace parte de un plan mucho más grande para el cual se necesita el mayor caos posible?
En tiempos de campaña, en el ahora ya lejano 2022, Gustavo Petro mostraba con orgullo el video que “uno de los principales filósofos del mundo” (así lo puso Petro-Candidato en sus redes), Slavoj Zizek, hizo para apoyarlo en su empeño por llegar a la Presidencia de Colombia. Recuerdo la emoción cuando lo mostraba a sus cercanos. Recuerdo la importancia que le daba a ese mensaje.
Hoy, ante el desbarajuste nacional en salud, seguridad, control territorial y gas, sumado a la crisis con sus cercanos, estoy empezando a creer que Petro está consolidando no un plan marxista, sino el plan que Zizek ha planteado en varios de sus libros para acabar con el capitalismo a través del “terror revolucionario”.
Según el filósofo, el terror es el paso previo a la emancipación y esta última llegará de la mano de un “Amo” que se dejará ver, pues será quien diga: “¡Es correcto rebelarse! (…) Un auténtico Amo no es un agente de disciplina y prohibición. Su mensaje no es ‘no podéis’, ‘no debéis’, sino ‘podéis’ hacer lo imposible, es decir, lo que se muestra como imposible dentro de las coordenadas de la constelación existente”.
Este mismo Zizek habla del nuevo proletariado de las redes, cosa que también encanta a Petro. Así mismo, toma como base para parte de sus ideas en el desconocimiento del Otro. Es decir, no acepta la diferencia, sino que la anula. Otra cosa en la se ve reflejado el presidente. ¿Será que nos están haciendo la Zizek y nosotros seguimos sin despelucarnos como la ministra Sarabia?
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