Los nuevos cruceros que buscan revitalizar el turismo en el río Magdalena
El ‘AmaMagdalena’, recomendado por la revista Time Out como una de las mejores atracciones del mundo, busca impulsar el sector tras años de parálisis


El río Magdalena fue uno de los escenarios principales en la obra de Gabriel García Márquez. En El amor en los tiempos del cólera, una de sus obras más célebres, los protagonistas se transportaban en buques de pasajeros por el afluente que sirvió como espina dorsal de Colombia hasta entrado el siglo XX. El mismo Gabo escribió, que, finalizando el mismo siglo, solo quedaba “el vasto silencio de la tierra arrasada”. Era un diagnóstico cierto: el río, que recorre de sur a norte casi todo el país, dejó de ser un sinónimo de prosperidad. Hasta ahora. Un nuevo crucero busca impulsar el turismo náutico y revitalizar las comunidades que perduran alrededor.
El buque AmaMagdalena, de la empresa AmaWaterways, una compañía líder en el mundo de cruceros fluviales, zarpó hace unos días con 60 pasajeros. El navío, una embarcación de lujo con piscina, gimnasio, restaurantes, inició su recorrido en Barranquilla, en la desembocadura del río sobre el mar Caribe. Ha hecho paradas en localidades como Nueva Venecia, Calamar o Magangué, para luego acabar su travesía en Cartagena de Indias, de nuevo sobre el mar. La revista Time Out, referente del sector turístico, recomendó el año pasado este crucero como una de las mejores atracciones turísticas del mundo, la única entonces de América Latina.
Gilberto Salcedo, exvicepresidente de Procolombia y experto en turismo, recuerda que Colombia “llevaba empeñada mucho tiempo en rescatar la navegabilidad” por el Magdalena. “A través de este producto turístico se está haciendo realidad este propósito”, afirma por llamada. Para el experto, es un circuito “maravilloso” por la historia y cultura de los pueblos en los que se hace parada, como Santa Cruz de Mompox, pueblo Patrimonio de la Humanidad, o Nueva Venecia, con sus palafitos (casas con sus pilares en el agua).
Este crucero es el primero que recorre, al menos a tal cabalidad, el río Magdalena en seis décadas. ¿Por qué tardó tanto en volver el turismo fluvial? Clara Sánchez, decana de la facultad de Administración de Empresas Turísticas y Hoteleras de la Universidad Externado, explica al teléfono que el afluente ha atravesado diversos retos. Uno de ellos es la sedimentación a la altura de Mompox. “Antes era un puerto importantísimo, pero claro que ha perdido relevancia, sobre todo para los barcos grandes que ya no podían atracar allí. Eso afectó mucho el turismo”, detalla.
Los expertos resaltan la gran oportunidad que el AmaMagdalena representa para la región. Por un lado, tiene los elementos para ser un destino apetecido para los turistas extranjeros, pues el valor del crucero, al menos 3.500 dólares (unos 15 millones de pesos) por persona, es un precio competitivo en las expediciones de lujo. Por otro, significa un potencial para las comunidades en las que se hace paradas: más comercio y la posibilidad de rehabilitar lugares olvidados.

Sin embargo, Sánchez lanza una advertencia: si el turismo en esta zona estalla con el éxito, corre el riesgo de gentrificación. Mompox se ha convertido en los últimos años en un destino muy popular. “Ya he visto a habitantes locales vender sus casas al llegar más inversiones. Afortunadamente, aún conserva mucho de lo auténtico”. Para la experta, “el turismo tiene beneficios: genera empleo y riqueza y estima en la cultura propia. Pero si no está bien manejado es un desastre”. Salcedo ve lejana esa posibilidad: “El del Magdalena es un crucero de apenas 60 personas, que van a estar apenas algunas horas en cada parada. Todavía no se puede hablar de gentrificación”, apunta.
De acuerdo con una encuesta del pasado octubre del Business Research & Economic Advisors, una consultora de mercado, el turismo en cruceros tuvo un impacto económico en el país de 50 millones de dólares en un solo año. Un segundo barco, AmaMelodia, de la misma empresa, comenzará a operar a partir de junio con un itinerario similar al de su buque hermano.
Potenciar La Guajira como destino
Además del dominio de ciudades como Cartagena de Indias o Santa Marta en el turismo de cruceros, Colombia apuesta por potenciar otros destinos. La Guajira, el departamento más septentrional del país, recibió a inicios de abril el crucero Island Sky, de bandera de Bahamas. El barco, con más de 90 turistas, atracó en Cabo de la Vela, localidad famosa por sus playas. Es el primero que desembarca allí este año.
“Estamos muy contentos de mostrar nuestro potencial turístico. Con la llegada de estas embarcaciones, estamos apuntando a posicionar a La Guajira en el mapa marítimo del mundo”, dijo el director de turismo de la Gobernación departamental. La Dirección General Marítima (Dimar) destacó que la llegada del Island Sky “marca un nuevo hito para el turismo marítimo en el extremo norte del país, una región con un alto valor estratégico, ambiental y cultural”.
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