El asesinato del esmeraldero Hernando Sánchez repite un patrón criminal de la “guerra verde”
El millonario negociante de gemas, que había sobrevivido a un ataque en 2022, murió tras recibir un disparo hecho por un francotirador, en un asesinato calcado al de ‘Pedro Pechuga’, ocurrido ocho meses atrás


Jesús Hernando Sánchez, el heredero del negocio del llamado zar de las esmeraldas, Víctor Carranza, fue asesinado este domingo en Bogotá. Apenas ocho meses antes murió en casi idénticas circunstancias su antecesor, Juan Sebastián Aguilar o Pedro Pechuga. Los dos fueron atacados por un francotirador mientras se encontraban en la misma exclusiva unidad residencial del nororiente de la ciudad. Los dos recibieron una única bala, en el pecho, disparada desde los cerros orientales. Estaban en una reunión familiar, rodeados de escoltas. Las autoridades investigan a la poderosa banda criminal Clan del Golfo y a un esmeraldero colombiano que vive en Dubái.
El alcalde, Carlos Fernando Galán, ha dicho que la violencia que históricamente ha generado el sector esmeraldero en el vecino departamento de Boyacá ha impactado de nuevo a la capital. De forma más concreta, Giovanni Cristancho, comandante de la Policía de Bogotá, ha señalado que la hipótesis principal es que el asesino se ubicó en un bosque que colinda con el conjunto Bosques del Marqués, donde estaba Sánchez. La Policía busca pistas del asesino con sobrevuelos de helicóptero.
Sánchez había sobrevivido a dos atentados. En octubre de 2012 un sicario le disparó 11 veces en una boutique del centro comercial Andino, en una de las zonas más pudientes de la capital. Sobrevivió gracias a que alcanzó a ver al asesino a través de un espejo y se protegió con una mano. Estuvo en coma dos meses, perdió un ojo, un riñón y fue sometido a 17 cirugías, pero siguió adelante. Aguilar, su socio y también asesinado, sobrevivió en octubre de 2023 a un intento de homicidio mientras permanecía en un balcón de un edificio de Bogotá cuando varios balazos le zumbaron los oídos.
No descartan que el Clan del Golfo esté relacionado con el crimen, pues en unos audios de 2021 se escucha a Dairo Antonio Úsuga, conocido como Otoniel y quien era su comandante hasta su detención en ese año, hablar de un plan para asesinar a Sánchez y a Julio Lozano Pirateque, un esmeraldero residente en Emiratos Árabes y a quien el presidente Gustavo Petro he señalado de estar detrás de otros crímenes. “Es innombrable. Julio Lozano Pirateque, ciudadano de Dubái, colombiano, está matando a los esmeralderos porque se quiere quedar con las esmeraldas. Por alguna razón cree que el presidente es su enemigo porque allí hay un poco de gente que ha matado a nuestra gente”, dijo en el polémico Consejo de Ministros televisado del pasado 4 de febrero.
Sánchez y Aguilar fueron formados en el negocio por Víctor Carranza, el histórico zar de las esmeraldas y quien fue investigado por vínculos con paramilitares. Eran accionistas y miembros de la junta directiva de Esmeraldas Santa Rosa, que maneja depósitos de ese mineral en el municipio boyacense de Maripí. Tras el homicidio de Aguilar, en agosto pasado, la Federación Nacional de Esmeraldas —el gremio de las empresas del sector, que se concentran en el occidente de Boyacá— hizo un llamado a las autoridades para reforzar las medidas de seguridad a este gremio, que desde mediados del siglo XX ha estado sacudido por varias oleadas de violencia por el control de las minas y la exportación de las piedras.
De acuerdo con un informe de la Contraloría en 2013, la explotación de esmeraldas en Boyacá “es quizá el ejemplo más paradigmático de la desidia del Estado” en el control de recursos no renovables. “Se ha cedido el control del orden público y la explotación de las minas ha sido usufructuada, en apreciable medida, por organizaciones amparadas por el poder de la fuerza o por sus nexos con grupos armados al margen de la ley. En los municipios productores confluyen violencia y degradación social con poderosos empresarios y grupos armados”, se lee en el texto.
Según el diario El Tiempo, después de que se conoció el asesinato de Sánchez, agentes de la oficina antidrogas de Estados Unidos, la DEA, solicitaron información sobre la investigación a las autoridades colombianas, y les advirtieron que vienen recibiendo información de operaciones de lavado de activos a través de esmeraldas. De nuevo, se trata de un patrón conocido.
Petrit Baquero, un historiador y autor del libro La nueva guerra verde, el asesinato de Aguilar muestra un resurgimiento de la guerra que responde a rencillas personales. “Algunas personas estuvieron extraditadas, dieron información y ahora regresaron a reclamar negocios que consideran que les pertenecen. A pesar de que algunos pueden haber empezado en el negocio de las esmeraldas, tienen actividades económicas que ya no pasan principalmente por ellas”, dijo en agosto pasado a este diario. También explicó que, aunque las concesiones mineras están más o menos establecidas entre las empresas extranjeras y Esmeraldas Santa Rosa, Hernando Sánchez y el llamado clan Triana se disputaban otro yacimiento. El medio especializado Insight Crime, que investiga el crimen organizado en la región andina, ha reseñado la disputa entre Sánchez y Horacio Triana, el histórico rival de Víctor Carranza que cumple una condena por narcotráfico en Estados Unidos.
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