Segundo día del juicio al fiscal general del Estado: Miguel Ángel Rodríguez reconoce que difundió falsedades y González Amador se presenta como víctima del fiscal general
En la segunda sesión del juicio a Álvaro García Ortiz han testificado el jefe de gabinete de Díaz Ayuso y su pareja sentimental
El testimonio de la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid y de su jefe de gabinete han marcado la segunda jornada del juicio oral contra el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz. Aunque para escuchar a ambos hubo que esperar hasta la sesión de la tarde. Por la mañana, la primera en testificar ha sido la jefa de prensa de la Fiscalía General del Estado. Mar Hedo ha detallado que siete días antes de la filtración del correo de la defensa de Alberto González Amador, novio de Ayuso, en el que su abogado ofrecía un pacto para evitarle la prisión a su defendido, ella ya había recibido una llamada de un periodista para preguntar si conocían la existencia del caso. Tras publicar El Mundo que era la Fiscalía quien había ofrecido un pacto a González Amador, Hedo ha asegurado que comenzaron a recopilar “rápido” información sobre el caso.
Su homólogo en la Fiscalía de Madrid, Íñigo Corral, ha tomado el testigo, y ha asegurado que él no estuvo de acuerdo en la forma en que se emitió la nota aclaratoria desde la Fiscalía, aunque ha asegurado que el caso sí alcanzó interés informativo. La siguiente en comparecer, la fiscal de sala jefa de la Unidad de Apoyo de la Fiscalía General del Estado ha asegurado que el fiscal general cambia de móvil de media una vez al año. Esmeralda Rasillo ha explicado también que no hay un protocolo estandarizado para borrar los datos de los móviles.
Diego Lucas, fiscal de Fiscalía Especial contra la Corrupción, ha explicado maniobras dilatorias del novio de Ayuso. “A partir del verano de 2024 [cuando el escándalo ya había saltado a la prensa], no tenían tantas prisas por llegar a una conformidad, como a la inversa: lo que pretenden es que la declaración [del novio de Ayuso] se produzca lo más tarde posible”, ha dicho Lucas. “Querían que él no llegara a declarar”.
Francesc Vallés, secretario de Estado de Comunicación hasta que La Moncloa lo sustituyó en diciembre de 2024, el siguiente testigo, ha asegurado que nunca tuvo el correo cuya filtración se investiga. Preguntado por la acusación, que busca vincular la filtración del email con La Moncloa, Vallés ha negado que enviara consignas de comunicación política a Juan Lobato, entonces secretario general del PSOE-M, pero sí noticias ya publicadas en medios digitales.
Después llegó uno de los dos platos fuertes del día. La comparecencia de Miguel Ángel Rodríguez (MÁR), el jefe de gabinete de Díaz Ayuso, a quien se le atribuye la difusión de una información falsa que sugería que era el ministerio público quien había ofrecido un pacto a González Amador, cuando en realidad fue su abogado, Carlos Neira, quien había propuesto llegar a un acuerdo al fiscal. Rodríguez ha admitido ante el Tribunal Supremo que ayudó a propagar esa falsedad. También ha asegurado que la pareja de su jefa quiso “llegar a un acuerdo” con Fiscalía, y lo ha presentado como una víctima. “No es un defraudador”, ha llegado a afirmar. La Fiscalía lo ha cercado al preguntarle de dónde se había sacado la afirmación de que el posible pacto de Amador con Hacienda se había parado por órdenes de arriba, a lo que él ha asegurado que era una “deducción lógica”. Más adelante, Rodríguez ha dicho que se vio obligado a intervenir públicamente en la causa que afecta a González Amador porque entró en tela de juicio “la reputación de la presidenta” de la Comunidad de Madrid.
Tras MÁR, González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso y procesado por fraude fiscal, se ha presentado como una víctima de la Fiscalía General del Estado en el juicio contra Álvaro García Ortiz, en el que él ejerce la acusación particular, ha asegurado que su “obsesión” cuando Hacienda le comunicó que se le investigaba por fraude era que el asunto se cerrara “rápido y sin ruido” para no salpicar a su pareja, pero su plan se vino abajo cuando su caso trascendió a la prensa y, sobre todo, cuando se filtró el correo en el que admitía los delitos. “A partir de ese día yo pasé a ser el delincuente confeso del Reino de España. El señor [Álvaro] García Ortiz me había matado públicamente”, ha dicho la pareja de Ayuso. No obstante, el empresario ha admitido durante la declaración que su abogado le explicó que llegar a un acuerdo con la Fiscalía implicaba “el reconocimiento del delito”.
Tras González Amador ha sido llamado el último testigo del día, el abogado Carlos Neira, quien admitió en el correo electrónico de marras en el que informaba a la Fiscalía que su cliente había cometido dos delitos de fraude fiscal y había intentado llegar a un pacto de conformidad para evitar un juicio. Neira ha dicho que le explicó al novio de Ayuso que el pacto implicaba reconocer los delitos y una pena de prisión mínima. El abogado ha contado que su cliente estaba convencido de que la filtración del correo provenía de la Fiscalía pero que no le dijo por qué lo pensaba. Y, aunque ha asegurado que no sabía cuántas personas tenían acceso a la cuenta de correo donde envió su email, ha admitido que también lo envió a la dirección de email profesional de un abogado del Estado.


