El Gobierno de Trump hará más difícil el examen para obtener la ciudadanía y la solicitud de visas para trabajadores calificados
El nuevo director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos piensa que la prueba para naturalizarse es “demasiado fácil”


El núcleo del sistema migratorio estadounidense, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por sus siglas en inglés), tiene desde mediados de julio un nuevo director. Se trata de Joseph Edlow, quien llegó a la agencia federal para ejecutar los cambios que permitan un mayor impulso de la agenda migratoria de Donald Trump y el agresivo plan de deportaciones masivas. En declaraciones para The New York Times, el funcionario adelantó que entre sus primeras medidas estará la modificación de la prueba para obtener la ciudadanía americana por considerarla “demasiado fácil”. “El examen, tal como está planteado, no es muy difícil. Es muy sencillo memorizar las respuestas. No creo que estemos realmente cumpliendo con la ley”, expresó.
Actualmente, el examen consta de dos partes, una enfocada a medir el dominio del inglés del solicitante, y otra concentrada en probar conocimientos asociados a la historia y el Gobierno, con preguntas como, quién escribió la Declaración de Independencia, qué territorio compró Estados Unidos a Francia en 1803, o por qué hay 13 franjas en la bandera, entre otras. Los aplicantes deben estudiar una guía con 100 preguntas para luego responder correctamente a 6 de 10.
En el primer mandato de Trump, la agencia aumentó el número de preguntas y exigió a los solicitantes que respondieran correctamente a 12 de 20. El reglamento vigente de la prueba permite que algunos inmigrantes que cumplen ciertos requisitos sean eximidos del examen de inglés o de educación cívica. Estas excepciones beneficiaban a muchos residentes latinos mayores de 50 años, y podrían ser eliminadas con los cambios anunciados. Edlow no especificó cuándo entrarán en vigor.
La disputa por las visas H-1B
El programa de visas H-1B para trabajadores extranjeros ha sido objeto de un intenso debate dentro del Partido Republicano. El ala más derechista considera que este visado atrae a trabajadores dispuestos a aceptar salarios más bajos que los estadounidenses. El vicepresidente J.D. Vance criticó la semana pasada a las empresas que despiden a empleados nacionales para contratar a inmigrantes con menores sueldos. Por su parte, Joseph Edlow es de los que opina que este programa debería favorecer a las compañías que planean pagar salarios más altos a trabajadores extranjeros.
Voceros de la industria tecnológica también han salido en defensa de estas visas porque argumentan que son insuficientes los trabajadores estadounidenses calificados. “Realmente creo que la forma en que se debe utilizar la visa H-1B es como un complemento, nunca para suplantar las empresas y los trabajadores estadounidenses”, afirmó Edlow a The New York Times.
Históricamente, se han otorgado 85.000 visas H-1B para contratar a extranjeros altamente calificados en las empresas mediante un proceso de lotería. Los cambios propuestos por la nueva dirección de USCIS tendrán que ser aprobados a través del proceso de elaboración de normas del Gobierno federal.
La mano dura en materia migratoria continuará
Joseph Edlow aterriza nuevamente en el Servicio de Ciudadanía e Inmigración tras un breve periodo al frente de la agencia (de forma interina) en 2020. Su confirmación por parte del Senado no solo supone novedades en los aspectos antes descritos, también en el sistema de refugiados y asilo que la Administración Trump intenta llevar a su mínima expresión.
En el primer mandato del republicano, USCIS dificultó la obtención de tarjetas de residencia permanente, conocidas como green cards, para los inmigrantes que utilizan beneficios públicos (una medida que ya ha sido descartada por Edlow), pero los funcionarios que procesan las solicitudes de asilo de la agencia se enfrentaron a cambios en el sistema para restringir las protecciones de inmigrantes (bloqueados por los tribunales federales), pero esta vez la arremetida es mucho mayor. El pasado mes de marzo, el 76% de las peticiones de asilo fueron rechazadas, de acuerdo con datos del Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC) de la Universidad de Syracuse. Para el nuevo director de la agencia, el foco está puesto en abrir la puerta a extranjeros que permitan impulsar “ciertas agendas económicas y beneficiar el interés nacional”, uno que ahora definen los republicanos.
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