Las citas en los tribunales se convierten en trampas para detener a los migrantes
Agentes de ICE rodean la salida de las cortes migratorias en varias ciudades para detener a quienes cumplen con sus comparecencias judiciales


Las citas rutinarias a los tribunales de inmigración, que los migrantes indocumentados deben cumplir para continuar sus procesos de regulación, se han convertido en trampas para detenerlos. Por segundo día consecutivo, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) aprovecharon la comparecencia de los migrantes en un tribunal de Phoenix (Arizona) para arrestarlos. La salida de la corte dejó imágenes dramáticas de hombres, mujeres y niños siendo esposados y conducidos al interior de los coches de ICE. “Dieron por terminada la corte, salimos y nos íbamos a la casa cuando se acercaron estos muchachos, que dicen que son del ICE”, declaraba a la cadena de televisión Telemundo una mujer cuyo marido fue detenido. Los agentes no se identificaron ni portaban órdenes de detención. Los detenidos fueron sorprendidos cuando pensaban que estaban haciendo lo correcto, cumpliendo los requisitos de presentarse en la corte para avanzar en su regularización de la residencia en Estados Unidos. La comparecencia, sin embargo, se convirtió en una encerrona y ahora están expuestos a la deportación.
Los vídeos muestran también como una joven colombiana, asustada y confundida, era escoltada por los agentes hacia una de sus camionetas. Era la primera vez que acudía ante un juez de inmigración para presentar su solicitud de asilo, que fue denegada, y acabó esposada sin saber dónde la llevaban. Otros no tuvieron la oportunidad de presentar sus casos ante el juez porque fueron detenidos antes de hacerlo.
Decenas de personas se manifestaron frente al tribunal al grito de “fuera ICE” y se produjeron forcejeos con los agentes federales. Protestaban por las políticas antiinmigración de una Administración que, a pesar de su retórica, no está deteniendo solo a criminales y que tachaban de “fascista”. Había quien comparaba a los agentes de ICE con la Gestapo, la temible policía del Tercer Reich.
Situaciones similares se han vivido esta semana en tribunales de inmigración de California, Nueva York, Texas y Florida.
Tres funcionarios de inmigración de Estados Unidos que prefirieron mantenerse en el anonimato, dijeron a AP que el lunes los fiscales recibieron la orden de comenzar a desestimar casos. Ello daría vía libre a los agentes federales para detener a los migrantes en la salida del tribunal.

El 21 de enero, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), envió un memorando en el que autorizó a la policía migratoria a detener dentro de los tribunales y en sus alrededores. El Gobierno de Joe Biden lo había prohibido por las consecuencias negativas que tuvo esa práctica, muy habitual en el primer mandato del republicano. La presencia de los agentes en las cortes disuadieron a muchos testigos a comparecer en juicios y a denunciar delitos por el temor a ser detenidos, poniendo en riesgo la seguridad pública.
El DHS emitió un comunicado en el que dice que “la secretaria Noem está empoderando a las fuerzas del orden para que usen el sentido común y expulsen a los inmigrantes ilegales de las comunidades estadounidenses”. El martes, Kristi Noem se puso en evidencia al confundir un derecho tan básico como el habeas corpus, que definió como “un derecho constitucional que tiene el presidente para poder expulsar a personas de este país y suspender sus derechos”. Por el contrario, el habeas corpus, que recoge la Constitución y el Gobierno ha planteado eliminar, garantiza el debido proceso judicial a los detenidos para evitar los abusos de poder.
Los tribunales de inmigración ven cientos de casos a diario. La mayoría de las audiencias dura menos de cinco minutos y termina con un juez ordenando a quienes comparecen que regresen en dos años para defender su caso contra la deportación. Ahora, sin embargo, los agentes de ICE están acudiendo para detener a cuantos migrantes puedan. Todo sea para cubrir las necesidades que requiere la mayor deportación de la historia, que tanto desea el presidente.
“Desde el comienzo, la Administración Trump ha dicho que van a por los criminales más peligrosos. Sin embargo, las acciones de ICE en Seattle, Santa Ana y ahora Phoenix muestran otra cosa. Que los agentes aparezcan para detener a las personas tras sus audiencias no es solo algo sin precedentes, sino que es absolutamente reprensible”, dijo la senadora estatal de Arizona, Catherine Miranda.
Juan Serrano, un migrante colombiano de 28 años sin antecedentes penales, asistió el miércoles a una vista en la corte de inmigración en Miami que pensó sería rápida. A la salida, cinco agentes federales lo esposaron contra la pared, lo escoltaron al garaje y lo llevaron en una camioneta junto con una docena de otros migrantes detenidos. Serrano ingresó en Estados Unidos en septiembre de 2022 después de huir de su país por las amenazas recibidas cuando era asesor de un político en Bogotá, según declaró su novia a AP, quien habló bajo condición de anonimato. El año pasado Serrano había presentado una solicitud de asilo.
La pareja durmió en las calles cuando se mudaron a Miami, pero juntaron suficiente dinero —ella limpiando casas y él trabajando en construcción— para comprar un coche usado y alquilar un apartamento de una habitación por 1.400 dólares al mes. La mujer dijo que agradecían cualquier ayuda, mientras revisaba el pasaporte de su novio, los papeles de inmigración y los recibos de impuestos del IRS. “Lamentablemente, no hay muchos americanos que nos quieren ayudar”, añadió.
El senador republicano de Arizona, John Kavanagh, defensor de la cruzada antiinmigración de Trump, declaró al canal 12 News en respuesta a las redadas en las cortes: “La gente que son migrantes ilegales deberían ser detenidos no solo en los tribunales, sino en cualquier sitio que se encuentren”.
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