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La retirada de un reportaje sobre los deportados por Trump a El Salvador provoca una crisis en CBS (y acaba filtrado en internet)

Bari Weiss, flamante jefa ‘antiwoke’ de informativos de la cadena, eliminó en el último minuto la pieza del programa ‘60 Minutes’ tras la negativa de la Casa Blanca a hablar

Venezuelans deported from the United States at the CECOT facilities in El Salvador

El broche a un año ciertamente desagradable para la prensa en Estados Unidos ha sido un escándalo por una decisión de la nueva jefa de la sección de informativos de la cadena CBS, la columnista antiwoke Bari Weiss, contratada tras las presiones del presidente Donald Trump sobre la emisora. Weiss canceló inesperadamente la emisión de un reportaje sobre la deportación sin las correspondientes garantías procesales de más de 200 venezolanos por parte del Gobierno estadounidense. Los mandaron directos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), brutal cárcel de máxima seguridad de Nayib Bukele en El Salvador.

Weiss lo hizo cuando este ya había sido promocionado varias veces por la propia televisión y en el último minuto, tres horas antes de su emisión el domingo por la noche. Para entonces, la pieza periodística ya había pasado todos los filtros. La justificación que dio es que no contenía información equilibrada.

La decisión fue inusual, y tan al límite que quienes tienen los derechos en Canadá (una app llamada Global TV) sí emitieron íntegro el programa que contenía el reportaje, en el venerable informativo dominical 60 Minutes. El segmento cancelado de 14 minutos, en los que varios de los deportados cuentan con detalle abusos y torturas sufridos en la cárcel, circulaba así este martes como la pólvora, dos días después de que se hubiese hurtado a la audiencia estadounidense, por los teléfonos móviles de políticos, periodistas y expertos en la región centroamericana de Washington.

La bronca comenzó el mismo domingo, cuando una de los periodistas que firman la pieza, Sharyn Alfonsi, veterana corresponsal de 60 Minutes, envió una nota interna a sus colegas de la redacción en la que acusaba a CBS News de retirarla por razones “políticas”. “Nuestro reportaje fue revisado cinco veces y aprobado tanto por los abogados de CBS como por el departamento de Normas y Prácticas”, escribió Alfonsi en su texto, que también acabó filtrado en las redes sociales. “Es rigurosamente veraz. En mi opinión, retirarlo ahora, después de haber superado todos los exigentes controles internos, no es una decisión editorial, sino política”.

Weiss dio el mismo domingo su versión de los hechos en un comunicado: “Mi trabajo es asegurarme de que todas las historias que emitimos sean de la mejor calidad posible. Retrasar la publicación de aquellas que no están listas por cualquier motivo —ya sea por falta de contexto suficiente o porque les faltan voces clave— es algo que ocurre a diario en todas las redacciones. Espero poder sacar este importante reportaje cuando esté listo”.

Bari Weiss

En el proceso de edición de la historia, la jefa de CBS News había expresado su preocupación porque esta no incluía la versión de la Administración de Trump, después de que ninguno de sus funcionarios quisiera participar. Tampoco Stephen Miller, subjefe de Gabinete de la Casa Blanca. Weiss les dio a los reporteros su teléfono móvil para que lo llamaran, pero no tuvieron éxito. En su queja, Alfonsi cuenta que pidieron “respuestas a preguntas y/o entrevistas con el Departamento de Seguridad Nacional, la Casa Blanca y el Departamento de Estado”.

Para la periodista, la decisión de no emitir un reportaje porque el Gobierno se niega a participar en él equivale a conceder a la Administración de Trump el poder del “veto”. “Su negativa a prestarse a una entrevista es una maniobra táctica diseñada para matar la noticia”, escribió. “Si la negativa de la Administración a participar se convierte en una razón válida para descartar una historia, les habremos entregado, de hecho, un ‘botón de pánico’ para cualquier reportaje que les resulte inconveniente”.

El último escándalo de CBS relacionado con Trump llega meses después de que la cadena alcanzase un acuerdo con el presidente de Estados Unidos para enterrar una demanda que este había puesto a su división de informativos por la edición de una entrevista con la candidata demócrata Kamala Harris en la recta final de la campaña en la que los republicanos recobraron la presidencia en noviembre de 2024. Trump acusó a los responsables de 60 Minutes de favorecer a Harris.

CBS, entonces, propiedad de Paramount, acabó pagando 16 millones de dólares para apaciguarlo en un movimiento que, sumado a otro similar de ABC News, fue interpretado como una capitulación ante un presidente que ha empleado sus 11 primeros meses en el cargo para atacar la libertad de prensa en los tribunales.

Operación de compra

Su Administración aprobó después la compra de CBS por Skydance Media, compañía propiedad del magnate Larry Ellison, fundador de Oracle y amigo personal de Trump. Fue tras ese movimiento cuando nombraron a Weiss. Esta se hizo un nombre como columnista en The New York Times, institución de la que salió dando un portazo para fundar una web de opinión llamada The Free Press, que Ellison adquirió este año por 150 millones de dólares.

La Redacción de CBS News, cuyos miembros pertenecen a algo así como la aristocracia del periodismo en Estados Unidos, la recibió de uñas por su falta de experiencia en dos campos: la televisión y el reporterismo. Una de sus mayores conquistas desde que asumió el cargo fue conseguir una entrevista con Trump, durante la que este la elogió. “No la conozco, pero me cuentan que es una persona fantástica“, dijo el presidente.

En las últimas semanas, Trump ha dado señales de haber cambiado de idea sobre Weiss y también sobre Ellison. “Me encantan los nuevos dueños de CBS”, dijo Trump en un mitin. “Pero algo les pasa. El programa 60 Minutes me ha tratado peor con esos nuevos dueños que antes… Simplemente, no paran de atacarme, no paran de criticarme, es una locura”. Cuando afirmó eso, la cadena ya había promocionado en antena el reportaje “Dentro del CECOT”. También habían enviado una nota de prensa que celebraba el logro periodístico: “La corresponsal Sharyn Alfonsi habla con algunos de los deportados que ya han sido liberados, que describen las condiciones brutales y torturas que sufrieron dentro del CECOT”.

La reportera se acordó de esos hombres en la nota interna en la que denunciaba la cancelación de la emisión de su reportaje. “[A]rriesgaron sus vidas para hablar con nosotros. Tenemos la obligación moral y profesional de proteger a las fuentes que nos confiaron sus historias. Abandonarlos ahora es una traición al principio más fundamental del periodismo: dar voz a quienes no la tienen”, escribió Alfonsi.

Entre ellos, está Luis Muñoz Pinto, un estudiante universitario venezolano que ahora vive en Colombia, que cuenta en el testimonio que abre el reportaje: “Lo primero que nos dijo [el alcaide] fue que nunca más volveríamos a ver la luz del día ni de la noche. Nos dijo: ‘Bienvenidos al infierno”. Después, los carceleros le partieron un diente.

Otro venezolano llamado William Losada Sánchez habla de “la isla”, una celda de castigo a la que enviaban a los prisioneros que no podían cumplir con la orden de permanecer arrodillados durante 24 horas al día. “Es una pequeña habitación sin luz, sin ventilación, sin nada. No se ve nada. Una vez encerrados, venían a golpearnos cada media hora y golpeaban la puerta con sus porras para aterrorizarnos”, recuerda Losada.

Como consecuencia del embrollo por la gestión de esa información, a ambos les queda ahora el consuelo de que sus historias, en algo que solo puede calificarse como una chapuza, sí han visto la luz en Canadá. Y también, en los móviles de aquellos que este martes se intercambian como si fuera material de contrabando ese contenido que Weiss prefería que no viera nadie.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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