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La fiscal general de Nueva York imputada por presiones de Trump se declara inocente de la acusación de fraude bancario

Letitia James es la tercera adversaria política del presidente procesada por el Departamento de Justicia en apenas un mes

Letitia James se dirige este viernes a sus seguidores en Norfolk (Virginia).
María Antonia Sánchez-Vallejo

La fiscal general de Nueva York, Letitia James, se ha declarado inocente este viernes al comparecer ante el tribunal federal de Norfolk (Virginia), imputada por sendos delitos de fraude bancario y declaraciones falsas a una entidad financiera. La de James es la tercera imputación política a enemigos políticos del presidente Donald Trump en menos de un mes, junto con las del exdirector de la CIA James Comey y el exasesor de Seguridad Nacional del primer mandato de Trump John Bolton, en lo que constituyen claras señales de la instrumentalización política del Departamento de Justicia por la Casa Blanca. El juicio a James ha sido fijado para el 26 de enero.

El republicano se la tiene jurada a la fiscal, que es demócrata, por llevarle a juicio, y ganarlo, en una demanda civil, dirigida también contra sus dos hijos mayores y la Organización Trump, el emporio familiar, por inflar el valor de sus propiedades para obtener tasas de interés favorables en préstamos y seguros. El republicano fue declarado culpable y obligado a pagar una sanción millonaria, superior a los 450 millones de dólares con los intereses acumulados, que su reelección como presidente dejó en suspenso.

Los fiscales alegan que James engañó al banco al contratar una hipoteca para una propiedad en Norfolk (Virginia), al afirmar que sería una segunda residencia, no una inversión. Al hacerlo, según la acusación, la fiscal de Nueva York se ahorró unos 19.000 dólares durante la vigencia del préstamo. James considera que los cargos son infundados y obedecen a una persecución política y ha asegurado haber cedido el inmueble como vivienda habitual, sin contraprestaciones, a una sobrina nieta suya y sus hijos.

El abogado de James, que ha vuelto a colocarse en el punto de mira de Trump al apoyar formalmente al progresista Zohran Mamdani en las elecciones municipales, espera presentar una moción para desestimar el caso basándose en que el Departamento de Justicia actúa movido por la venganza política. El tribunal considerará el recurso en una audiencia el 5 de diciembre. El firme apoyo de James a Mamdani, una bestia negra para Trump, que lo tilda de peligroso comunista, no ha hecho sino enfurecer aún más al mandatario.

Después de su breve comparecencia ante el tribunal, James se ha dirigido a los medios y a los simpatizantes que desde primera hora de la mañana la arropaban coreando consignas en su defensa. James ha dicho que “no se dejará disuadir” por el procesamiento. “Hoy no hay miedo, no hay miedo. Porque creo que la justicia caerá como agua, y la rectitud como un torrente impetuoso”, afirmó, asegurando que el sistema de justicia está siendo utilizado como una “herramienta de venganza” y un “arma contra aquellos individuos que simplemente hicieron su trabajo y defendieron el estado de derecho”.

La imputación a James se ha llevado por delante a la fiscal federal de Virginia que se resistió a cargos de fraude hipotecario contra ella, por considerarlos poco probados. Beth Yusi fue despedida a principios de este mes, al menos en parte, debido al mal manejo de la información personal, según personas familiarizadas con su despido. Otras, sin embargo, lo consideran un ejemplo del proceder del actual Departamento de Justicia de apartar a todos cuantos no obedezcan las órdenes políticas de la Casa Blanca, es decir, de quienes acusan al Departamento de Justicia de seguir directivas para atacar a los oponentes políticos de Trump.

El de Yusi no es el primer despido fulminante en la administración de Justicia durante el segundo mandato de Trump. El mes pasado, Maurene Comey, fiscal federal involucrada en los casos de Jeffrey Epstein, Ghislaine Maxwell y el rapero Sean Combs, demandó a la Administración de Trump por haber sido despedida este verano. Comey, hija del exdirector del FBI y también imputado James Comey, alegó en una demanda presentada el 16 de septiembre en un tribunal federal de Manhattan que no le dieron ninguna explicación por su despido y asegura que fue únicamente una represalia por ser hija de su padre.

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