La silla Batlló de Gaudí, rediseñada por Casa Valle, llega por primera vez a Estados Unidos
El Festival de diseño NYCxDesign exhibe y pone a la venta los diseños de muebles del mayor exponente del modernismo catalán


El Festival de diseño NYCxDesign reúne desde 2012 lo mejor del diseño en distintas áreas, ya sea el diseño de interiores, industrial, arquitectónico, gráfico o urbano. Del 15 al 20 de mayo, y tras el pistoletazo de salida con una fiesta en la antigua fábrica de azúcar Domino, un edificio icónico situado en Williamsburg, numerosos eventos, conferencias y exhibiciones relacionadas con el diseño salpicarán los barrios de Nueva York. Una de las propuestas más interesantes la presenta Casa Valle, un galardonado estudio de diseño fundado por la editora y exdirectora de estilo de Architectural Digest, Jane Keltner del Valle, y el arquitecto Giancarlo Valle: el rediseño de la silla Batlló de Gaudí.
Jane Keltner y Giancarlo Valle se casaron en el 2010 y son pareja creativa desde que inauguraron su proyecto en común, Casa Valle, en el 2024. Este año colaboran por primera vez en el NYCxDesign y lo hacen con una apuesta muy atractiva. En la feria presentan 50 réplicas de la silla, fiel a la edición original, —elaborada a mano por artesanos en Barcelona utilizando los mismos métodos y materiales— pero con la singularidad de que el acabado está teñido en ébano. El precio de las mismas, hasta ahora, es un misterio.
La silla Batlló, diseñada en 1906, es una pieza única que refleja no solo la genialidad de Antoni Gaudí para expresar la belleza, sino lo adelantado que estaba a su tiempo. Ya en el siglo XIX la había diseñado con un estilo ergonómico que se adaptaba al cuerpo humano y priorizaba la funcionalidad, mucho antes de que esos conceptos se popularizaran. Más que una simple silla, es una obra fluida y orgánica, donde las uniones entre piezas mediante tornillos son invisibles, como por arte de magia, dando la impresión de que la madera ha adoptado de forma natural esa forma.
“Es una dicotomía curiosa, porque la arquitectura de Gaudí se ha convertido casi en una atracción turística al estilo Disneylandia, pero sus diseños de mobiliario siguen siendo completamente exclusivos. Hay una elegancia y un rigor en sus piezas que a veces se pierden entre el ruido superficial”, explican mediante email Giancarlo Valle y Jane Keltner resaltando que, aunque en cierto sentido la obra de Gaudí es muy reconocida, también hay una parte aún por descubrir. “Sus muebles, por ejemplo, nunca habían llegado a Estados Unidos. Nos sentimos honrados e ilusionados de poder compartirlos ahora en Nueva York ante la comunidad de diseñadores”.

La silla formaba parte del mobiliario de la Casa Batlló, un edificio situado en el paseo de Gracia de Barcelona que Gaudí remodeló por encargo de Josep Batlló, un acaudalado hombre de negocios textiles y que en el 2005 fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El diseño onírico de la casa y los muebles estaba inspirado en un mundo marino que se entremezclaba con la fantasía y que parece extraído del imaginario infantil o de la novela de Julio Verne, 20.000 leguas de viaje submarino.
Un colorido tejado que simulaba escamas, una ondulante fachada que evoca a las olas del mar, con una escalera principal tallada en madera noble como la espina dorsal de un animal marino, barandillas que parecen redes de pescar y unos arcos catenarios en el desván que dan la impresión de que se está dentro del vientre de un cetáceo. Ya lo dijo Dalí: “Gaudí ha construido una casa según las formas del mar, representando las olas en un día de calma. Verdadera escultura de los reflejos de las nubes crepusculares en el agua, de las que emergen las formas de agua extendida, formas de agua que se extienden, formas de agua estancada, formas de agua espejeante y formas de agua rizadas por el viento.”
Valle, graduado en Princeton y con una trayectoria que le ha valido un lugar en la prestigiosa lista global AD100 —que reconoce a los cien estudios, arquitectos y diseñadores de interiores más influyentes del mundo—, aporta una sensibilidad internacional forjada desde la infancia: hijo de padres peruanos de ascendencia italiana, creció entre Estados Unidos (San Francisco, Chicago) y América Latina (Caracas, Venezuela).
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