Las cuotas de género
Ustedes no saben lo que es dirigir siendo mujer en una industria así. Tampoco se lo voy a contar hoy


Con frecuencia, alguien (del cine, claro) de sexo masculino me dice que no puede trabajar porque solo le dan películas a mujeres. Es cierto que el ICAA ahora mismo ofrece ayudas a películas dirigidas por mujeres, o que tengan mujeres en puestos estratégicos. Para dirección se reserva un 35%. Eso significa que al menos el 65% pueden ser dirigidas por hombres. Más de la mitad. Para esos puestos estratégicos, algunos ya se buscan las castañas para que sean hombres (que son los que saben) los que estén al mando, y para ello ponen a la novia del señor al que quieren contratar para que firme. Cómo afecte esto a la base imponible de la señorita firmante es otra historia. ¿Por qué aceptan? Misterio.
Al mismo tiempo que escucho esas quejas de directores, conozco también las de directoras que no encuentran quién les produzca la película. En la parte de lograr que alguien te escuche estamos igual, hombres y mujeres. Somos muchos para muy pocas películas.
Ustedes no saben lo que es dirigir siendo mujer en una industria así. Tampoco se lo voy a contar hoy. Debe de ser parecido (aunque mucho peor) a lo que fue ser director debutante en los noventa, cuando el ICAA quiso fomentar una renovación autoral y aparecieron nuevos directores por todas partes, y también alguna directora (Icíar Bollaín, Isabel Coixet, Chus Gutiérrez y Gracia Querejeta, las más conocidas).
En los rodajes, los técnicos no estaban muy por la labor, sin llegar a las situaciones que he vivido y me han contado otras mujeres directoras. En las entrevistas —yo las leía todas— no recuerdo una sola vez en la que a un hombre le preguntaran si consideraba que le había quitado el puesto a un director veterano solo por ser debutante. Esta pregunta, sin embargo, se repite implícita y explícitamente con todas las mujeres directoras. Y en petit comité, ni se imaginan. No se escuchaba la misma pregunta cuando se impulsaron la animación o las películas en lengua cooficiales.
No se ha dado un solo año en el que haya más mujeres directoras que hombres. En 2010, el 93% de las películas españolas las dirigieron ellos. No pasaba nada. Era lo normal. Hace 20 años (2005), fue un 90%. Y ahora, en 2025, pretendemos que las mujeres hagamos el 45% de las películas, y a veces solo quieren que firmemos, pero no que dirijamos. Pero dirigir, sintiéndolo mucho, no es “cosa de hombres”. Es un privilegio, sí, pero de seres humanos en según qué circunstancias de las que ya hablaremos otro día.
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