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Un sismómetro en cada bolsillo: cinco millones de móviles recibieron una alerta segundos después del terremoto de Almería

Un estudio publicado en ‘Science’ muestra la eficacia del programa de Android para generar avisos tan rápidos y precisos como los de los sistemas oficiales que emplean sofisticadas redes sismológicas

Afectados por el terremoto de Turquía de febrero de 2023 caminan junto a edificios derrumbados en Iskenderun.
Francisco Doménech

Por primera vez, un aviso de terremoto ha llegado a la población española antes que la sacudida. Lo recibieron el pasado lunes al amanecer en sus teléfonos Android millones de personas, con un estupor que corrió por las redes sociales; y la sorpresa fue aún mayor cuando se supo que habían sido los propios smartphones los que habían detectado el terremoto y lanzado la alerta, en lugar de una sofisticada red de sismómetros.

Con daños materiales leves y sin víctimas, la protagonista del terremoto frente a las costas de Almería —de magnitud 5,3 según el Instituto Geográfico Nacional (IGN)— fue esa alerta temprana enviada por Google sin contar con datos oficiales y sin esperar al visto bueno de las autoridades. Pero no era una prueba furtiva ni una experiencia piloto. Este jueves, casualmente, el sistema usado desde 2021 por el gigante tecnológico estadounidense en todo el planeta ha recibido un importante respaldo de la comunidad científica: la revista Science, escaparate de la mejor ciencia mundial, acaba de publicar una investigación que demuestra su eficacia para anticiparse a las ondas destructoras de terremotos y, así, ayudar a mitigar sus daños entre la población.

“Terremoto cercano. Prepárate por si hay ligeros temblores”. Eran las 7:13:39 del pasado lunes cuando multitud de teléfonos Android empezaron a recibir en el sureste de España esa inédita alerta, que estimaba —con bastante precisión— la magnitud del seísmo en un valor de 5,1. Según los datos facilitados por Google a EL PAÍS, cuando se lanzó ese primer aviso habían transcurrido tan solo 12,5 segundos desde el inicio del terremoto, cerca de la costa de Almería y a 3 kilómetros bajo el fondo del mar Mediterráneo. En total, cinco millones de móviles acabaron recibiendo una alerta en los instantes siguientes, afirma la compañía tecnológica.

Así muestran los teléfonos Android la notificación de peligro (a la izquierda, para temblores leves) y la alarma para tomar medidas (a la derecha, para terremotos moderados y fuertes).

¿Cómo fue posible? Lo explica a este diario Richard Allen, padre del innovador sistema de alerta sísmica que usa los propios sensores de los smartphones para anticiparse a los temblores y sacudidas: “Unos 5,5 segundos después del origen estimado del terremoto [que el IGN sitúa a las 7:13:27, hora local], las primeras ondas llegaron a los teléfonos de la ciudad más cercana”, revela este sismólogo, que también es el autor principal del estudio publicado en la revista Science. En ese artículo detalla que el sistema de alerta sísmica temprana aprovecha que esas primeras perturbaciones, las ondas P, viajan mucho más rápido por el subsuelo que las ondas S, que son las responsables de las sacudidas más fuertes y tienen una mayor capacidad destructora.

Hay un margen, pero es estrecho. Cada segundo cuenta. “Aproximadamente 10 segundos después del inicio del seísmo, las ondas S llegaron a la ciudad más cercana. Así que la primera alerta se entregó un par de segundos después, pero sí que fue antes de que las ondas S alcanzasen otras localidades más alejadas”, explica Allen. Todos los smartphones son detectores de terremotos en potencia, porque llevan dentro unos sensores de ubicación, inclinación y aceleración que perciben las perturbaciones sísmicas y pueden comunicarlo al instante usando su conexión de datos. Hace una década, Allen y su equipo del Laboratorio Sismológico de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) pensó en aprovechar esa capacidad innata de los móviles. Hoy, todos los teléfonos nuevos con Android —el sistema operativo para móviles desarrollado por Google— traen activada por defecto la función de alerta sísmica. Y los servidores de Google están escuchando permanentemente: cuando comienzan a recibir señales de posibles perturbaciones sísmicas, sus algoritmos las procesan hasta que acumulan una evidencia suficiente para lanzar la alerta.

Marc Stogaitis, ingeniero jefe de software de Android y coautor del estudio, explica que esperar a que más sensores de teléfonos móviles detecten el terremoto puede hacer que la estimación de magnitud sea más precisa, pero eso también reduce el margen de tiempo para lanzar el aviso. “Hay que encontrar el equilibrio adecuado entre precisión y tiempo: ese es el desafío para cualquier sistema de alerta temprana de terremotos. Y además, nuestro sistema tiene que manejar las señales de muchos modelos de teléfonos diferentes, con distintas calidades en sus sensores”.

Alertar antes de las ondas destructoras

El sistema de alerta de terremotos de Android comenzó a desplegarse en los primeros países —Grecia y Nueva Zelanda— en abril de 2021 y luego fue llegando a un total de 98 países. Ahora, Allen y Stogaitis han publicado una revisión científica de los tres primeros años de funcionamiento. Hasta marzo de 2024, Google envió alertas para un total de 1.279 presuntos seísmos —los que detectó con una magnitud mayor que 4,5— y el análisis muestra cómo la precisión de la magnitud estimada ha ido mejorando desde las primeras pruebas. Así, la detección de terremotos con móviles ha logrado alcanzar, e incluso mejorar ligeramente, el margen de error de los sistemas nacionales de alerta temprana de EE UU y Japón, que sí utilizan las extensas redes públicas de sismómetros de esos países. Además, los investigadores evaluaron la utilidad de las alertas mediante encuestas de satisfacción a las personas que las recibieron; de las más de un millón y medio que contestaron, un 36% afirmó haber recibido la alerta antes de que llegaran las sacudidas, un 28% durante y un 23% después.

Map‬‭a de todas las detecciones de terremotos realizadas por el sistema de alerta temprana de Android, desde el 1/4/2021 al 31/3/2024.

El algoritmo de Google que siente la llegada de los terremotos no es infalible: ha enviado 3 falsas alertas, que según los investigadores se debieron a dos tormentas y al envío masivo de una notificación que hizo vibrar a multitud de teléfonos al mismo tiempo. El estudio de esos eventos les llevó a refinar el sistema para evitar que un suceso como esos vuelva a desencadenar una alerta. Como caso de éxito, Allen y Stogaitis presentan un terremoto severo —con una magnitud de 6,7— que sucedió al sur de Filipinas el 17 de noviembre de 2023. “Casi 2,5 millones de personas recibieron una alerta. De ellas, más de 100.000 recibieron un aviso para tomar medidas de protección, que en la mayoría de los casos llegaron unos segundos antes que las ondas S y el pico de sacudidas de máxima intensidad”, afirman los investigadores en su artículo científico. Esas alarmas de alto nivel para protegerse son más que meras notificaciones —como las del pasado lunes en Almería—: se saltan los ajustes del teléfono de permanecer en silencio o no molestar, ocupan toda la pantalla y emiten un característico sonido a mucho volumen.

Frente al éxito de Filipinas, el devastador doble terremoto de Turquía y Siria del 6 de febrero de 2023 mostró uno de los talones de Aquiles de este sistema, que subestimó por mucho la magnitud de los seísmos. “Es un problema físico, que ante un terremoto muy intenso sufre cualquier sistema de alerta temprana, incluso los basados en sismómetros de alta precisión”, explica el sismólogo Juan Vicente Cantavella, que no ha participado en el estudio y es el director de la de la Red Sísmica Nacional que el IGN tiene en España. Este experto valora los resultados del sistema de alerta sísmica de Android como un avance muy positivo “a pesar de esa y otras limitaciones que los investigadores señalan en su artículo”. Los smartphones no pueden detectar terremotos que suceden en medio del océano, pues la baja sensibilidad de sus sensores limita su alcance a una distancia de entre 100 y 200 kilómetros de la costa. Tampoco el sistema ideado desde la universidad de Berkeley e implantado por Google es efectivo en zonas poco pobladas, en las que no hay un número suficiente de teléfonos móviles para que la detección sea precisa.

Hacia un sistema de alertas público

A Cantavella le inquieta que estas innovadoras alertas sísmicas las envíe una compañía privada: “¿De quién es la responsabilidad si esas alertas dan una falsa alarma o si no llegan a determinados usuarios?”. Elisa Buforn, catedrática de Sismología de la Universidad Complutense de Madrid y recientemente jubilada, es una de esas usuarias de Android que no recibió la alerta el pasado lunes, aunque estaba “en una zona donde otras personas sí la recibieron”. Pese a ello, Buforn alaba el trabajo de Allen, Stogaitis y sus equipos, y considera una buena noticia que hayan logrado demostrar que “los smartphones pueden ayudar en la alerta temprana de terremotos”.

Desde Google, Marc Stogaitis alega que su sistema es “una herramienta complementaria de la infraestructura que ya existe, no está destinado a reemplazar los sistemas oficiales de detección o alerta sísmica”. Solo lo propone como una alternativa para los países con menos recursos, que no disponen de redes sísmicas nacionales. En España sí la hay, recuerda Cantavella, que es su responsable y afirma que está en estudio la implantación de un sistema público de alerta temprana de terremotos. “Lo prioritario sería centrarse en alertar de los que se producen en la misma zona del Atlántico en la que se originó el gran terremoto que arrasó Lisboa en 1755”. Allí, tarde o temprano, es seguro que volverá a haber un terremoto de máxima categoría.

Buforn coincide en señalar esa prioridad y recuerda que su laboratorio ha desarrollado “dos sistemas diferentes de alerta sísmica temprana —de momento, solo destinados a uso científico— y ha demostrado su viabilidad para anticiparse a los temblores que se generan en esa zona al sur de la Península”, desde el cabo de San Vicente hasta ambos lados del estrecho de Gibraltar. Esta veterana sismóloga, que ha dedicado buena parte de su carrera a estudiar y promover las alertas sísmicas tempranas, celebra que la iniciativa de Google pueda “servir para que la gente se entere de que existen estos sistemas que permiten mitigar los efectos de algunos terremotos. Realmente, para que tengamos esas alertas oficiales en España, solo hace falta que la sociedad lo demande. Los medios, los tenemos”. Sin embargo, a pesar de su optimismo con esta reciente tecnología —de momento, implantada sobre todo en países ricos con alto riesgo sísmico— recuerda sus limitaciones: “Ante un terremoto como el de Lorca de 2011, tan superficial y ubicado justo debajo de la ciudad, ningún sistema de alerta habría servido para nada”.

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Sobre la firma

Francisco Doménech
Redactor y cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Antes trabajó como periodista en 'La Voz de Galicia' y escribió temas de ciencia y tecnología para 'Heraldo de Aragón' y BBVA OpenMind. Es licenciado en Química, máster en Periodismo y técnico en Divulgación en museos de ciencia.
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