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La intervención completa del CEO de Ribera: “Vamos a adecuar el servicio al dinero que nos van a entregar”

Gallart enmarca la directriz de aumentar las listas de espera y la búsqueda de procesos rentables en una situación deficitaria del Hospital de Torrejón, tal como revela el audio de 25 minutos al que ha tenido acceso EL PAÍS

Pablo Linde

El pasado 25 de septiembre, el consejero delegado del grupo Ribera, Pablo Gallart, pidió a una veintena de mandos en una reunión interna revelada por EL PAÍS aumentar listas de espera y seleccionar procesos rentables para aumentar el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) del Hospital de Torrejón de Ardoz, un centro público de gestión privada de Madrid. Tanto él, como la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, trataron de desacreditar este sábado la información, alegando que estaba descontextualizada. Este periódico publica ahora la intervención completa de Gallart. Nada de lo que dice en 24 minutos y 56 segundos de grabación es contradictorio con lo que EL PAÍS ha publicado hasta la fecha. Todo el contexto es la justificación que hace para persuadir a sus subordinados de que tomen las medidas que les pide a posteriori. “Lo que vamos a hacer es, evidentemente, adecuar el servicio que les vamos a dar de acuerdo con el dinero… por recursos que ellos nos van a entregar”, les explica tras argumentar pérdidas millonarias por el convenio con la Comunidad de Madrid.

Antes de publicar la noticia, este diario ya había cotejado con el audio completo que las indicaciones eran veraces y comprobó cómo esas directrices luego se plasmaron por escrito. También pidió reiteradamente a Ribera hablar con Gallart para mostrarle todo el material, que lo comentase y lo contextualizase como considerara oportuno, pero se negó a hacerlo a través de un portavoz. En su comunicado del sábado, el CEO hace alusión a una hora y 25 minutos de encuentro, pero fuentes presentes señalan que tras su intervención inicial y una ronda de preguntas se marchó y la cita continuó sin él.

El contexto al que se refiere Gallart estaba reflejado de forma resumida en la primera información de EL PAÍS, del 3 de diciembre, en la que ya se explicaba que el directivo justificaba los recortes por la falta de beneficios del hospital. El consejero delegado comienza su intervención exponiendo esta mala situación y acusa a la Comunidad de Madrid de no pagar suficiente: “Hemos estado perdiendo 20 millones al año debido a que la cápita que nos han pagado es muy inferior al servicio que les hemos prestado [...]. Tuvimos que tomar una posición o darles una última oportunidad para que arreglaran el contrato. Echamos un pulso en enero, de tal forma que les dijimos a la Administración que si no lo arreglaba les entregaríamos la llave [...]. Finalmente, el último día de plazo que les dimos lo aceptaron. Lamentablemente, el equilibrio que esperábamos, que era de 17 millones al año, y solo nos han dado la mitad, aproximadamente nueve. Pero bueno, sí que es cierto que hemos salvado el match ball”.

Hace aquí Gallart alusión al rescate de 33,7 millones que la Comunidad de Madrid aprobó el pasado julio para sanear las cuentas de la empresa. Se sumaron a aportaciones adicionales al contrato de 88 millones en los últimos cinco años. La deuda que el grupo declaró por su inversión en Madrid alcanzaban los 124 millones de euros en 2022.

Antes de dar las órdenes que desveló EL PAÍS, de aumentar las listas de espera tras bajarlas durante dos años y de identificar procesos que “no son contributivos al EBITDA”, Gallart las justifica: “La Administración, reconociendo esos nueve [millones], de alguna forma, lo que nos ha dicho es qué recursos vamos a tener a futuro, y nosotros, como empresa digamos comprometida con el servicio, lo que vamos a hacer es, evidentemente, adecuar el servicio que les vamos a dar de acuerdo a con el dinero o los recursos que ellos nos van a entregar. Al final, lamentablemente, los recursos es algo limitado a cualquier negocio”.

Gallart asegura que históricamente su hospital ha dado un servicio “de muchísima más calidad que la pública”. “Siempre tienes un pequeño beneficio que es, digamos, el retorno que percibimos como operador”, explica, para que su audiencia entienda la “situación”. Dice que están “infinitamente mejor que hace 12 meses pero bastante peor de lo que nos hubiera gustado”.

Gallart les dice a los suyos que el hospital no va a ganar dinero hasta el final de la concesión: ““He convencido a los franceses de que es imposible que Torrejón gane dinero de aquí a 2039. No es posible. Y Vivalto [el grupo matriz, con sede en Francia] compra esa idea [...] Lo que sí que necesita Vivalto es que la caja neta que se genere anualmente no sea negativa”, dice, para afirmar después que la empresa ha regalado “toda la inversión a la Administración”

La concesión de la explotación de este hospital es de la modalidad de “riesgo y ventura”. Es decir, ganar dinero no está asegurado, y perderlo es una opción cuando se hace la inversión.

Otra de las justificaciones que hace Gallart para los recortes que plantea es que la Comunidad no ha aceptado que todos los médicos internos residentes (MIR) sean sufragados por la Consejería de Educación “que es lo lógico y lo que sucede en otras autonomías”. “Si nos hubieran aceptado el asumir ellos los MIRES, pues estaríamos hablando que los cinco millones o seis millones que nos hacen falta y que estoy ahora reclamando aquí, ya los tendríamos”, afirma.

Aumentar listas de espera

Tras una explicación financiera, da las consignas que fueron difundidas de aumentar listas de espera: “¿Cuál es nuestra capacidad de gestión? Pues entiendo que somos capaces de determinar la actividad que podemos proveer. O dicho de otra forma, estableciendo la lista de espera quirúrgica, al final nos va a determinar la actividad y, determinando la actividad [...], determinaréis cuáles [son] los gastos y qué nivel de EBITDA tendremos. Todos sabéis que la elasticidad de la cuenta de resultados a la lista de espera es directa. En Torrejón en el año 22 y 23 decidimos como organización hacer un esfuerzo para bajar la lista de espera. Lo único que pido es: desandemos el camino".

Gallart pide estar por debajo de las listas de espera de la pública, pero les dice a sus mandos que “no hace falta sacar matrícula de honor”. Para los hospitales que tienen este tipo de convenios con la Administración es importante mantener sus listas por debajo de los centros cercanos. La empresa cobra un canon fijo por atender a los pacientes de su zona y un ingreso adicional por cada intervención que capta de la población de otras áreas.

El CEO traslada que lo que se está hablando en la reunión es cómo pueden hacer para que “Torrejón sobreviva”. La conversación tiene como trasfondo, tal y como publicó este diario, la petición del grupo francés de sanear las cuentas para vender acciones de la compañía el año que viene.

“A todos nos gusta crecer, dar cualquier servicio caro que todos estaríamos encantados, en fin, en dar lo mejor, en esperar lo menos tiempo posible, dar la mejor tecnología. No tenemos presupuesto para eso”, señala.

Y a continuación añade Gallart: “Estoy convencido de que vamos a llegar. Igual de fácil que ha sido en el pasado aumentar cuatro o cinco millones los gastos de personal para aumentar o reducir la lista de espera, no me cabría en la cabeza que no es igual de fácil hacer el camino contrario, de verdad. La elasticidad siempre va en las dos direcciones. Y no solo estoy hablando de listas de espera, seguro que tenéis mucha imaginación, seguro que sois capaces de identificar qué procesos no son contributivos para el EBITDA de la sociedad [rentables] y que procesos sí lo son, y qué actividad nos interesa más hacer [...]. Seguro que estamos haciendo mucha actividad no cápita que no nos es contributiva, es decir, que nos está perjudicando”.

Después de transmitir estas órdenes, se dieron por escrito instrucciones de rechazar pacientes “no cápita” en el hospital, como en el caso de los que reciben diálisis peritoneal. También hubo órdenes por escrito de reutilizar material sanitario de un solo uso, como catéteres que se utilizan para intervenciones cardiovasculares.

“No va a ser nunca un negocio Torrejón y se lo hemos dicho a la Administración [...] No hemos venido aquí a ganar dinero”, explica al final de su discurso. Antes de la ronda de preguntas, el consejero delegado asegura que podría adornar la situación diciendo que “es fenomenal” que les hayan dado 200 millones de reequilibrio. “Pero quizás nos hacían falta 300″, señala. “Hemos salvado el match ball”, añade Gallart. “Rematemos ahora la jugada”. Gallart pide a sus mandos “garantizar un servicio de calidad”. “Es posible que Torrejón sea el mayor reto que tengamos”, les traslada.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.
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