Ir al contenido
_
_
_
_
Ejercicio físico
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La ciencia reivindica el mar como un centro de entrenamiento natural

Imagina que tu gimnasio no tiene techo, que el suelo se mueve bajo tus pies y que una ola marca el comienzo de tu rutina. Para muchas personas, el mar no solo es un lugar de escape o aventura: es un espacio de transformación

Una persona practica surf en el mar.
Gema Torres

Durante siglos, el mar ha sido visto como frontera, como amenaza o como escenario de descanso. Pero hoy, gracias a la ciencia, también lo reconocemos como un espacio de entrenamiento y de renovación. No es casualidad que muchas personas se sientan en libertad tras un baño en la playa. El agua salada, el horizonte abierto, el vaivén de las olas… Todo en el entorno marino parece favorecer una forma distinta de estar en el mundo. Y si a eso se suma el movimiento, el cuerpo en acción, los beneficios se multiplican.

Una creciente evidencia científica está revelando que practicar actividad física en entornos marinos naturales —lo que algunos investigadores llaman ejercicio azul— puede tener efectos profundos sobre la salud física, mental y emocional. Y lo mejor: no necesitas ser atleta de alto nivel ni vivir frente al mar para beneficiarte de ello.

En una era en la que el estrés, la ansiedad y la desconexión con la naturaleza son parte de nuestro día a día, los científicos están mirando hacia el mar en busca de soluciones. ¿Y si la respuesta estuviera en algo tan simple como remar en kayak, practicar surf o sumergirse en el agua salada? El término ejercicio azul se refiere a cualquier actividad física realizada en entornos acuáticos naturales, como nadar en el mar, remar en kayak, hacer surf o simplemente caminar junto a la costa. Pero lo que lo hace especial no es solo el esfuerzo corporal, sino la combinación de movimiento, naturaleza y agua.

Este tipo de ejercicio genera una serie de efectos psicológicos y fisiológicos que van más allá de los que se logran en entornos urbanos o cerrados. Diversos estudios coinciden en que el mar no solo invita al movimiento, sino que también reduce el estrés, mejora el estado de ánimo, incrementa la motivación y favorece la desconexión mental.

El ejercicio azul no está reservado a atletas ni a deportistas extremos. Al contrario, sus beneficios son especialmente relevantes para personas con un estilo de vida sedentario o con altos niveles de estrés. Y más concretamente, desde el punto de vista psicológico: los practicantes han mostrado una desconexión del estrés diario, muchos describen sentirse “fuera del mundo” y en un estado de calma mental. También está la conexión con la naturaleza, pues estar en el agua promueve una sensación de unidad con el entorno, con el vaivén de las olas del mar; y una sensación de presencia plena: la experiencia del agua genera atención plena de forma espontánea.

Un hombre rema en un kayak en las tranquilas aguas de la Laguna de Cacao (Honduras).

Desde el punto de vista físico, los beneficios van a depender mucho del tipo de actividad concreta. Pero de forma muy general, se ha evidenciado que el ejercicio en el mar mejora la condición cardiovascular, estimula grandes grupos musculares, favorece el equilibrio y, en general, tiene bajo impacto articular.

Se ha demostrado que la práctica de deportes como kayak, esnórquel o natación en entornos marinos protegidos tiene un efecto positivo en la salud general. Las personas que practican estas actividades indican mejoras en su estado físico y una significativa reducción del estrés y la ansiedad. Además, el simple hecho de estar en contacto con la naturaleza potencia dichos efectos. El mar no es solo un lugar donde moverse, sino también un aliado emocional.

Existen múltiples posibilidades, deportes que se practican sin motor, y con el mar y el viento como aliados. En nuestras costas es común ahora ver a personas haciendo windsurf, vela, kitesurf o wingfoil. La práctica de estas modalidades implica beneficios similares, pero sí hay que indicar que, al necesitar un material deportivo específico, se recomienda el uso de casco, chaleco de impacto, cortacables y calzado acuático adecuado, especialmente en entornos con arrecifes o en aguas tropicales donde son usuales las infecciones por heridas abiertas.

También es importante comenzar con sesiones dirigidas por profesionales especializados en cada modalidad, pues debido a las características técnicas, se pueden producir lesiones en extremidades inferiores, cabeza y cuello, sobre todo en la ejecución de maniobras. Lo que no ofrece discusión es que la conjunción que tiene la simbiosis con el mar y el viento, hacen que la práctica de estos deportes esté en un auge continuo, en un momento en que la vida parece que va demasiado deprisa.

Una herramienta terapéutica

Además, quienes practican deportes acuáticos de forma regular o competitiva también obtienen beneficios psicológicos diferenciales. Estos deportistas se han demostrado como presentan un alto nivel de foco de control interno, una alta motivación intrínseca y una fuerte orientación al aprendizaje. Estos perfiles no son casuales. El mar es un entorno imprevisible: requiere adaptación constante, lectura del entorno, tolerancia a la frustración y agilidad en la toma de decisiones. No se trata solo de tener fuerza o técnica, sino de cultivar la flexibilidad mental, la concentración y el autocontrol emocional. Por eso, entrenar en el mar no solo mejora el rendimiento, sino que también ayuda a moldear actitudes y fortalece el carácter.

El poder del mar va más allá del ocio o el entrenamiento. También está demostrando ser una herramienta terapéutica de gran impacto. Se ha observado que el surf, adaptado a las características concretas de personas con lesiones cerebrales adquiridas, puede ser una elección para una mejora de forma holística. Programas de entrenamiento de surf, dirigido por un profesional especializado, atendiendo a características cognitivas y capacidades físicas individuales, han mostrado resultados muy destacables: mejora del estado de ánimo, aumento de la autoestima, sensación de autonomía y redescubrimiento del propio cuerpo. Además, el componente grupal contribuye al sentido de pertenencia y apoyo social. El mar funciona como un entorno terapéutico no tradicional, que podría ser tenido en cuenta como complemento.

El ejercicio azul no es una moda, sino una estrategia de bienestar con respaldo científico. En un mundo cada vez más urbano y estresado, reconectar con el agua y el entorno natural puede ser una vía sencilla y poderosa para recuperar salud, vitalidad y sentido. El deporte, el mar y la ciencia se unen para recordarnos algo esencial: que cuidar del océano es también cuidar de nosotros mismos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Gema Torres
Es catedrática de la Universidad de Jaén en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Grupo de Investigación CEDA (Ciencia, Educación, Deporte y Actividad Física).
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_