“La suerte de contar hoy con Santiago Abascal”
El líder de Vox escoge una “cuenta patriótica” que se define como antibulos para lanzar sin interrupciones su discurso de odio


Ya en el siglo de las luces, un hombre brillante, Voltaire, en misión especial contra los fanatismos y en defensa de la tolerancia, entendió que la mejor arma para advertir y denunciar allí donde aparecía la necedad humana era la ironía. Hagámosle caso.
El espacio donde el líder de Vox, Santiago Abascal, decidió despacharse a gusto contra la Conferencia Episcopal —por defender la libertad religiosa aunque no fuera la suya— y contra los periodistas —que manipulan y estropean sus grandes ideas— se llama “Bipartidismo stream” (21.300 suscriptores en YouTube) y se presenta como “la alternativa ante los verdaderos bulos de los grandes medios del bipartidismo”. O sea, al parecer hay unos bulos verdaderos y unos falsos. Y unos medios bipartidistas y otros, como ellos, que son unipartidarios y radicalmente independientes. Al menos, la palabra estaba escrita con b de bulo, que fue la misma letra que utilizó la extrema derecha para escribir “exclusibamente” (sic) en el punto séptimo de la polémica moción de Jumilla (Murcia, 27.200 habitantes) para impedir que la comunidad musulmana utilice el polideportivo municipal para celebrar el fin del Ramadán y la Fiesta del Cordero.
🇪🇸 Jumilla hace historia.
— VOX Murcia (@Vox_Murcia) August 6, 2025
Gracias a @vox_es se aprueba la primera medida en España que impide celebrar fiestas islámicas en espacios públicos.
⁰¡España es y será siempre tierra de raíces cristianas!
🗣️ @JuanAgusCarri
📰 https://t.co/bVVV6ImEY6 pic.twitter.com/s6ntuo1RAQ
La “exclusiva” la consiguió Unai Cano, quien se presenta en su perfil de X como pluriempleado —“Periodista de @gaceta_es y presentador de @Bipartidismo”— si bien, a juzgar por el trasiego frenético de retuits entre Vox, La Gaceta, Bipartidismo stream y el propio Cano, todo parece quedar en casa. Fue una entrevista de 59 minutos claramente a cara de perro, con preguntas incisivas y sin repreguntas, no fuera a caer el bulo del lado que no toca cuestionando un dato cuando el líder lo explica todo perfectamente a la primera.
Dispuesto a destapar la verdad y nada más que la verdad, Cano, que tenía “la suerte de contar hoy con Santiago Abascal”, lanzaba auténticos dardos: “¿Está España a tiempo de frenar esta invasión?“; ”Habéis llevado a cabo grandes iniciativas, como la que tan popular se ha hecho en los últimos días en Jumilla, donde habéis conseguido que se acabe con todas las festividades musulmanas, como el asesinato de corderos. ¿No crees que esto es una medida positiva?“;”Los obispos, siempre que surgen polémicas con la inmigración ilegal, se ponen del lado de la izquierda"... Visiblemente incómodo, el líder de Vox, humilde, hasta se quitaba méritos: “Son poca cosa comparado con todo lo que hay que hacer...”.
Repreguntas, que es de donde suelen salir los titulares de las entrevistas, no hubo, pero algo de diálogo sí:
Entrevistado: “Queremos que las calles de España sigan pareciendo calles de España”.
Entrevistador: “Claro”.
Entrevistado: “Yo soy católico, pero tengo una responsabilidad política y la voy a ejercer. Si otros no ejercen su responsabilidad, tendrán que dar cuentas”.
Entrevistador: “Desde luego”.
Entrevistado: “Al erario le cuesta menos mantener un soldado que un supuesto menor extranjero”.
Entrevistador: “Así es”.
Entrevistado: “Cuando tú defiendes...”
Entrevistador: “El sentido común”.
Entrevistado: “Pues al final la gente confía en ti”.
Entrevistador: “Claro”.
En todo caso, tan claro no debe de ver Unai Cano el poder de los bulos verdaderos porque planteó a Abascal su temor a que la regulación europea que trata de combatir la desinformación —para él, “censura”— actúe sobre lo que llamó “cuentas patrióticas”: “¿Crees que las redes sociales son una vía a proteger, ya que son un foco de esperanza? ¿Te preocupa que Bruselas saque leyes para acabar con todas estas cuentas?“. El líder de Vox respondió que creía que iban ”a llegar a tiempo para remediarlo" al tiempo que señaló —y ahí dijo la verdad—, que “los jóvenes se informan principalmente por redes sociales”. El partido de extrema derecha es la primera fuerza política en estimación de voto entre los 18 y los 34 años. Claro.
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