Hasta dónde, hasta cuándo

El verano acaba de empezar. Esta mañana anunciaban en la radio que algunos lugares de la Península alcanzarán, de momento, los 45 grados. No soy alarmista, soy jardinera y mi vida transcurre en la naturaleza. Observo día a día sufrir a los árboles que, como seres vivos, no pueden soportar estas temperaturas. Sus verdes hojas que deberían protegernos del calor hasta la entrada del otoño se van resecando, se van quemando hasta soltarse de las ramas y caer al suelo. Un país sin árboles, sin insectos, sin pájaros no puede sobrevivir. Lo que describo es el paso que precede a la desertización. Pero no nos damos cuenta. Muchos dicen que esto ha sucedido siempre. Incautos.

Lola Arpa Vilallonga. Girona

Callar el silencio

En los noventa, ya sabía lo que sentía. Me gustaban los chicos. Tenía sentimientos distintos a los de mis amigos, a los de mi clase. Mientras ellos hablaban de chicas, yo aprendía a esconder lo que me pasaba. No veía a nadie como yo. Nadie diferente. Y eso se notaba, se sentía, se palpitaba en el aire. Y mi familia, mis amigos más cercanos también lo sabían, aunque nadie lo dijera. Yo tenía miedo de cómo se lo tomarían. Ellos, miedo de lastimarme, de no saber qué decir, de hacerlo mal. Nos queríamos, pero el silencio podía más. Era un miedo compartido, solo que desde lugares distintos. Yo, guardando todo para no romper algo. Ellos, callando para no herirme. Crecí rodeado de amor, sí, pero sin palabras. Y eso también duele. Porque no hablar también marca. Hoy, con orgullo, elijo nombrar lo que antes no podíamos. Porque no hay nada más difícil que no poder ser uno mismo con quienes más amas.

Antonio Jesús Rodríguez Franco. Madrid

La cultura, la mejor arma

Trump quiere que los miembros de la OTAN gastemos 800.000 millones en armamento. Nos lo exige con amenazas para que engordemos su economía de guerra. Para que recortemos nuestros servicios públicos; peor sanidad, pensiones de miseria, menos cobertura al desempleo, menos recursos para la discapacidad… Quiere que los “pobres españoles” seamos aún más pobres. Aunque lo pretenda con su actitud, España no es una colonia de Estados Unidos. Es cierto que somos “terribles”, pero nosotros no bombardeamos a ningún país. En lo único que estamos dispuestos a invertir es en cultura; la mejor arma para combatir y no sucumbir a las amenazas de los déspotas del mundo.

Víctor Calvo Luna. Valencia

Declaraciones decepcionantes

Dijo Felipe González que los expresidentes son como jarrones chinos. Siguiendo el símil, parece que algunos de ellos emanan aromas agradables y refrescantes, pero otros desprenden resentimiento y crispación. Los señores González y Aznar pertenecen a este segundo grupo. Ensoberbecidos, no aceptan que los demás no compartamos su visión de la realidad. En el caso de González, hay que añadir la deslealtad reiterada al PSOE, a los socialistas y a los ciudadanos españoles, pues no tienen el mismo alcance las palabras de un expresidente que las de un ciudadano cualquiera. Muy decepcionante.

Julia García Maza. Alcorcón (Madrid)