Una mesilla de noche y una vivienda digna
Los lectores escriben sobre el sueño de un hogar propio, cada vez más lejano para los jóvenes, el amor, el candidato demócrata a la Alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani, y el consumismo

Una mesilla de noche tiene una lámpara, un libro y a veces una foto. Una mesilla de noche acompaña la cama en una unión que parece indivisible. Esa misma habitación atesora una estantería repleta de objetos depositados con la única intención de habitar ese espacio. Pequeñas cápsulas de recuerdos que nos hacen humanos. Parece que en estos días hacer tuyo un lugar es cada vez más difícil. Habitar el espacio se ha convertido en un privilegio en una ciudad que solo alquila a estudiantes durante periodos temporales. El resto de personas estamos relegadas a entrar a pisos sin mesilla de noche por mucho más del 30% de nuestra nómina abocadas a un cambio periódico cada dos o tres años, dependiendo de la estabilidad de la relación con nuestras amigas, convivientes o pareja. Yo solo quiero una vivienda digna, le digo a las inmobiliarias. Esta tiene que tener al menos un tabique con una puerta de separación entre la cocina, el salón y el dormitorio. Tiene que ser habitable por periodos más largos de 11 meses. Tiene que permitirme cenar con mis tres amigas un viernes por la noche sin hacer un Tetris en el salón-cocina-dormitorio. A día de hoy, no tengo mesilla de noche.
Natalia Arcajo Fuentes. Salamanca
Justificar el amor
Lo más difícil fue que yo misma lo aceptara. Tenía 18 años, muchas dudas, un alma virgen de experiencias y un mundo por descubrir que se abría ante mí con cada beso, cada caricia torpe, cada mirada tímida, escondida tras una mente confundida. “Eso no es normal”, proclamaban ecos de voces que resonaban en mí e incrementaban mi miedo. Pero, ¿por qué sentía esto? Tan intenso, tan sincero, tan real. Yo no quería que esa chica fuera solo mi amiga. Me besó, y me mostró que una mujer puede amar a otra mujer, aunque nadie, nunca, me lo hubiera dicho. Solo sé que hay algo trágico en la necesidad de justificar el amor, y el mundo ya vive demasiadas guerras.
María Latores. Riosa (Asturias)
Brote verde en Nueva York
Por fin buenas noticias desde Estados Unidos, gracias a Zohran Mamdani, “el inmigrante musulmán progresista que aspira a gobernar Nueva York y plantar cara a Trump”. Considero esperanzador que un joven inmigrante socialista pueda aspirar a ser alcalde de la mayor ciudad de EE UU. No es propio de los progresistas el pesimismo y el miedo, pero con la que está cayendo en el mundo y en España, las buenas personas estamos pasando una racha desalentadora. La humanidad gana mucho con noticias como esta.
Antonio Sánchez Abril. Murcia
Velocidad innecesaria
En este mundo en el que puedes pulsar cuatro teclas y que aparezca una hamburguesa en la puerta de tu casa, la urgencia ha perdido ya todo significado. Da igual que escojas el paquete plus, express, preferente, premium. ¿Quién te va a creer a ti? ¿A quién vas a reclamar? Tú no eres un cliente: eres un consumidor. Consumes el trabajo de otros, mal pagados como tú, que no dan abasto. Y la culpa es siempre tuya. Por eso te mereces ese papelito de “destinatario ausente”, aunque estés en casa. Mientras tanto, alguien se llena los bolsillos vendiéndote una idea de velocidad que, además de innecesaria, nunca llega a su destino.
Candela Rodiles Olalla. Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.