Koldo no sólo sirve para pegar
Intimó con dos hombres poderosos, pero nunca dejó de recordarse que él era el eslabón más débil


De todos, el más interesante es Koldo García, personaje trágico de destino escrito. Vigilante de seguridad de vertedero y club de alterne. Escolta y chófer de amenazados por ETA. Condenado e indultado por pegar palizas y condecorado por la Guardia Civil por sus servicios contra el terrorismo. Aizkolari profesional. Conoce a Cerdán, hace sus primeros trapis en el bar Franky de Pamplona y ya en Madrid Cerdán se lo coloca a Ábalos como chófer. Koldo sube de chófer a asesor, y finalmente mano derecha de Ábalos. Y siempre, desde el principio, grabándolo todo. Es Pussy Bonpensiero pero durando seis temporadas en Los Soprano. Intimó con dos hombres poderosos que le dieron una vida mejor, lo depositaron en los despachos más lustrosos de España, pero nunca dejó de recordarse que él era el eslabón más débil. El chófer ‘tonto’ que aprendió a protegerse, titula La Vanguardia. Y de sus notas personales, como recoge El Periódico: “Estoy cansado de que la gente me trate como aquel que da miedo, no sólo sirvo para pegar; también hago cosas bien y con cabeza”. El grandullón volcaba sus propios pensamientos en un papel y tenía en su casa 30.000 archivos digitales en los que recogió la vida pública y privada de sus amigos. Delinquir sospechando de las traiciones de tus socios es un esfuerzo doble, como protegerte de quien te ofrece amor: tienes que vivir unos pasos nostálgicos por delante. Es una historia de complicidad entre tres presuntos corruptos cuyas relaciones, con el poder y entre ellos, nacen completamente viciadas. Cerdán y Ábalos escuchaban a Sánchez hablar contra la vieja corrupción mientras Koldo grababa a Cerdán y Ábalos planeando la nueva corrupción. De los tres quizá era el que menos tenía que perder. Su ascenso en la cadena trófica de la sociedad caníbal empresarial española es impresionante. Quizá por eso, por los lugares de los que venía, por la poca consideración intelectual que muchos le tenían, incluidos los que lo utilizaban y se hacían utilizar por él, fue el único que vio el futuro a tiempo. Mejor le hubiera ido aprendiendo del pasado.
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