Nuevo revés a Europa en Rumania
La amplia victoria del ultraderechista George Simion en la primera vuelta de las presidenciales obliga a los moderados a una reflexión


Un candidato xenófobo, simpatizante de Donald Trump y hostil a la Unión Europea ha vencido en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Rumania, celebrada por segunda vez en medio año tras la anulación por la Corte Suprema de la que tuvo lugar en noviembre. George Simion, líder de Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), de 38 años, obtuvo este domingo el 41% de los sufragios —20 puntos por encima del siguiente aspirante— y desbordó el voto ultra cosechado por el prorruso Calin Georgescu (un 24%) en los comicios invalidados hace seis meses.
Hay pocas dudas respecto a las irregularidades que rodearon aquellas elecciones, en las que el desconocido que era Georgescu consiguió en una fulgurante campaña a través de la red social Tik Tok situarse en cabeza. La justicia determinó el uso ilegal de tecnologías digitales y de fuentes ocultas de financiación que apuntaban a una injerencia masiva de Rusia. El candidato ultra fue inhabilitado por la comisión electoral y luego detenido e investigado, entre otras cosas, por sus simparías hacia la prohibida Guardia de Hierro de los tiempos hitlerianos.
Si Simion consigue la presidencia el 18 de mayo en la segunda vuelta será el tercer mandatario antieuropeo y trumpista que se siente en el Consejo Europeo, junto al húngaro Orbán y al eslovaco Fico, puesto que es el presidente quien representa al país en el exterior, aunque no tenga poderes ejecutivos. En menos de dos semanas se enfrentará al alcalde de Bucarest, Nicusor Dan, que ha obtenido el 21%, solo medio punto por encima de Cron Antonescu, candidato de la coalición gubernamental y proeuropea, que ya ha llamado a concentrar el voto para impedir que la presidencia caiga en manos de la extrema derecha.
El vencedor de la primera vuelta es conocido por su historial como agresivo parlamentario y hooligan futbolístico, por sus tesis negacionistas del Holocausto y por su irredentismo respecto a Moldavia y a territorios de Ucrania, dos países vecinos que lo han declarado persona non grata. Durante la campaña electoral, Simion anunció su propósito de convertir en primer ministro al inhabilitado Georgescu, que le mostró su apoyo electoral.
En Rumania nada ha cambiado entre las elecciones de noviembre y las de este domingo como resultado de la agresiva política exterior de la Casa Blanca, a diferencia de en Canadá y Australia, donde el matonismo trumpista ha impulsado la moderación de los votantes. En Rumania incluso ha repuntado el conjunto del voto de extrema derecha, espoleado por las críticas de Trump y Vance a la democracia europea y por sus denuncias de la supuesta persecución judicial que sufren siglas abiertamente emparentadas con las formaciones totalitarias de hace un siglo, como AfD (Alternativa para Alemania).
El uso invasivo de la tecnología por parte de los partidos populistas, con frecuentes episodios de interferencia exterior, forma parte ya del paisaje de las democracias parlamentarias. Las actuaciones de los organismos regulatorios o de los tribunales pueden ser útiles, pero de poco servirán si no se ataca la raíz de una desafección ciudadana que produce cataclismos internos —la crisis se agravó ayer con la dimisión del primer ministro, el socialdemócrata Marcel Ciolacu— pero que trasciende fronteras: más del 60% de rumanos que viven en el exterior (el 80%, en el caso de España) han votado al candidato ultranacionalista. Es deber de todos analizar por qué en un país cuya diáspora es la más beneficiada por la libre circulación de trabajadores en la UE crece el voto antisistema de formaciones cuyo programa aboga por la destrucción de la Unión como comunidad política supranacional fundada en el Estado social y de derecho.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.