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Cartas a la directora
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La dejaron sola

Los lectores escriben sobre el asesinato de una educadora social en Badajoz, el rearme, la falta de tiempo libre y los muertos en las residencias madrileñas durante la pandemia

Familiares y amigos de Belén Cortés, la educadora social de un piso tutelado de menores en Badajoz, durante el funeral y entierro en su localidad natal, Castuera, este martes.

Una cuidadora muere asesinada por tres menores. ¿Era educadora o era trabajadora? Los periódicos ni siquiera se aclaran sobre cuál es la labor de una profesional del ámbito social que muere en tan terribles circunstancias. Tenía 35 años. Yo tengo 32. Soy trabajadora social. Y cuando leo esta noticia no puedo evitar recordar el día en que casi me abren la cabeza con una silla; también estaba sola junto a seis menores más. No puedo olvidar su mirada. Ese mismo chico que levantaba la silla con rabia estaba muerto de miedo y falto de lo más importante que necesita cualquier ser humano: cariño y comprensión. Belén estaba sola, yo estaba sola. Y otros compañeros seguirán solos, mientras medios, responsables políticos y generadores de odio hacen juicios precipitados buscando un porqué: “Más mano dura es lo que necesitan”, “que no vuelvan a ver la luz del día”. No conozco la historia de Belén ni la de esos chicos, no sé qué la llevó a esa casa, ni por qué realizaba ese trabajo. Lo que sí sé es que la dejaron sola.

Ana Serrano Fernández. Cabeza del Buey (Badajoz)

Rearme

¿Quién es el enemigo? La gente de a pie tiene una percepción muy diferente de la de las naciones o los gobiernos sobre los peligros que amenazan nuestra existencia. No es el peligro de guerra con Rusia o China y la supuesta necesidad de rearmarnos contra ellos lo que nos preocupa, sino la constante subida del precio de los alquileres, el coste de la vida y el progresivo deterioro de los servicios públicos. Si tuviéramos que identificar a un enemigo común, sin duda sería el forzado rearme al que nos obligan y que menguará aún más los presupuestos para financiar servicios esenciales que debemos defender contra las exageraciones militaristas propias o ajenas.

Fernando García Gascón. Massanassa (Valencia)

Estar ahí

A menudo pienso si, como especie, no hubiese sido posible armar todo esto de otro modo. Que la estructura entera —trabajo, horarios, vínculos postergados— fuese distinta. Me sabe a poco dedicar a los míos el fin de semana. Dos días prestados, con el cuerpo presente y el cerebro partido entre notificaciones y el intento honesto, pero fallido, de estar ahí. Y entonces pasa un mes. Otro. Y, mientras tanto, vamos aflojando el vínculo con quienes nos son más afines, mientras nos desgastamos en tolerar y complacer a personas que nos importan muy poco. Se nos pudre la intimidad. Y aparece la pregunta: ¿esto era vivir?

Claudia Cuevas Santiago. Xirivella (Valencia)

Desvergüenza

Según el Gobierno de Ayuso, resulta que los ancianos muertos en residencias durante la pandemia, en Madrid, no fueron 7.291, sino solo 4.100. Vaya, pues ya nos quedamos mucho más tranquilos. No era para tanto.

Sebastián Fernández Izquierdo. Petrer (Alicante)

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