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Estar sin estar
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Para la próxima

La próxima vez que un político se improvisa en médico y prohíbe las vacunas de las ciencias o el siguiente viernes en que la masa aplauda la liberación de un asesino, calla. Que se sienta y luego deletrea lo contrario

Guardias penitenciarios escoltan a un hombre deportado de Estados Unidos a una prisión en El Salvador, el 12 de abril.
Jorge F. Hernández

La próxima vez que contemples un montón de zapatos sin pies, un cerro de ropa sucia, pantaletitas con sangre y juguetitos ya perdidos anota que el presidente del Senadrín duda de la evidencia, niega las cenizas y elucubra fabricaciones políticas en su contra. Escribe también el silencio de los callados testigos inmóviles ante la paliza morada que le propina un empoderado enloquecido a la que consideraba su pareja sentimental y memoriza la barbarie desatada en contra de todo tatuaje, sospecha de morena piel o falta de papeles, así en la próxima deportación masiva y sin el debido proceso, como en las próximas insinuaciones sutiles de xenofobia y racismo.

El siguiente jueves en reunión de amigos infalibles toma nota del que besa la mejilla del anfitrión y traiciona la sobremesa con treinta monedas sonantes en su bolsillo electrónico y recuerda la taquigrafía que memorizabas en la infancia para enlistar los engaños y las mentiras, las simulaciones abusivas y todos los pretextos. Recita en silencio los nombres y apellidos de las políticas en minifaldas que no ocultan su desatada ambición peluda, la soporífera soberbia de legisladores corruptos, inconcebibles candidatos a impostar jurisprudencia flotando sobre un mar de desidia y abyección, así como la resignación cómplice de millones de burócratas y acomodaticios.

Tatúa sin tinta la baba ideológica de los paladines del adoctrinamiento, los resentidos racistas y frustrados guerrilleros de pantomima que creen sembrar redención a través de la estupidización por goteo, panfletos gratuitos y más que baratos, edulcorados con placebos de chocolate para todo malestar. Por lo mismo, fija la lectura en imperdonables cancelaciones de quienes denostan a escritores o libros sin tener que leerlos y quienes abjuran de sinfonías o coreografías ancestrales por considerarlas ajenas al polvo y pulpa de los pueblos.

La próxima vez que un político se improvisa en médico y prohíbe las vacunas de las ciencias o el siguiente viernes en que la masa aplauda la liberación de un asesino, la condescendencia con toda forma de la corrupción y la fertilización de las mentiras o en la próxima ocasión en que podamos observar el meteorito de todos los días como la estrella fugaz de multimillonarios astronautas, el descaro engreído con el que se invaden territorios con labia y luego armamento o la descarada filiación a la negación de hechos probados como la invasión militar, el bombardeo constante y en cuanto vuelvas a dudar de la legitimidad de los chismes esparcidos o incluso, la palabra de Dios.

Cuando vuelva todo esto, así hoy como todos los días, guarda un momento de silencio. Calla. Que se sienta y luego deletrea lo contrario. Murmura las palabras que nos salvan, las que han sido escritas desde siglos y que no han perdido aún su etimología esencial. Habla como quien parte un pan con serenidad y sosiego para que nadie olvide. Por lo menos, hasta la próxima imagen de una prójima violada, un joven desaparecido a plena luz del día, los niños evaporados en un limbo inexistente, el desvarío en el vacío que le desvía las pupilas a una anciana con su olvido, los pasitos cansados del señor con andadera y el recurrente calvario sin vestuario y escenografías cotidianas donde incontables nazarenos flagelados por posibles penitencias recrean a diario el tortuoso ritual que busca no más que una salvación.

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Sobre la firma

Jorge F. Hernández
Autor de libros de cuentos y de las novelas 'La Emperatriz de Lavapiés', 'Réquiem para un Ángel', 'Un bosque flotante', 'Cochabamba' y 'Alicia nunca miente'. Ha publicado artículos sobre la historia de México y ha sido colaborador de las revistas 'Vuelta' de Octavio Paz y 'Cambio' de Gabriel García Márquez. Es columnista de EL PAÍS desde 2013.
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