El Mundial de México, Estados Unidos y Canadá, el más caro de la historia para los aficionados
La Copa registra incrementos de precios que superan el 100% respecto de los torneos anteriores y, además, requiere desplazarse entre tres países

El Mundial de fútbol que organizan México, Estados Unidos y Canadá está casi a la vuelta de la esquina. Los países organizadores y clasificados ya conocen ante qué selecciones les tocará enfrentarse durante la primera ronda. A falta de concretar algunas vacantes que se definirán en la fase de repechaje, en marzo de 2026, la gran cita futbolística global está en curso. Sin embargo, a pesar de la expectativa y la emoción, los aficionados no están contentos con la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), el máximo rector de este deporte en el mundo. Hinchas alrededor del globo han denunciado y reclamado por los precios para los boletos. Y la queja no cae en saco roto. Frente a las dos ediciones anteriores, la Copa del Mundo en Norteamérica ha presentado un encarecimiento de entre el 100% y el 800%, según la fase del torneo, para comprar las entradas más económicas. “A la fecha, sin duda, es el Mundial más caro de la historia”, afirma Carlos Morales, un aficionado mexicano que ha asistido a las anteriores citas mundialistas en Brasil, Rusia y Qatar.
La FIFA afirma que las entradas más baratas, que se pusieron a disposición el pasado 1 de octubre por primera vez para aquellos seleccionados en un sorteo realizado el mes anterior, tienen precios que inician en 60 dólares. Pero las más caras para la final cuestan alrededor de 6.730 dólares, en el mejor de los casos. El máximo organismo rector del fútbol ha defendido su estrategia de precios para el Mundial de 2026, después de que un grupo de aficionados ingleses criticara el “asombroso” precio de las entradas, que podría aumentar aún más con la demanda.
La FIFA también anunció que habrá una ventana general para la adquisición de boletos después del sorteo, desde el 11 de diciembre al 13 de enero. En esta fase las solicitudes de boletos se basarán en un precio fijo para aquellos que compren en la etapa de selección aleatoria.

La polémica y molestia por los precios de la FIFA comenzó desde el anuncio de un sistema de precios dinámicos. Dentro de esta mecánica de compra y venta, el costo de las entradas se ajusta en tiempo real según la oferta y la demanda, de forma similar a los precios de las aerolíneas o los hoteles. Esto significa que el costo de los asientos tenderá a variar de un partido a otro.
Ante el constante incremento del precio y la molestia de distintas asociaciones de aficionados de selecciones afiliadas al máximo organismo futbolístico, la FIFA ha dado a conocer este miércoles que se abstendrá de utilizar el modelo que fluctúa los costos de una pequeña cantidad de entradas.
Los boletos regulares para entrar a un partido, se dividen en cuatro categorías, la de mejor visibilidad es la número uno y la de más baja, la cuatro. Los precios de la categoría más alta han incrementado un 180%, en promedio, a comparación del mundial anterior. Mientras que el salto entre el mundial que se celebró en Rusia, en 2018, y el de Qatar, en 2022, solo creció un 19%, en promedio.
Pero la categoría que definitivamente sufrió más incrementos de precios fue la cuatro. El cambio ronda un 476%, considerando solo la media de los precios de este mundial. Incluso, tanto en Brasil, Rusia y Qatar estos precios estaban reservados solo para los residentes, un beneficio con el que no cuentan ni los mexicanos, ni los residentes de Estados Unidos y Canadá. Esto lo denunció el alcalde de Nueva York, Zohran Mamdani, quien no solo pedía ponerle un tope a los precios, sino que la FIFA le otorgue ventajas a los residentes de la ciudad que gobierna para que los locales puedan acudir.
La dificultad de acceder a los boletos
Carlos Morales es un veterano de los mundiales. A sus 32 años, puede decir que ha asistido a tres citas mundialistas. Estuvo en Brasil, Rusia y Qatar, en 2014, 2018 y 2022, respectivamente. En total, ha asistido a 17 partidos, de los cuales vio a la selección mexicana en 10 ocasiones. La cita de México, Estados Unidos y Canadá, será la cuarta vez en que asiste al máximo evento del fútbol en el mundo. Sin embargo, incluso para él, que tiene experiencia en la compra de boletos, admite que ha sido difícil. Cuenta, frente al reloj que marca la cuenta regresiva para el inicio de la Copa del Mundo emplazado frente al Auditorio Nacional, en Ciudad de México, que tanto para las ediciones en Brasil y Rusia era muy sencillo adquirirlos. Incluso el mismo día de los partidos se hallaban entradas en el portal oficial. “Este [la edición de 2026] ha sido caro y para los que es su primera experiencia adquiriendo entradas, es totalmente una odisea”, explica.
Morales, quien es comerciante y asistió con la nueva camiseta que México estrenará en su mundial, explica que el promedio en la cita mundialista de Rusia era alrededor de 150 dólares. En el caso de un partido como el de México frente a Alemania, con mucho ambiente por sus dos aficiones, llegaron a costar hasta 1.000 dólares.
Además del incremento de precios, esta es la segunda vez que se formula la categoría denominada Hospitality, que otorga beneficios extraordinarios a los aficionados que la adquieren. Acceso dos horas antes al evento, asientos especiales y atención personalizada. Estos se pueden comprar en paquetes de varios partidos o de uno solo y tiene un precio que va de los 1.800 a 53.000 dólares (975.000 pesos mexicanos). El mundial pasado, México ocupó el segundo lugar de acreedores de estos paquetes, que entonces iban de los 950 dólares a los 4.950, solo superados por los qataríes, de acuerdo con la FIFA.
Para la próxima edición, Morales tiene ya nueve boletos de Categoría 1 Hospitality. Son tres para los partidos de México en la fase de grupos y uno más en caso de que clasifique a la ronda de octavos de final. Las cuatro entradas le costaron 10.000 dólares. Las otras cinco entradas que ya posee tuvieron un precio que oscila entre 7.000 y 15.000 pesos mexicanos, dependiendo el caso.
A pesar de la existencia de estrictas leyes contra la reventa en México y aunque las entradas se adquieren a través de una plataforma oficial de intercambio, Morales afirma que, incluso en el país se aplicó el precio dinámico. “No es el mismo precio en cada fase de ventas. Han subido. Incluso para los Hospitality. Al principio salieron en 9.000 y 10.000 dólares. Se acabaron en unos días y a los cinco días costaban entre 12.000 y 13.000 dólares”, complementa.

Richard Guel, conocido como Coronel (San Antonio, 52 años) es uno de los mexicanos que inició la Pancho Villa’s Army —PVA— (El Ejército de Pancho Villa, en español), un movimiento de fanáticos de la selección que surgió a partir de un blog creado por su amigo en Texas, en 2013, y que sigue y apoya a la selección mexicana en Estados Unidos. Cuenta vía telefónica que, a pesar de que han intentado que la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) les ayude a conseguir entradas, no han tenido suerte. “Todo está controlado por FIFA. Ellos tienen la última palabra”, afirma.
Menciona que como grupo de aficionados que apoya al Tri, a excepción de unos cuantos que lograron ingresar al sorteo de entradas, ninguno ha podido conseguir boletos. La verdad, señala, es que la FIFA lo está haciendo muy complicado para una persona normal, o sea, que no conoce estos procesos. No lo ve posible. “Yo creo que será en reventa y ya sabemos que los precios están bien caritos”.
De acuerdo con la FIFA, “se están reservando plazas para categorías específicas de aficionados, como ha ocurrido en anteriores Copas Mundiales”. Estas categorías incluyen asientos para los aficionados de las Asociaciones Miembro Participantes que recibirán el 8% de las entradas para cada partido de su país, así como para las empresas asociadas a las Federaciones que se encargan de vender paquetes turísticos con boletos incluidos. “Las asignaciones se establecerán a un precio fijo durante la próxima fase de venta de entradas”, detalla el comunicado.

Israel Olascoaga, un aficionado mexicano que asistió a la celebración de Qatar, afirma que la ciudad que hospedó a cientos de jugadores en 2022 brindaba otros beneficios a los aficionados, como transporte gratuito en la ciudad, para llegar a los estadios. Además, existía otra ventaja logística: en el torneo de 2022 todas las sedes se encontraban en la misma ciudad, por lo que el transporte se focalizaba en ciertos puntos.
Esto no ocurrirá para el mundial tripartito, pues los desplazamientos requieren la visita a 16 ciudades, tres en México, 11 en Estados Unidos y dos en Canadá. Cada país tendrá su propia “inauguración”, aunque la principal se realizará en el Estadio Azteca. Por lo que los asistentes deben elegir entre una ciudad para disfrutar de los partidos o trasladarse a varias. Cada estadio tiene sus propios atractivos y los aficionados también pueden elegir entre seguir a sus selecciones o ir a ciudades que les interesen.
El Coronel cuenta que otros miembros de PVA lograron asistir a diversos partidos de la selección mexicana en mundiales anteriores. Haciendo un cálculo, estima que el viaje, con los boletos de avión y para tres partidos incluidos, alojamiento y alimentación, les salió en total entre 5.000 y 7.000 dólares. Los boletos en reventa para la Copa del Mundo de 2026, en EE UU, oscilan entre los 1.500 a 3.000 dólares para acceder a un partido.
Existen ofertas de agencias de viaje en México que ofrecen paquetes para la final, que incluyen una estadía de cuatro noches, los boletos de avión desde México a Nueva York y la entrada al partido en Categoría 1 que se cotizan en 19.600 dólares por persona. Morales considera que todos los precios seguirán incrementándose, ya que el sorteo se realizó este viernes y ya se conocen los cruces de las selecciones. El fútbol es a menudo descrito como el “deporte del pueblo”. Sin embargo, con estos precios, también se ha vuelto una industria millonaria que pertenece más a cierta élite económica.
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