Tony Dalton deja de ser villano en la adaptación cinematográfica de ‘Las mutaciones’, la novela de Jorge Comensal
El actor mexicoestadounidense protagoniza la cinta dirigida por Jorge Ramírez, que cuenta la historia de un abogado que pierde la lengua y el habla


El director Jorge Ramírez tuvo una experiencia cercana a la muerte hace unos años en Alemania. Durante una estancia para presentar una película en el Festival de Cine de Berlín, lo asaltaron unos jóvenes al llegar donde se alojaba. Se golpeó la cabeza sobre el asfalto congelado. Recuerda que era el mes de febrero y la temperatura marcaba cuatro grados bajo cero. No se podía levantar porque se lastimó la cervical. Un taxista lo vio dos horas después. Le salvó la vida. Estuvo hospitalizado seis meses, de los cuales tres permaneció en silla de ruedas. Comenzó a cuestionarse sobre su vida, si volvería a caminar, si podría volver a filmar o llevar una vida normal. Fue en ese lapso que pudo leer la novela Las mutaciones, de Jorge Comensal. Encontró en Raúl, su protagonista, similitudes a pesar de las diferentes situaciones que cada uno atravesaba. Se propuso llevarla al cine y así nació la adaptación de su nueva película, protagonizada por Tony Dalton, a la que considera una metáfora de su propia experiencia.
Las mutaciones presenta a Raúl (Dalton), un abogado que tiene que ser operado de urgencia por un agresivo cáncer de lengua que ocasiona que pierda este órgano muscular y el habla. Esto cambia su vida y su relación con su esposa y sus hijos adolescentes. Elodia (Mónica del Carmen), la trabajadora del hogar, le regala un loro parlanchín que solo sabe decir leperadas. El loro se convierte en el interlocutor imaginario de Raúl y Elodia en su enfermera sui generis, quien le da más importancia a las curaciones milagrosas y a los rezos que a las posibilidades de la medicina.
Ramírez (56, Ciudad de México) admite que tenía a Dalton (50, Laredo —EE UU—) en mente desde que escribió el guion. Ya habían trabajado juntos en Amar (2009), una de sus anteriores películas, y en la serie Los simuladores (2008), producción en la que dirigió un episodio. “A Tony siempre lo ponen de villano. Yo dije, Tony puede hacer otra cosa. Tiene el talento para hacer algo así y es padrísimo que aceptó. Realmente estoy muy contento con el nivel actoral que tiene este ensamble y el perico”, afirma sonriente el director en las oficinas de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, en la capital.
Dalton y Ramírez tuvieron varias conversaciones para darle forma al personaje. Asimismo, el protagonista tuvo que bajar de peso gradualmente a lo largo de las seis semanas de filmación para reflejar el estado de salud de Raúl, además de un proceso de maquillaje “largo y tendido” cada día para ver con capas el deterioro que le ocasiona el cáncer. Las formas del lenguaje y de la comunicación son dos de los pilares que sostienen a las distintas situaciones que atraviesa el personaje, lo cual fue un desafío grupal para el elenco de rodaje.

“No hablaba con mucha gente durante la filmación. Por lo mismo, la fotografía del señor Tanaka [Serguei Saldívar] y la dirección de Jorge fueron un gran factor, en el hecho de comunicar lo que puede decir un personaje sin hablar. Entonces, era un trabajo de escoger el plano, el entorno, el posicionamiento de la cámara para decir lo que no puede decir el personaje principal con palabras. Creo que se logró muy bien”, explica Dalton, al lado de Ramírez.
El director dice que la novela, la ópera prima de Comensal que fue traducida a 10 idiomas, tiene una profunda reflexión, análisis y mucha información sobre lo que es el cáncer. Son algunos de los aspectos que se trató de llevar a la pantalla grande, así como elementos propios del también guionista que ayudan a la interpelación del personaje, como el uso de un radio monitor de bebé. O el detalle de la sororidad que hay entre las mujeres, en particular entre el personaje de Elodia y Carmela, la esposa de Raúl (Vicky Araico).
Fuera de México, algunos ven a Dalton y piensan inmediatamente en Lalo Salamanca, uno de los villanos más memorables de la televisión gracias a su participación en la serie Better Call Saul. Aunque no siempre le ha tocado interpretar ese tipo de personajes, como en Matando cabos (2004) o Los simuladores, entre otras producciones en cine, televisión y teatro, este considera que es fácil caer en el encasillamiento de ciertos papeles o personajes.
“No creo que haga personajes tachados como malos. Decir que un personaje es malo, suena a telenovela. Todos los personajes tienen una justificación de por qué son lo que son. Sí, pasa que te pueden encasillar por ciertos papeles. Nunca me había tocado ser un personaje con esta profundidad, una persona que está luchando por su vida, contra el cáncer y que está tratando de proteger el patrimonio de su familia. Todos los personajes los abordo, por un lado, en el que tratas de entender qué les está pasando, por qué están sufriendo, o por qué no están sufriendo. Eso es lo que me tocó en esta película”, agrega el actor.
Dalton dice que es una película que no se toma las situaciones a la ligera. En ese sentido, Ramírez cuenta que fueron muy cuidadosos en encontrar y cuidar el tono que buscaban imprimirle a Las mutaciones. Respetaron la visión de la novela, que no es un melodrama ni es algo trágico o fuerte, ya que al mismo tiempo presenta “situaciones simpáticas”. El realizador admite que casi en todas sus películas, aunque sean dramáticas o un thriller político, siempre hay un poco de sentido de humor, “porque así es la vida”.
“Si no pudiéramos reírnos u obtener cosas simpáticas en la vida, no seríamos seres humanos y de hecho por eso también me gustó la novela. En ese sentido, también es muy mexicana la película. Eso de tener un perico que dice leperadas, por ejemplo, hace que la película tenga como una partitura con altos y bajos. Como lo decía Tony, el tono de la película es uno muy realista. Tratando de tener cada personaje en su lugar, aportando, iluminando a este ser que está viviendo una tragedia personal, pero que al mismo tiempo todos los demás están tratando de hacer su parte para acomodarse a una nueva realidad”, sentencia Ramírez.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma










































