El neurocientífico mexicano que revoluciona la atención a pacientes con psicosis
Los estudios pioneros de Camilo de la Fuente Sandoval para descifrar esta enfermedad le llevaron a crear en Ciudad de México una clínica ambulatoria que da atención integral, temprana y gratuita a jóvenes

EL PAÍS ofrece en abierto la sección América Futura por su aporte informativo diario y global sobre desarrollo sostenible. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.
Fue un paciente con psicosis quien marcó la trayectoria profesional de Camilo de la Fuente. Quien le llevaría a obsesionarse con desentrañar el vínculo entre ciertas alteraciones en el cerebro y aquella pérdida de contacto con la realidad, a diseñar nuevas alternativas para predecir el éxito del tratamiento de la esquizofrenia y revolucionar así su abordaje. Fue un paciente con psicosis quien le llevaría a convertirse en el reputado neurocientífico que es hoy. “Estaba en prácticas de Psiquiatría y me fascinó. Me hizo hacerme preguntas, también en el plano filosófico, ¿por qué este paciente alucina esto y otro alucina esta otra cosa?“, confiesa.
Alimentado por esta inquietud de conocer mejor la compleja relación entre la psique y el cerebro, aquel joven sabría aprovechar una oportunidad única. El Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía contaba entonces con el primer equipo de resonancia magnética de alto campo en la Ciudad de México. “Yo llegué como alumno de maestría al área de Neurología y nos dieron el chance de usar el equipo. Y ahí me quedé. Fue una coincidencia de la vida”, recuerda.
De 53 años, de la Fuente tenía apenas uno cuando llegó a México, en 1973, con sus padres, exiliados chilenos. “Mi papá era diputado del Gobierno de [Salvador] Allende, tuvimos que salir corriendo por el golpe militar. Nuestro avión fue el último con refugiados que salió”, cuenta. Con aquel vuelo se cortaban relaciones diplomáticas entre México y Chile, y se zanjaba de la noche a la mañana la carrera científica de su padre, a quien describe como “una persona muy peculiar” que estudió Medicina Interna para después “hacer investigaciones pioneras en Ginecología”. El hijo heredó su vocación y pasión científicas.
Estudios pioneros
En el 2000, empezó a aplicar técnicas de espectroscopia para entender mejor los procesos químicos detrás de la psicosis, algo que no se había hecho antes en México. Los resultados revelaron alteraciones neuroquímicas imposibles de detectar en la observación clínica, aportando una nueva comprensión de los mecanismos de la psicosis temprana, de lo que puede ser una primera señal de esquizofrenia.

Se estima que, del millón de personas que viven con este trastorno en México, unos 250.000 no reciben la atención requerida: ni farmacológica ni psiquiátrica. Y muchos de los que son atendidos no responden a los tratamientos. “La gran mayoría de los medicamentos de acción antipsicótica actúan a nivel de dopamina. Bloquean de manera total o parcial un receptor de este neurotransmisor y, después de algunas semanas, ciertos síntomas mejoran”, explica. ¿Por qué mejora una alucinación cuando se bloquea un receptor de dopamina? “Eso no lo sabe nadie. Pero sí se sabe el efecto de los antipsicóticos, que están disponibles desde hace 70 años”, responde.
Estos fármacos, no obstante, actúan solo sobre ciertos síntomas de la esquizofrenia. Los conocidos como positivos, que distorsionan la realidad: las alucinaciones, oír voces que no son reales, el interés repentino por temas religiosos o metafísicos, ver cosas raras y sin sentido que los demás no ven, las ideas delirantes, “esto de sentirse perseguido, por ejemplo. Estos síntomas son los que mejoran”, explica de la Fuente. Luego están los negativos: “el aislamiento, la falta de voluntad para hacer cosas, y los cognitivos: problemas de atención, de concentración. A todos estos no les hace mucho el medicamento”, matiza.
Para entender mejor los efectos de los antipsicóticos, decidió enfocarse en estudiar lo que estaba pasando en el núcleo caudado, un punto del cerebro de gran relevancia en la psicosis. Justo ahí es donde actúan los fármacos, donde bloquean un receptor de la dopamina, sustancia química clave en el sistema de recompensa cerebral y cuyo desequilibrio es origen de diversas enfermedades neurológicas y psiquiátricas. A través de estudios de imagen pioneros en el país, de la Fuente se puso a indagar en su relación con otro neurotransmisor clave del cerebro: el glutamato.
Investigaciones anteriores habían asociado el desarrollo de la esquizofrenia con alteraciones en el sistema de neurotransmisión glutamatérgica, sugiriendo que en la desregulación de la interacción entre estas dos sustancias se encontraba la explicación del desarrollo de los síntomas de la enfermedad. “Partiendo de esta base, nos pareció lógico analizar a través de estudios de espectroscopia cómo estaba el glutamato en un lugar donde actúan los medicamentos”, cuenta el neurocientífico.
Una clínica única en México de atención temprana
Aquellos primeros estudios revelaron que, donde había mucha dopamina, había mucho glutamato. “Esa fue la primera gran pista”, revela. Tras los resultados de aquel hallazgo, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez creó el Laboratorio de Psiquiatría Experimental, que hoy dirige de la Fuente. Allí, su equipo desarrolla marcadores de imagen para guiar la selección de un tratamiento para los primeros episodios psicóticos.
En esta clínica de urgencias ambulatoria, se brinda atención temprana a todo tipo de jóvenes con síntomas psicóticos a través de un abordaje integral de los pacientes, un servicio único en México. ”Y gratuito”, destaca su responsable. Se les hace una tomografía “que nos pueda dar indicios de la existencia de alguna alteración estructural. También se les mira marcadores de inflamación, que aportan muchos datos sobre una infección”, explica.
Aproximadamente, el 8% de los pacientes que debutan con psicosis es debido a una causa secundaria. “Puede estar ocasionada por un defecto cerebral, una enfermedad autoinmune, un problema en la tiroides... Para hacer un buen diagnóstico, hay que estudiar todo bien, porque lo más fácil es poner la etiqueta de esquizofrenia”, detalla el experto. A los pacientes que llegan a su servicio también se les hace una resonancia magnética para medir los niveles de glutamato y un estudio de neuropsicología en un lapso de 24 horas. “Se inicia tratamiento ese mismo día y se hace un seguimiento. Algo que no se hace en ningún lado del país”, revela el neurocientífico, orgulloso por sus aportes a la investigación clínica y en atención en torno a un trastorno del que tanto se desconoce.

Lo que sí se sabe de la esquizofrenia es que experiencias de abuso o trauma durante la infancia pueden aumentar la propensión a desarrollarla, así como vivir en una gran ciudad o tener que migrar, posiblemente debido al estrés y a la discriminación. Que la pobreza puede ser una de sus consecuencias, pero también causa en individuos predispuestos genéticamente. Si uno de los padres la presenta, la posibilidad de que aparezca en la descendencia aumenta en un 17%; si ambos progenitores la manifiestan, la susceptibilidad en los hijos se eleva al 50%. La prevalencia por sexo es similar, pero en los hombres suele aparecer antes, típicamente entre los 16 y 25 años. Y en las mujeres, entre los 20 y 30. No se sabe bien por qué, aunque se ha postulado que los factores hormonales tienen algo que ver”, revela de la Fuente.
El inicio rápido con fármacos tras el primer episodio agudo es vital, ya que es cuando ocurren la mayoría de los cambios neurofisiológicos relacionados con el trastorno mental. La inmediatez, llegar a tiempo, es precisamente la clave de la clínica de la Fuente, cuyos hallazgos abren posibilidades sin precedentes para la personalización del tratamiento y alumbran el camino para atajar dos grandes desafíos en México: “implementar modelos de atención primaria en el país, y sobre todo, este énfasis en el diagnóstico diferencial”, apunta.
La posibilidad de brindar a los pacientes tratamientos óptimos desde el principio supone todo un cambio de paradigma en la intervención efectiva en jóvenes que experimentan psicosis. “Y que no siempre tienen esquizofrenia. Un término que es incorrecto”, asegura el neurocientífico. En su opinión, bajo su etiqueta se engloban “distintas afecciones que la medicina todavía no es capaz de separar. Puede haber diez pacientes con el mismo diagnóstico que no se parecen entre sí. Algunos con alucinaciones pero cognitivamente íntegros. Otros con un problema cognitivo muy grave pero sin delirios”.
Por eso, argumenta, uno de los grandes retos es entender las causas de los distintos síntomas de la psicosis. “Y si no la entendemos, no llamarla esquizofrenia, sino de otra manera. Hay que estudiar bien la neurobiología de los trastornos psicóticos porque, incluso, entre los propios médicos, hay mucha falta de conocimiento. “Se diagnostican como esquizofrenia problemas que no lo son, lo que crea todavía más estigmas”, revela de la Fuente, quien el año pasado se hizo con el prestigioso Premio Global de Esquizofrenia de la Schizophrenia International Research Society. Es el único mexicano que lo ha ganado.
Un galardón del que su padre, ya fallecido, estaría muy orgulloso y contento. “Para él fue muy lindo ver que yo me dedicaba a lo que para él quedó truncado con el exilio”, confiesa. Una dictadura frenó una carrera científica, pero alentó otra que está revolucionando los conocimientos sobre una obsesión a lo largo de la historia: descifrar la comprensión de lo que nos separa del resto de animales, de los rincones del cerebro dónde habita nuestro yo, la mente humana.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.