La informalidad laboral persiste como la tarea pendiente de la economía mexicana
El 54,8% de los mexicanos ocupados trabajó sin prestaciones sociales en el segundo trimestre del año, en algunos Estados con tasas cercanas al 80%


La informalidad laboral en México registró un leve crecimiento en el segundo trimestre de 2025, en línea con una economía que se expande tímidamente y que afecta a la creación de nuevas plazas de empleo. En una muestra de su persistencia, el 54,8% de los mexicanos trabajó en condición de informalidad, frente al 54,3% del mismo trimestre de 2024. Algunas entidades muestran tasas cercanas al 80%, lo que representa un desafío pendiente que ancla el desempeño de un país que ve limitada su recaudación de impuestos y deja a los trabajadores expuestos a sucesos como cesantías o enfermedad.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) ha informado de que todas las modalidades de informalidad sumaron 32,6 millones de personas, de las que 7,7 millones se emplearon en el ámbito de las empresas, Gobierno e instituciones, mediante modalidades de contrataciones sin prestaciones. Unos 5,4 millones conformaron el sector agropecuario y 2,2 millones el trabajo doméstico remunerado.
El indicador suele crecer durante procesos de desaceleración. Guillermina Rodríguez, directora de Estudios Económicos de Banamex, explica que las diferencias en las inversiones por regiones afecta la creación de puestos de trabajo formal. “México es un mosaico de diferentes características: en el norte, en el Bajío e incluso en el centro, hemos visto que a mayores inversiones, ha habido mayor generación de empleos formales. Pero tenemos entidades muy rezagadas en términos de formalidad, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, donde las tasas superan el 70%, muy por arriba del promedio nacional, y uno de los factores principales que explica esta situación estructural, definitivamente, es la falta de inversión”.
Los niveles más altos de informalidad laboral se registraron en Oaxaca (78.5%), Chiapas (78%) y Guerrero (76%), contrastando con Nuevo León (33,7%), Coahuila (34,2%), Chihuahua (34,3%) y Baja California Sur (37,4%).
Aunque la Inversión Extranjera Directa (IED) creció un 10% en el segundo trimestre del año, dándole un leve respiro a las expectativas económicas, otros indicadores relacionados con el dinamismo están acusando desgaste. La Formación Bruta de Capital Fijo, que mide cuánto invierten el Gobierno, las empresas y los hogares en bienes de capital productivo —y que se interpreta como un termómetro de la confianza y el crecimiento a futuro— apenas creció en mayo un 0,9%, para mostrar un declive de 6,7% interanual. El consenso del mercado es que el Producto Interno Bruto (PIB) se mantendrá cercano a cero al final del ejercicio, promoviendo la precarización del empleo.
Brecha de género en el sector informal
La tasa de desocupación se mantuvo estable entre abril y junio, en un 2,7% de la población económicamente activa (PEA), lo que demuestra que hay una menor cantidad de personas en búsqueda de plazas; mientras que la PEA se expandió ligeramente a un 59,5%. Sin embargo, medido según sexo, la brecha se mantiene: solo 46 de cada 100 mujeres manifestó tener empleo o estar buscándolo activamente, frente a 75 de cada 100 hombres. Las mujeres también conformaron el 55% de la informalidad, frente al 54,5% de los hombres.
“La mayor parte de la informalidad está centrada en los servicios, donde trabaja gran parte de la población femenina, por una variedad de factores como la facilidad de horarios. Al estar en la informalidad, también pueden dedicar atención al cuidado de hijos, enfermos o adultos mayores ya que, por cuestiones culturales o económicas, las mujeres son las que siguen encargándose mayoritariamente de estas actividades. Esto va más allá de las políticas públicas y de la actividad económica, y entra incluso en lo sociocultural”, agrega Rodríguez.
El empleo —como la economía— muestra signos mixtos entre estabilidad y precariedad. Otro dato que también muestra rigidez es el de la pobreza laboral, es decir, el porcentaje de la población cuyos ingresos son insuficientes para comprar una canasta básica de alimentos, que se mantuvo casi sin cambios en el trimestre, en 35,1%. Por su parte, la tasa de condiciones críticas de ocupación (TCCO), que contabiliza la proporción de la población ocupada que, aun teniendo un empleo, se encuentra en condiciones desfavorables, mejoró a 32,5% anual, frente al 36,7% anterior. Esto quiere decir que, de cada 10 trabajadores mexicanos, al menos tres tienen horas insuficientes de trabajo, bajos ingresos o jornadas excesivas mal remuneradas.
Con miras al próximo trimestre, se prevé una mejora en la informalidad, debido a que, a partir de julio, se integraron al sistema de seguridad social un estimado de dos millones de trabajadores de plataformas digitales de última milla y economía colaborativa, tras la entrada en vigor de la reforma a la Ley Federal del Trabajo. No obstante, se trata de un elemento puntual y no estructural que alivie a largo plazo el indicador.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
