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Digitalización, blindaje de aduanas y combate a la evasión: así logró México un récord de recaudación pese al débil crecimiento

Las reformas administrativas de Sheinbaum propulsan los ingresos fiscales, que crecen un 8,8% de enero a mayo para alcanzar los 2,4 billones de pesos

Personas esperan su turno para ingresar a realizar sus trámites en las oficinas del SAT.
Karina Suárez

La recaudación de impuestos en México alcanza cifras récord en plena desaceleración económica. En lo que va del año, los ingresos fiscales se han convertido en un balón de oxígeno para las cuentas del Gobierno de Claudia Sheinbaum. El fisco mexicano recaudó de enero a mayo de este año la histórica cifra de 2,4 billones de pesos, lo que supuso un aumento de 8,8% respecto al mismo periodo de 2024. Sin una reforma fiscal a la vista y con el peso sobre la espalda de un creciente déficit, la mandataria ha optado por una ambiciosa reforma administrativa que implica desde una mayor vigilancia en aduanas y contra evasoras de impuestos hasta la digitalización de servicios. Estas han sido las palancas, continuando la estrategia del sexenio anterior, para una recaudación récord a pesar de que los pronósticos de crecimiento apenas dan un 1% para el cierre del año.

Hasta ahora, el esfuerzo arroja réditos: solo por el Impuesto Sobre la Renta (ISR) se recaudó de enero a mayo 1,3 billones de pesos, un alza de un 8% en comparación al año previo. Por el Impuesto al Valor Agregado (IVA) el fisco mexicano reportó 653.542 millones de pesos, un alza interanual del 12,5%.

En línea con el sexenio anterior, el Gobierno de Claudia Sheinbaum ha eludido hasta ahora la creación de nuevos impuestos o el alza en los ya existentes, por el contrario, ha apostado por elevar los ingresos fiscales a través de una reingeniería interna del Servicio de Administración Tributaria (SAT). “Con estas cifras se consolida la recaudación tributaria, al superar lo programado en el periodo por la Ley de Ingresos de 2025, con un cumplimiento de 103,5%. El SAT continúa con la consolidación de la recaudación tributaria a través del Plan Maestro 2025, al garantizar las condiciones para el pago proporcional y equitativo de las contribuciones” indicó el fisco mexicano, por escrito.

Héctor Villarreal, profesor de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública en el Tec de Monterrey, señala que en México coexisten una economía desacelerada, pero con una recaudación al alza debido a las acciones para aumentar la recaudación: desde la digitalización de servicios, hasta el combate a las llamadas empresas factureras, a la evasión y elusión de impuestos. La interrogante planea, añade el experto, en cuánto tiempo más el fisco podrá sostener el incremento en la recaudación con las actividades económicas a la baja y un gasto público que sigue en aumento. “La reforma administrativa se está haciendo, pero creo que más pronto que tarde vamos a tener que ir por un replanteamiento fiscal, mucho más amplio, ya no sirven unos cuantos parches. Además, habrá que hacer un pacto fiscal con los Estados y una reforma de seguridad social, en el que se revisen los gastos de pensiones, en salud y un seguro de desempleo”, zanja.

En los últimos años, México ha ido avanzando en la recaudación tributaria a cuentagotas. De acuerdo al más reciente reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), los ingresos tributarios como porcentaje del PIB se ubicaron en 17,7% en 2023, una leve mejoría respecto al 16,8% de 2022. No obstante, el país todavía está por debajo del promedio de América Latina y el Caribe de 21,3%, así como del promedio de la OCDE de 33,9%. La segunda economía de Latinoamérica tiene, según el organismo multilateral, una recaudación menor que naciones como Ecuador (20,6%), Honduras (21%), Colombia (22,2%), Belice (24%), entre otros.

En la Administración de López Obrador, uno de los focos del fisco mexicano fueron los grandes contribuyentes. Durante el sexenio pasado fueron conocidos los convenios que empresas como Walmart y América Móvil pactaron con el Ejecutivo para regularizar su situación fiscal. Al finalizar el sexenio pasado, la recaudación de ingresos cerró en 2,1 billones de pesos, un salto importante si se considera que al cierre de 2018, al finalizar el mandato priista de Enrique Peña Nieto, los ingresos tributarios totales sumaron 1,3 billones de pesos. La recaudación récord del sexenio de López Obrador, se obtuvo, además, sin realizar una reforma fiscal, como sí lo hicieron en su momento los presidentes Peña Nieto y Felipe Calderón.

La estrategia de apretar el punto de mira sobre los grandes contribuyentes se mantiene en el Gobierno de Sheinbaum. Al primer trimestre de este año, el fisco recaudó 177.208 millones de pesos de los llamados grandes contribuyentes, un alza de 75%, comparado con lo obtenido en el mismo periodo de 2024. La autoridad detalló que en este periodo se logró la regularización total o parcial de 148 grandes empresas. Las acciones de vigilancia fiscal se centraron en firmas financieras, de hidrocarburos, servicios profesionales, industrias manufactureras y mineras. Los especialistas en materia fiscal, aunque reconocen el aumento de recaudación vía la vigilancia a grandes contribuyentes, ven hacia el futuro un tope de la estrategia, debido a que en algún punto se terminan los adeudos fiscales por cobrar de las compañías más grandes que operan en el país.

Enrique Díaz-Infante, director especialista del sector financiero del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, añade que el incremento de la recaudación se debe a que en México había niveles muy bajos de recaudación de ISR e IVA y la presión que se ha vivido hacia los contribuyentes cautivos. “Por lo que toca al terrorismo fiscal, a veces se han vivido situaciones de abuso de poder por parte de la autoridad en el ejercicio de sus facultades frente a empresas formales y vulnerables, como son las pequeñas y medianas empresas”, indica.

El especialista apunta a que más que apretar la fiscalización de los contribuyentes cautivos, el fisco mexicano debe impulsar el crecimiento de la economía para levantar la recaudación del ISR y el IVA e impulsar la formalización de la economía. En la trinchera del gasto, añade Díaz-Infante, los programas del Bienestar tienen un enfoque más político y electorero que la formación de capacidades. Y el gasto en inversión física, con obras como el Tren Maya, la Refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Felipe Ángeles, ha servido para ganarse la lealtad del Ejército. “El gasto público ha ido en incremento y no ha servido para generar más crecimiento y mayor recaudación, sino para consolidar el proyecto político de concentración de poder de este Gobierno”, zanja.

Al mes de abril, los ingresos presupuestarios del Gobierno ascendieron a 2,8 billones de pesos, un incremento del 6,5% respecto a los ingresos reportados de enero a abril de 2024. Por el lado de los desembolsos, durante los primeros cuatro meses del año se gastaron 3 billones de pesos, una caída de 3,7% en comparación a los egresos del mismo periodo de 2024, según cifras oficiales. Pese a que esta Administración ha reducido sus gastos, aún tiene un desbalance en contra, es decir, gasta más de lo que ingresa. Al cierre del año pasado, el déficit presupuestario fue equivalente al 5% del PIB, su nivel más alto de los últimos 30 años, y este gobierno ha prometido que logrará reducirlo a 3,3% del PIB, una promesa que se vislumbra complicada, dado el poco margen de maniobra que tiene ahora el país.

La propuesta económica de Sheinbaum sigue en la misma línea de su antecesor López Obrador. Aunque este año México afronta el muro arancelario de EE UU y la incertidumbre global por las crisis geopolíticas, el Gobierno actual insiste en no subir las tasas de los impuestos ni crear nuevos gravámenes, por el contrario, busca balancear los ingresos y gastos públicos mediante una mejora administrativa, mayor fiscalización y un estricto plan de austeridad. Hacienda prevé un crecimiento de la economía en un rango de 1,3% a 2,3% del PIB en 2025. Esta previsión va a contracorriente de los pronósticos de los cuarteles financieros que anticipan un alza del PIB de menos de 1% este año, incluso, una recesión.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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