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Cazzu: “De todas las mierdas que me han pasado, escribí un libro y algunas canciones”

La cantante argentina, pionera del trap, presenta en México su libro ‘Perreo, una revolución’ en el que cuenta cómo es ser una “jefa” en una industria patriarcal

 Julieta Emilia Cazzuchelli 'Cazzu' en Ciudad de México, el 12 de agosto.
Erika Rosete

Julieta Emilia Cazzuchelli (Jujuy, 31 años) ha entrado al mundo editorial, como llegó al de la música hace casi una década: arrasando y sin dudar un segundo de quién es ella. Cazzu, ese personaje-alter ego que se ha construido cuidadosamente para enfrentarse al mundo y sus dificultades, es la autora de Perreo, una revolución (Penguin Random House, 2025), un libro en el que ha tratado de responderse una pregunta que la ha perseguido durante muchos años: “¿Se puede ser feminista y reguetonera/trapera al mismo tiempo?”. Y en la búsqueda de una respuesta ha alumbrado con lucidez una obra que va más allá de la industria musical en la que se ha forjado, y en la que ha defendido, con trabajo, disciplina y furia, su lugar. “Cuando una mujer capitaliza sus desgracias, compone un acto de justicia”, dice en las primeras páginas de su libro.

Cazzu tiene una presencia poderosa allá donde pisa. Habla del momento en el que abandonó su zona de confort, que consistió en cambiar de espacios y pasar de aquellos que dominaba, en los se sentía cómoda y tranquila diciendo las cosas que decía con un micrófono en mano, a los que ahora la confrontan con un nuevo y más amplio público. Es conocida como “la jefa”, como su canción del 2022 con ese título. Una de las pioneras del trap en América Latina. “Se acabó el tiempo, llegué yo, ¡hagan silencio!", canta en aquel video vestida de negro con una arma en las manos.

Con tranquilidad y lucidez en sus palabras, la artista explica que le tomó varios años escribir este libro y que se acercó a muchas personas de su entorno para poder dar forma al texto. Entre las páginas de Perreo, una revolución, están conversaciones con los reguetoneros puertorriqueños Noriel y Ñengo Flow, con la dominicana Tokischa, con la brasileña Anitta o con una de las exponentes más grandes del género: Ivy Queen.

Además, Cazzu acude a los libros que la han marcado para entender esa posible “grieta” entre el feminismo y el reguetón. En sus apuntes están algunas citas del libro El síndrome de la impostora, de Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot; o menciones al libro Ñamérica de Martín Caparrós, o Teoría King Kong, de Virginie Despentes. También hay alusiones al antropólogo francés, Maurice Godelier, o al brillante cuento El empapelado amarillo, escrito por Charlotte Perkins en 1892, solo por mencionar algunos.

'Cazzu', durante la presentación de su libro, en Ciudad de México.

“El reguetón incomoda y despierta la cólera en los más conservadores, porque propone otra mujer, una perra desinhibida que controla su cuerpo, sus decisiones y su sexualidad, que con su actitud ridiculiza cualquier opinión ofensiva en su contra. Dentro de las canciones, la mujer reguetonera es dueña de sí misma, y lo más sorprendente, aunque un poco triste, es que no hay responsables de esta hazaña, no hay héroes ni salvadores a quienes darles las gracias, porque todo sucedió sin querer”, cuenta Cazzu en uno de los capítulos del libro.

Así va tejiendo sus respuestas. Ideas a las que ha llegado tras analizar las razones por las que históricamente a las mujeres se les cuestiona más, por ejemplo, el hacer canciones sobre sexo explícito y experiencias del “maleanteo”, ese estilo de vida peligrosa, que en la voz de un varón son percibidas como hazañas por haber salido vivos de ellas. Mientras que a las mujeres se les pregunta por la veracidad de sus relatos y se les discute ese lugar como narradoras de un mundo que parece estar reservado solo para ellos.

No solo el sexo sin pudor, ni el deseo explícito de tenerlo cuando sea y con quien sea, sino que a las mujeres se le cuestiona el derecho de escribir letras que las transformen en seres alejados de la fragilidad, el silencio, la sumisión y la conformidad del lugar de un espectador. “¿Por qué la libertad de vender historias sexuales en la música solo les pertenecen a ellos?”, se pregunta.

El libro también es un recorrido por las canciones más icónicas del reguetón, análisis sencillos, pero potentes, sobre la figura del hombre y de la mujer, en el juego del deseo y la libertad. Y plantea una de las cosas más relevantes: en la mayoría de las canciones de reguetón el consentimiento de las mujeres hacia lo que pasa es clave. Está implícito que todo es consensuado.

Una ruptura y la avalancha de los reflectores

“De todas las mierdas que me han pasado, escribí un libro y algunas canciones”, dice Cazzu en su paso por Ciudad de México ante una sala llena de periodistas ansiosos por escucharla. Más tarde, después del arranque de una jornada llena de eventos y presentaciones, y tras comunicarse por videollamada con su pequeña hija, se sienta en un sillón, toma un mate y comienza a hablar.

Cazzu reconoce que esta fama le ha llegado un poco de forma intempestiva, casi sin que se diera cuenta y después de una dolorosa ruptura que se hizo pública en medios de comunicación y redes sociales de todo el mundo. Confiesa que ella se considera incluso “aburrida” para la farándula y que al principio se sintió consternada y confundida sobre el nuevo lugar que la situación le ofrecía. “Lo que hago con ese espacio que me dan, lo respeto, me apodero de él, lo habito de la manera más respetuosa. Y me sirvo del deseo de los otros de oírme hablar con respeto para filtrar lo que son mis monstruosidades. Como una loca, psicópata, que en realidad sabe que está poniendo una bomba con la voz más dulce que me tocó poder entonar hoy”, dice.

Julieta Emilia Cazzuchelli, autora de ‘Perreo, una revolución’.

Reflexiona que todo lo que ha vivido tanto en la música como en su vida personal la preparó para este momento, para poder tomar aire y comenzar en este nuevo inicio que la vida le ofrece: “La primera decisión que tomé fue la del silencio y el pensar qué iba a hacer cuando otro tipo de prensa me hiciera otro tipo de preguntas que desataran en mi pecho, eso que hace mucho tiempo no desataban los periodistas que se sentaban conmigo a hablar en un podcast. Cuando me mencionaran a otra mujer y yo tuviera que responder lo correcto, todos esos momentos me han ayudado a evolucionar y a pensar mucho más en todas estas fallas sistemáticas de nuestro universo”, cuenta.

Y toda esa furia que la ha llevado a abrirse lugares que parecían ajenos y alejados a las mujeres, en el trap, en el reguetón, en la cumbia —géneros por los que ha transitado con éxito— hoy parece haber tomado un cauce: “Eran antes espacios de furia descontrolada, hoy son lugares mejor reconocidos, terrenos muy salvajes, pero con reconocimiento. Cuando ves la furia de todos esos momentos que atravesaste, empezás a navegar mejor, porque conocés las mañas y aceptás otras, las aprendes a esquivar, a saber en dónde detenerte. Hoy por hoy hay un montón de sitios donde yo no me detendría ni siquiera explicar cosas que ya ni al caso”.

El pasado mes de julio la canción Con otra del nuevo disco de Cazzu —en la que regresa a la cumbia contando una historia sobre una infidelidad superada y la advertencia a una mujer— se convirtió en la canción más reproducida por una artista femenina en 2025, destronando a Abracadabra de Lady Gaga y poniendo en el pódium a una mujer latinoamericana. Latinaje ha sido recibido con buenos ojos por parte de sus fanáticos, que se multiplican por todo el continente y también por la crítica musical, que le augura un futuro prometedor en una industria en la que ya posee títulos y éxitos.

Al final de la charla, Cazzu habla de su matriarcado favorito: de su madre, de su abuela y de sus cuatro tías. De la forma en la que su voz, sus enojos y sus cuestionamientos fueron siempre escuchados respetuosamente en su hogar. Cuenta algunas de las veces en las que su madre rescató sin pensárselo a su abuela o a una de sus tías, después de episodios violentos que no lograron intimidarla. “Con una mamá así, una que si el opresor llegaba a la puerta de la casa, la que iba a salir a poner el cuerpo con todo lo que eso implicaba iba a ser ella, yo creo que no hay más que explicar sobre de dónde sale la valentía, ¿no?”, concluye.

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Sobre la firma

Erika Rosete
Es periodista de la edición mexicana de EL PAÍS.
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