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Médicos Sin Fronteras denuncia el “devastador impacto” de las políticas contra migrantes de Trump

El personal de MSF en México y Centroamérica atendió a 3.000 víctimas de abuso sexual y brindaron 17.000 consultas por tortura, extorsión, robo y trabajo forzoso

Personal de Médicos Sin Fronteras atiende a un paciente 
en Ciudad Juárez.
Carlos S. Maldonado

Estuvo cautivo durante 60 días. Le golpearon en la cabeza y le extrajeron una muela, también le metieron una pistola en la boca para tomar fotos y chantajear a su familia en Estados Unidos. “Mi hijo y mi yerno pagaron el rescate. El plan era irnos a Estados Unidos, porque el resto de mi familia nos espera allí, pero con este Gobierno estadounidense no sabemos qué hacer”. Es el relato de un migrante venezolano en Ciudad Juárez, donde esperaba la posibilidad de cruzar la frontera. Es una de los centenares de víctimas de secuestro, extorsión y violencia sexual a quienes el equipo de Médicos Sin Frontera ha atendido. Su historia forma parte de un informe de la organización que denuncia el “devastador impacto” de las políticas contra migrantes del Gobierno de Donald Trump.

Esa organización informa de que entre enero de 2024 y mayo de 2025 sus equipos en proyectos relacionados con la migración en México y Centroamérica atendieron a casi 3.000 víctimas y sobrevivientes de violencia sexual y brindaron casi 17.000 consultas individuales de salud mental, la mayoría de ellas motivadas por eventos violentos como tortura, secuestro, extorsión, robo, trabajo forzoso y explotación sexual.

“En su primer día de regreso al cargo, el 20 de enero de 2025, el presidente Trump emitió una serie de órdenes ejecutivas relacionadas con la inmigración que transformaron de inmediato el panorama migratorio en la frontera sur de Estados Unidos y a lo largo de la ruta migratoria. El endurecimiento de la política y del discurso estadounidense han influido directamente en otros Gobiernos de la región. Los cambios han sido múltiples y de gran alcance, y su impacto a menudo perjudicial, aunque no sea siempre visible”, explican desde MSF. El organismo denuncia que la nueva política migratoria ha socavado el derecho a solicitar asilo, impactando gravemente en el bienestar físico y mental de las personas migrantes y ha dejado a muchas de ellas varadas, sin un lugar seguro al que ir.

El informe del organismo se basa en entrevistas en profundidad con el personal de MSF que trabaja a lo largo de la ruta migratoria, desde el Darién y Colón, en Panamá, pasando por Honduras y Guatemala, hasta las ciudades de Tapachula, Coatzacoalcos, Villahermosa, Ciudad de México y Ciudad Juárez, en México. También hicieron entrevistas con decenas de pacientes de diferentes nacionalidades, varados o aun en tránsito hacia la frontera entre Estados Unidos y México. MSF denuncia el retorno forzoso de migrantes dentro de la región y la restricción de sus movimientos. “Agentes del orden público y autoridades migratorias de toda la región han desmantelado campamentos y asentamientos, cerrado estaciones de recepción y disuelto concentraciones masivas en espacios públicos. Han llevado a cabo redadas, detenido arbitrariamente a personas, aumentado el patrullaje y otras medidas de seguridad, y han vuelto más complejos y restrictivos los trámites burocráticos, incluida la solicitud de asilo”, alerta el organismo.

El equipo médico brinda apoyo a personas que esperan abordar el tren en la ciudad de Coatzacoalcos.

La retórica contra los migrantes y la criminalización de la migración “ha erigido efectivamente un muro no solo físico sino psicológico para quienes intentan buscar refugio en Estados Unidos, lo que ha llevado a la reducción más drástica de la migración entre Darién y el norte de México en años”, destaca el informe. Decenas de miles de migrantes se han quedado varados en México, donde carecen de recursos económicos y se mantienen allí porque las causas de su migración aún persisten, como las crisis políticas y económicas, la violenta represión de estados autoritarios, los conflictos armados internos, la presión de grupos criminales como los de Ecuador o el colapso del Estado en Haití.

El hecho de no poder comenzar un proceso de refugio o asilo o tramitar su ingreso a Estados Unidos hace que estas personas queden expuestas a la violencia de grupos criminales que controlan vastas zonas de la ruta migratoria. “Además, muchos migrantes y solicitantes de asilo varados se han dispersado, ocultándose por miedo y estigma tras ser perseguidos repetidamente y etiquetados como delincuentes. Esto disuade a algunas personas necesitadas de buscar ayuda y servicios básicos de entidades y organizaciones públicas. También es más difícil para las organizaciones no gubernamentales (ONG) acceder a los migrantes, ya que los albergues para migrantes operan con baja ocupación tras la reducción de servicios debido a los recortes de la ayuda internacional”, alerta MSF.

La vulnerabilidad es tal que muchas personas, al no contar con recursos para vivir en albergues localizados en zonas urbanas costosas, deben buscar opciones más asequibles “y a menudo terminan en habitaciones de alquiler precarias en las afueras de la ciudad, donde pueden permanecer durante períodos más largos. Estos alojamientos a veces están controlados por grupos criminales“, según el informe.

En su investigación, titulada Rechazados. El devastador impacto humano de los cambios de política migratoria en Estados Unidos, México y América Central, MSF insta a los Gobiernos en el continente “a que renuncien a las tácticas de disuasión y abandono ante la migración y, en su lugar, implementen políticas humanas que garanticen el acceso al asilo, la atención médica y la protección”. También recomiendan mantener la ayuda humanitaria a lo largo de la ruta migratoria para garantizar un mínimo bienestar de los migrantes. “Cada día vemos las consecuencias en pacientes que viven con lesiones sin tratar, traumas por violencia sexual y graves afecciones de salud mental que les imposibilitan la vida diaria”, afirma Franking Frías, subdirector de operaciones de MSF en México y Centroamérica.

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Sobre la firma

Carlos S. Maldonado
Redactor de EL PAÍS México. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica, temas de educación, cultura y medio ambiente.
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