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Trump y Sheinbaum hablarán por teléfono en la antesala de los aranceles del 30% a las exportaciones mexicanas

La llamada tendrá lugar un día antes de que entre en vigor la nueva tarifa. México ha hecho propuestas “potencialmente persuasivas” para equilibrar el comercio entre ambos países, según Bloomberg

Donald Trump y Claudia Sheinbaum.
Karina Suárez

México contiene el aliento, una vez más, en espera de la última palabra de Donald Trump sobre la imposición de nuevos aranceles. El presidente de Estados Unidos y la mandataria Claudia Sheinbaum planean hablar por teléfono este jueves por la mañana, según Bloomberg. La llamada tendrá lugar un día antes de que entre en vigor el arancel del 30% a las exportaciones mexicanas fuera del TMEC, un amago arancelario que lanzó el republicano después de considerar que su país vecino no ha hecho lo suficiente para contener el narcotráfico, la migración ilegal y la importación irregular de productos chinos. De acuerdo con fuentes allegadas a las negociaciones, citadas por Bloomberg, México ha presentado propuestas “potencialmente persuasivas” para equilibrar el comercio entre ambos países. Como ha ocurrido anteriormente, con esta llamada telefónica Sheinbaum buscará in extremis desactivar una granada arancelaria que perjudicará el intercambio comercial entre ambos países, cifrado en más de 800.000 millones de dólares anuales.

Las conversaciones entre México y EE UU han llegado a un punto en el que las decisiones deben tomarse entre ambos mandatarios. Las personas cercanas a estas mesas de trabajo, consultadas por Bloomberg, indican que Trump será quien tenga la última palabra sobre la relación comercial con su vecino país del sur. En plena incertidumbre por las medidas proteccionistas de Trump con el resto del mundo, la mandataria Sheinbaum se reunió este miércoles en Palacio Nacional con el embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson. Al encuentro, de poco menos de una hora, también estuvieron presentes los congresistas Donald Bacon y Rohit Khanna.

Desde hace meses, el gobierno de Sheinbaum ha intentado, sin mucho éxito, amortiguar los golpes provenientes de la Casa Blanca. De los decomisos históricos de estupefacientes, al envío de una treintena de capos mexicanos ante la justicia estadounidense, el Gobierno mexicano ha dado muestras de cooperación en combate al narcotráfico, freno a la migración y sustitución a las importaciones chinas a Norteamérica, tres de las exigencias hechas por Trump a México.

Pese a estos esfuerzos y a la vigencia del TMEC, Trump sigue tensando la cuerda con su principal socio comercial, vía aranceles. Desde marzo pasado, las exportaciones mexicanas que incumplen con el TMEC pagan un impuesto del 25%, una medida que el Gobierno de Estados Unidos impuso tras considerar que México no había hecho lo suficiente para combatir el tráfico de drogas y la migración ilegal a su frontera. A esta tarifa, que está por subir al 30%, se sumaron los aranceles sectoriales: el acero y aluminio mexicanos pagan un 50% y los automóviles provenientes de territorio mexicano un gravamen menor al 25%, acorde al contenido no estadounidense. El republicano, además, reactivó una vieja disputa sobre el tomate y, ahora, el fruto mexicano paga un impuesto del 17%.

A pesar de la imposición de estos aranceles, México continúa siendo el principal socio comercial de Estados Unidos, con envíos durante los primeros cinco meses del año por más de 219.000 millones de dólares, un alza del 6% respecto al mismo periodo de 2024. La economía mexicana, hasta el momento, ha resistido el vendaval proteccionista de Trump. Durante el segundo trimestre de este año, el PIB de México creció un 0,7%, un alza impulsada por las actividades industriales y los servicios.

El secretario de economía, Marcelo Ebrard, enfatizó esta semana que la posición comercial de México “es bastante buena” si se compara con el resto del mundo. “Estamos a horas de saber en qué va a concluir esta etapa, pero mi perspectiva es optimista. Sin embargo, tenemos que esperar a las decisiones que tome el presidente Trump con su equipo. Ya todo lo que México tenía que hacer está hecho, ahora tenemos que esperar”, zanjó tras participar en un encuentro sobre inteligencia artificial en Ciudad de México. De acuerdo con Economía, el 84% de los envíos nacionales a Estados Unidos están libres de aranceles porque cumplen con los requisitos del TMEC, por ende, el 16% restante deberán pagar una cuota del 30% a partir del 1 de agosto.

En la antesala de esta alza arancelaria, los empresarios mexicanos aún esperan llegar a un acuerdo con Estados Unidos. El presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Francisco Cervantes, confió en que el presidente de EE UU conceda una nueva prórroga arancelaria, como ya ocurrió en el pasado. “Quisiera pensar positivamente en alguna prórroga o alguna negociación. Estamos trabajando muy de la mano y también con las empresas de Estados Unidos que están muy interesadas por la integración que tenemos, pues hay preocupación de ambos lados”, declaró esta semana tras participar en un evento en la capital del país.

La fecha límite se acerca mientras Trump sigue en negociaciones comerciales bilaterales con otras naciones, en línea con los acuerdos alcanzados con Japón, la Unión Europea, Corea del Sur, entre otros. La cercanía de México con EE UU sigue dando al país latinoamericano una ventaja competitiva respecto a otros socios comerciales, pero este solo factor no basta, en el ahora complejo tablero del comercio internacional. Más del 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen al mercado estadounidense, por encima de los envíos de China y Canadá, por este motivo, una reducción de cualquier tasa arancelaria, a estas alturas, supondrá un balón de oxígeno para la economía mexicana.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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