Veto a vuelos mexicanos y prohibición de alianzas: el nuevo frente de la guerra comercial de EE UU contra México
El Gobierno de Trump amaga con restringir los vuelos procedentes desde México si su contraparte mexicana no da un paso atrás sobre la reducción de operaciones en el AICM


El presidente Donald Trump amenaza con asestar un nuevo golpe a México, ahora, a su sector aéreo. El Departamento de Transporte de Estados Unidos anunció varias restricciones contra las aerolíneas mexicanas, en represalia por la reducción de operaciones en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), impuestas por el gobierno mexicano desde 2022. Sin rodeos, el secretario de Transporte estadounidense, Sean Duffy, lanzó este fin de semana un serio amago: EE UU rechazará las solicitudes de vuelos desde México, si el gobierno mexicano no atiende sus preocupaciones sobre las condiciones en las que sus aerolíneas están accediendo al mercado mexicano. Como parte de esta batería de medidas, la dependencia propone retirar el permiso de la alianza Delta-Aeroméxico, un acuerdo crucial para ambas empresas. “Que estas acciones sirvan de advertencia a cualquier país que crea que puede aprovecharse de Estados Unidos, de nuestras aerolíneas y de nuestro mercado”, señaló Duffy, por escrito. En respuesta, este lunes, la mandataria mexicana, Claudia Sheinbaum, declaró que “no hay razones” para restringir los vuelos desde México a Estados Unidos.
Las quejas del sector aéreo estadounidense datan de 2022, año en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador emprendió una serie de acciones para descongestionar el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, AICM, y catapultar las operaciones del entonces recién estrenado aeropuerto Felipe Ángeles (AIFA), en el Estado de México. Entre estas acciones se obligó a las aerolíneas a trasladar sus operaciones de carga a la nueva terminal aérea y se re dujeron las franjas horarias de aterrizaje y despegue —conocidos como slots— en el AICM, una modificación que impactó el cronograma tanto de las aerolíneas nacionales como internacionales. Duffy indicó que, con estas decisiones, México violó un acuerdo comercial entre ambos países signado en 2015. “México ha incumplido su promesa, ha perturbado el mercado y ha dejado a las empresas estadounidenses con las manos vacías por millones en costos adicionales”, indicó.
En represalia, ahora el Departamento de Transporte de EE UU, asegura que exigirá a las aerolíneas mexicanas que presenten los horarios de todas sus operaciones en Estados Unidos. Además, a partir de octubre, cualquier vuelo chárter desde México que aterrice en Estados Unidos, deberá contar con el aval de las autoridades estadounidenses. Y, finalmente, las autoridades estadounidenses han abierto la puerta a la revocación de la alianza entre Delta y Aeroméxico. Este acuerdo será revisado para garantizar que cumple con los estándares de competencia en su mercado. Delta Air Lines advirtió que poner fin a este convenio provocará afecciones significativas a los viajeros, así como a los empleos y comunidades transfronterizas. La aerolínea calculó que la pérdida de vuelos directos evitaría la llegada de más de 140.000 turistas estadounidenses y casi 90.000 viajeros mexicanos. Por escrito, Aeroméxico comentó que está revisando la orden y presentará una respuesta, conjunta con Delta, en los siguientes días.
El amago no es menor. El mercado estadounidense absorbe alrededor del 70% de los turistas internacionales que viajan hacia o desde México. La presidenta Sheinbaum declaró este lunes, en Palacio Nacional, que Estados Unidos todavía no les ha notificado cuáles serían las nuevas restricciones, por lo que esperarán para conocer exactamente las medidas, sin embargo, dijo que cualquier nuevo cambio o decisión tiene que basarse en criterios técnicos y priorizando la seguridad. El gobierno mexicano defiende que las decisiones tomadas en 2022 fueron parte de una estrategia para mejorar la seguridad, eficiencia y competitividad del sector aéreo.
Rogelio Rodríguez Garduño, especialista aeronáutico de la UNAM, señala que el Gobierno de Trump está tomando una medida proteccionista para beneficiar a su industria aérea. El punto de tensión máximo, afirma Rodríguez, se alcanzará en octubre próximo, mes en el que se planea la temporada de vuelos de diciembre, un periodo de alta demanda de viajes. “Si el Departamento del Tesoro decidiera bajar las operaciones de las líneas mexicanas en EE UU, esas rutas las van a cubrir, de inmediato, las aerolíneas norteamericanas. El tema gubernamental es por qué a las aerolíneas mexicanas se les va a someter a la incertidumbre de no saber si van a poder operar o no”, refiere.
El nuevo frente abierto entre México y EE UU, ahora en el sector aéreo, ocurre a menos de dos años de que el país latinoamericano recuperó la categoría 1 dentro de los estándares estadounidenses, luego de ser degradado por 28 meses a un escaño inferior, lo que le impedía abrir nuevas rutas en Estados Unidos. Un estigma que logró sacudirse, tras un arduo trabajo binacional, en septiembre de 2023. Ahora, lamenta Rodríguez, esta nueva restricción supondría una nueva camisa de fuerza para las aerolíneas mexicanas. “Me parece que van a ser días de tensiones, espero que la presidenta Sheinbaum logre, hábilmente, desactivar esa bomba”, zanja el especialista.
Tras el anuncio, la industria aérea mexicana cerró filas en torno al Gobierno de Sheinbaum. La Cámara Nacional de Aerotransportes (Canaero), advirtió de que las medidas de EE UU supondrán un alto impacto para la industria aérea, con repercusiones en la conectividad, el flujo comercial y la competitividad del sector entre ambas naciones. El sector aseguró que el diálogo binacional debe priorizar a los pasajeros, la conectividad, así como al desarrollo económico y social entre ambos países. El Gobierno de Sheinbaum debe encarar, así, una nueva pugna que resolver con Estados Unidos, en medio de las mesas de negociaciones sobre el tema de los aranceles, el combate al narcotráfico y la migración.
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