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Sheinbaum y Trump comparten otra “buena llamada” telefónica

Los presidentes no pudieron encontrarse a solas en el G-7 por el conflicto entre Israel e Irán

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum.
Carmen Morán Breña

El primer cara a cara previsto entre la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, y el estadounidense Donald Trump no pudo ser. A cambio, han compartido una llamada telefónica este martes que ha sido calificada de “buena”, ha confirmado la Casa Blanca. Estaba programada una reunión entre ambos el lunes, aprovechando que los dos asistían al encuentro intergubernamental del G-7 que se celebra en Canadá. Pero Trump regresó ese mismo día a Washington debido a las tensiones que se estaban viviendo entre Israel e Irán. Esta mañana, el foro ha emitido un mensaje informando de la llamada entre ambos presidentes. “Coincidimos en trabajar juntos para llegar pronto a un acuerdo en diversos temas que hoy nos preocupan”, ha comunicado después la propia Sheinbaum. Y su gobierno ha dicho que la reunión no se ha cancelado, sino que se celebrará “en otro momento”.

La ocasión era única, puesto que, tras llegar al poder el republicano y poner en marcha sus medidas arancelarias, así como la compleja situación que ha vivido días atrás California con las redadas a migrantes, las relaciones entre ambos países estaban sacudiéndose algo más de lo habitual. Habría sido la primera reunión en que se vieran las caras, después de varias llamadas a lo largo de los últimos meses, también calificadas de gratas. Los expertos internacionalistas valoraban este primer encuentro como una oportunidad excelente para la mexicana, que podría verse con Trump en un terreno neutral y contar, además, con el anfitrión del encuentro, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, todos ellos socios del tratado comercial de América del Norte. Sheinbaum y Carney tienen intereses similares en aplacar las amenazas que se suceden desde la Casa Blanca y podrían haberse ayudado.

Sheinbaum ha podido reunirse con líderes de Brasil, la India y Corea del Sur, entre otros. Con el primer ministro de la India, Narendra Modi, han hablado sobre inversiones destinadas al sector científico y tecnológico. Modi felicitó a la presidenta mexicana por su triunfo electoral y confirmó los “lazos entre las dos naciones” que esperan concretar en inversiones para la agricultura, semiconductores, minerales críticos y salud, informaron en redes sociales, por donde se vienen transmitiendo, gota a gota, cada uno de los encuentros en el G-7. El mandatario dijo que hay “un inmenso potencial” para seguir fortaleciendo las relaciones entre ambos países. A los dos se les veía sonrientes, lo mismo que en el encuentro entre la mexicana y el brasileño Lula da Silva, que se alegró de ver de nuevo a la “compañera Sheinbaum”.

El único viaje al exterior de la presidenta desde su toma de posesión en octubre pasado fue, en efecto, a Brasil, donde participó en el G-20. Aquello se interpretó como un giro cualitativo en las relaciones internacionales con otros países, ya que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, había delegado estos encuentros en su personal de confianza. La reunión del G-7, sin embargo, suponía más que eso, porque ofrecía la oportunidad de dirigirse a Trump personalmente y no son pocos los asuntos que tienen que tratar. Las redadas de migrantes en California y otras ciudades estadounidenses desencadenadas la semana pasada tensaron de nuevo las difíciles relaciones con México, vapuleadas por los aranceles al aluminio y el acero así como la amenaza de un impuesto a las remesas de los migrantes. Sheinbaum fue acusada por la secretaria de Seguridad Kristi Noem de haber azuzado dichas revueltas con unas declaraciones anteriores en las que quejaba del impuesto a las remesas. La mexicana calificó de falsas esas acusaciones, aunque siempre ha rechazado ese posible impuesto, que gravaría los envíos de dinero de los paisanos migrantes a sus familias en México. “Si hace falta nos movilizaremos”, dijo días atrás, pero después tuvo que aclarar que en ningún momento se refería a atizar las manifestaciones de California, en las que Trump hablaba de los mexicanos que viven y trabajan allí como de “invasores”. El ambiente estaba tan caldeado que el gobierno mexicano se aprestó a decir que la retirada de Trump del G-7 sin reunirse con Sheinbaum nada tenía que ver con todo ello, sino con la escalada bélica que se está viviendo entre Israel e Irán.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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