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Guerra de Rusia en Ucrania
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El mayor choque entre Rusia y la OTAN en más de tres años de guerra contra Ucrania

El derribo de drones rusos en Polonia dispara la tensión con el Kremlin

Unos soldados patrullan las calles tras estrellarse un dron contra un edificio residencial en Wyryki-Polod (Polonia), este miércoles.
María R. Sahuquillo

Tras el apretón de manos del presidente estadounidense, Donald Trump, al autócrata ruso Vladímir Putin en Alaska, en una cumbre bilateral que sirvió al jefe del Kremlin para volver a codearse con un líder occidental, Rusia vuelve a testar las fronteras de la OTAN y la capacidad de los aliados de responder ante sus agresiones y provocaciones. En la madrugada del martes al miércoles, aviones de Polonia y otros socios de la Alianza Atlántica derribaron drones rusos sobre el espacio aéreo de Polonia, uno de los miembros más potentes de la organización militar que se basa en la defensa mutua de todos los aliados. Se trata del choque más grave entre la Alianza Atlántica (de la que también forma parte España) y Rusia desde que Putin comenzó la guerra contra Ucrania en febrero de 2022.

Todo, cuando Varsovia y otros países europeos avanzan para diseñar ciertas garantías de seguridad que pueden ofrecer a Ucrania tras un eventual alto el fuego y la firma de la paz, que incluirían el despliegue de tropas para ayudar a blindar al país invadido de una futura agresión. Y en medio de las presiones de Trump y de su equipo de la Casa Blanca a Putin para que se siente con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, para hablar de un alto el fuego que el estadounidense había presumido que conseguiría en 24 horas cuando llegase a la Casa Blanca.

Polonia y la UE han definido el suceso de los drones no como un ataque, sino como una “violación del espacio aéreo”, aunque “intencionada”. Y hablan de “provocación”. Es la enésima. Los países del Este llevan largo tiempo viviendo continuas incursiones de cazas rusos y drones en su territorio. Letonia ya derribó un dron ruso dentro de su espacio aéreo en 2024. Polonia ha pedido a la OTAN que se active el artículo 4, que lanza las consultas dentro de la alianza cuando un miembro siente que su integridad territorial, su independencia política o seguridad se ven amenazadas.

Vídeo: EPV (REUTERS)

El suceso de los drones se produce un par de días antes de que Rusia y Bielorrusia empiecen sus tradicionales maniobras militares a gran escala con las que tratan de mostrar su músculo de defensa y acongojar a sus vecinos. Y de hecho, los drones, según ha confirmado Varsovia, entraron en Polonia desde Bielorrusia, no desde Ucrania.

En el derribo de los drones rusos sobre Polonia han participado aviones de combate holandeses —otro miembro de la OTAN— además de los polacos, con apoyo de un avión italiano de alerta temprana; y Alemania ha puesto en alerta su sistema antimisiles Patriot. La OTAN ha reiterado que está comprometida a defender cada kilómetro de territorio aliado. Pero de cómo responda la Alianza, liderada por Estados Unidos, a esta nueva provocación rusa dependerán también las acciones futuras de un Kremlin muy crecido, embarcado en una huida hacia adelante en su guerra contra Ucrania y su agresión a Occidente.

Lo ocurrido con los drones rusos sobre Polonia empuja, además, aún más a los países del Este de Europa, vecinos de Rusia, hacia la militarización. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado este miércoles, una “guardia del flanco oriental” y crecen las voces, como la del comisario de Defensa, Andrius Kubilius, lituano, que reclaman la creación de un “muro de drones” para blindar las fronteras de la UE con Rusia.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.
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