Camboya llama a un alto el fuego inmediato ante la escalada con Tailandia
Las víctimas mortales en los enfrentamientos ascienden a 32 entre los dos países y ya hay alrededor de 160.000 personas desplazadas

El conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya ha entrado este sábado en su tercer día consecutivo de enfrentamientos, con un saldo de al menos 32 muertos y alrededor de 160.000 personas evacuadas en ambas naciones del sudeste asiático. A primera hora de la jornada, los dos países informaron de nuevos ataques con artillería pesada y combates en varios puntos de la frontera en disputa. Phnom Penh ha solicitado un alto el fuego “inmediato” y “sin condiciones” ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras que Bangkok ha expresado su disposición a entablar un diálogo diplomático –que fue cortado de raíz el miércoles, un día antes de que comenzaran las escaramuzas–, e incluso abierto a la mediación de terceros. Se trata de la peor escalada en más de una década de un conflicto por la delimitación del territorio que se hizo en 1907 bajo el dominio colonial francés.
El embajador camboyano ante la ONU, Chhea Keo, ha comunicado que su país quiere una “solución pacífica de la disputa”, aunque Tailandia no se ha pronunciado públicamente sobre la petición camboyana de alto el fuego. Bangkok declaró el viernes la ley marcial en ocho distritos limítrofes con Camboya y el ministro de Exteriores tailandés, Nikorndej Balankura, expresó a la agencia AFP que su país está abierto al diálogo. “Si Camboya quiere resolver este asunto por vía diplomática, bilateralmente o incluso a través de Malasia, estamos dispuestos a hacerlo. Pero hasta ahora no hemos recibido ninguna respuesta”, declaró.
Mientras los combates se prolongan, el Ministerio de Defensa Nacional de Camboya ha confirmado este sábado la muerte de siete personas y cinco miembros de sus fuerzas armadas, lo que eleva a 13 el balance total de fallecidos en su territorio desde el jueves. Además, 50 civiles y más de 20 efectivos militares están heridos. En el lado tailandés, las autoridades han informado de la muerte de seis uniformados y 13 civiles (entre ellos un niño y un adolescente), así como de 29 soldados y 30 vecinos heridos desde que comenzaron los enfrentamientos.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró el viernes una reunión de emergencia a puerta cerrada para abordar la crisis, a petición de varios miembros preocupados por la rapidez con la que se ha deteriorado la situación y el enorme riesgo de escalada. El primer ministro tailandés en funciones, Phumtham Wechayachai, alertó horas antes de que tuviera lugar la sesión de que los choques actuales “podrían derivar en una guerra” porque se trata de un enfrentamiento en el que ya se están utilizando armas pesadas. Las imágenes y testimonios desde el frente dan cuenta del despliegue de tanques, cazas, fuego de artillería y unidades terrestres.
Aunque no se ha emitido una declaración oficial de la reunión, fuentes diplomáticas anónimas citadas por Associated Press aseguran que los 15 miembros del Consejo de Seguridad coincidieron en pedir a Tailandia y Camboya que rebajen la tensión, ejerzan contención y busquen una solución pacífica. También se realizó un llamamiento explícito a la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), el bloque regional al que pertenecen ambos países, para que desempeñe un papel activo en la mediación.
En paralelo, Malasia, que ostenta actualmente la presidencia rotatoria de la ASEAN, ha ofrecido su intermediación para facilitar el diálogo. China, por su parte, también se ha mostrado dispuesta a jugar un papel mediador. Aunque Pekín tiene fuertes vínculos económicos con ambas partes, ese posible rol genera recelos en algunos sectores por su cercanía histórica con Phnom Penh.
Esta mañana, el Ministerio de Defensa camboyano denunció que proyectiles de artillería pesada tailandeses impactaron en múltiples localidades cercanas a la frontera y exigió el “cese inmediato de todas las hostilidades” por parte de Bangkok. También instó a su vecino a respetar sus “obligaciones en virtud del derecho internacional” y reiteró su petición de un alto el fuego incondicional. Camboya ha acusado a Tailandia de utilizar bombas de racimo en sus lanzamientos, un tipo de armamento que está prohibido en gran parte del mundo por el alto riesgo que representa para la población civil, ya que dispersa municiones que pueden permanecer en el suelo sin explotar y detonar tiempo después. Bangkok no se ha pronunciado al respecto, mientras que sus líderes han señalado que Camboya podría ser culpable de crímenes de guerra por atacar infraestructura civil, incluido un hospital y una gasolinera.
Los combates se iniciaron el jueves, con acusaciones cruzadas sobre qué parte disparó primero en un punto de la frontera cercano al templo jemer Ta Muen Thom, bajo dominio camboyano. Los choques suponen una escalada dramática de una disputa que enfrenta a Tailandia y Camboya desde hace más de un siglo por el control de varios tramos de la línea que las separa, y que se extiende a lo largo de 817 kilómetros. Entre 2008 y 2011, los enfrentamientos dejaron al menos 28 muertos y obligaron a desplazar a decenas de miles de personas. Un fallo del Tribunal Internacional de Justicia en 2013 permitió enfriar las tensiones, pero la calma se rompió el pasado mes de mayo, cuando un soldado camboyano murió en un nuevo choque. Desde entonces, el conflicto no ha hecho más que escalar: primero en el plano comercial, con restricciones mutuas; luego, en el político, con la suspensión temporal de la primera ministra Paetongtarn Shinawatratal por su gestión de la crisis y con la retirada mutua de embajadores; y, ahora, en el militar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
