Tailandia bombardea posiciones militares de Camboya tras acusar a su vecino de atacar su territorio
La disputa fronteriza entre ambos provoca el estallido de violencia más grave desde 2011, con al menos 12 muertos

La disputa fronteriza entre Tailandia y Camboya, que se remonta a principios del siglo XX, ha estallado este jueves en un nuevo enfrentamiento. Tras semanas de creciente tensión entre las dos naciones del sudeste asiático, las Fuerzas Aéreas tailandesas han bombardeado posiciones militares camboyanas tras acusar a Phnom Penh de abrir fuego con artillería pesada. El Ministerio de Sanidad tailandés ha confirmado la muerte de un soldado y al menos 11 civiles, además de 14 heridos. Se trata del episodio más grave en más de una década y la primera vez que el conflicto desemboca en el uso de fuerza aérea desde 2011. El choque ha tensado aún más unas relaciones bilaterales ya deterioradas, con la retirada mutua de embajadores y la congelación de los canales diplomáticos.
El epicentro del conflicto se sitúa en el área del templo jemer de Ta Muen Thom, un enclave ubicado unos 360 kilómetros al noreste de la capital de Tailandia y cuya soberanía continúa en disputa.
La información sobre el estallido de violencia desde el terreno es escasa y proviene de los gobiernos de los dos países implicados, por lo que es difícil de verificar. Bangkok ha confirmado el despliegue de seis cazas F-16 y que uno de ellos lanzó un ataque contra “objetivos militares planificados” en territorio camboyano.
Según la versión de las autoridades militares tailandesas, esa ofensiva se produjo después de que el Ejército camboyano desplegara drones para vigilar a las tropas tailandesas estacionadas cerca del santuario. Minutos más tarde, efectivos camboyanos armados con lanzagranadas RPG se concentraron en la zona. Un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional tailandés ha asegurado que los soldados de su país intentaron dialogar con sus oponentes, sin éxito, y que las tropas camboyanas abrieron fuego hacia las 08.20 (03.20 en hora peninsular española), lo que obligó a las fuerzas tailandesas a responder.
Phnom Penh, sin embargo, niega haber iniciado las hostilidades y el Ministerio de Defensa camboyano sostiene que fueron los soldados tailandeses quienes empezaron el conflicto en torno a las 06.30 (hora local). Lo hicieron avanzando hacia el templo jemer y colocando alambre de espino en su base, violando así un acuerdo previo. Camboya insiste en que han sido los militares tailandeses quienes desplegaron un dron poco después de las 07.00 y los que efectuaron disparos “al aire” hacia las 08.30.
Dieciséis minutos después, las tropas tailandesas abrieron fuego “de forma preventiva” contra los soldados camboyanos, lo que los obligó a ejercer su derecho a la autodefensa, según la portavoz del Ministerio Maly Socheata. Socheata también ha acusado a Tailandia de desplegar un número excesivo de tropas, utilizar armamento pesado y lanzar ataques aéreos contra territorio camboyano.
“Camboya siempre ha mantenido la postura de querer resolver los problemas por la vía pacífica. Pero, en este caso, no tenemos otra opción que responder por la fuerza armada a una agresión militar”, ha escrito en Facebook el primer ministro Hun Manet. Según el Gobierno camboyano, el Ejército tailandés ha bombardeado dos provincias del país.
Tras el intercambio inicial de acusaciones, los dos países han reforzado su presencia militar en los puntos más tensos de la frontera de 817 kilómetros que los separa. Los combates se han extendido a seis zonas limítrofes y Bangkok ha ordenado el cierre de todos los cruces fronterizos y anunciado que está preparada para “intensificar sus medidas de autodefensa” si los ataques se repiten. Tailandia asevera que el ejército vecino ha lanzado dos cohetes BM-21 contra una zona residencial de la provincia tailandesa de Surin, un ataque que ha matado a dos civiles (incluido un niño de ocho años) y ha obligado a evacuar a unos 40.000 vecinos de 86 pueblos. También hay un fallecido en la provincia de Ubon Ratchathani y ocho en la de Srisaket, entre ellos un adolescente de 15 años y un militar.
Origen colonial
La disputa fronteriza hunde sus raíces en la época colonial. Cuando Camboya obtuvo la independencia en 1953, la ocupación francesa dejó sin delimitar con precisión varios tramos de la actual línea divisoria. Phnom Penh rechaza el trazado heredado y ha pedido en varias ocasiones al Tribunal Internacional de Justicia de Naciones Unidas que se pronuncie al respecto.
Aunque el tribunal con sede en La Haya otorgó en 1962 a Camboya la soberanía del templo hindú de Preah Vihear (ubicado más al norte del actual foco de tensión), las tensiones se avivaron en 2008, cuando Phnom Penh intentó registrar el enclave como Patrimonio de la Humanidad. Desde entonces, los choques armados han sido esporádicos pero recurrentes, y han dejado varias decenas de muertos en ambos bandos. Hasta ahora, las hostilidades más graves se produjeron en 2011 tras una semana de intensos combates que provocaron al menos 17 muertos y miles de desplazados.
El repunte actual de violencia se produce después de semanas de creciente fricción. A mediados de mayo, un soldado camboyano murió en un tiroteo en la zona del santuario de Ta Muen Thom (donde comenzaron las escaramuzas de este jueves). Desde entonces, ambas naciones han reforzado su presencia militar e impuesto restricciones comerciales mutuas.
Un intento de mediación por parte de la primera ministra tailandesa, Paetongtarn Shinawatratal, provocó una tormenta política que la ha apartado temporalmente del cargo. La dirigente mantuvo una conversación telefónica con el ex primer ministro camboyano Hun Sen (padre del actual dirigente) que se filtró a la prensa y fue interpretada por sus rivales como una injerencia indebida en la política exterior. Poco después, el Tribunal Constitucional tailandés decretó su suspensión cautelar.
El último detonante se produjo el miércoles, tras la explosión de una mina terrestre que hirió gravemente a cinco soldados tailandeses. Tailandia acusa a Camboya de haber colocado los artefactos en la zona disputada, mientras que Phnom Penh dice que son minas antiguas, remanentes de la guerra civil.
La diplomacia se ha visto arrastrada por ese accidente, el segundo en el lapso de una semana. Tailandia anunció en la víspera la expulsión del embajador camboyano en Bangkok y Phnom Penh ha hecho en esta jornada lo propio con el representante tailandés en Camboya. El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, ha reconocido que la situación en la frontera es “delicada” y ha subrayado que su Gobierno actuará “con cautela” y en cumplimiento con el derecho internacional. Los países de la región han pedido una desescalada inmediata.
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