Ir al contenido
_
_
_
_
TRABAJAR CANSA
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Jirafas enamoradas en un mundo exagerado

La hipérbole puede ser una herramienta al servicio de la sátira, y el titular inventado más exagerado que se nos ocurra puede convertirse en real en poco tiempo

Jirafas
Íñigo Domínguez

El mundo va muy mal, en una aceleración tan alocada que los expertos señalan una serie de escenarios plausibles de aquí a dos años:

—Trump anuncia que está a punto de perder la paciencia con Rusia después de que un dron ruso entrara por la ventana del Despacho Oval, orinara en su alfombra y emitiera un sonido pregrabado de cuchufleta. En Europa han aterrizado tantos drones rusos, el último en la Alcarria, que ya se revenden en Wallapop. Como represalia, Trump se hace llevar a Zelenski a Washington y le da una paliza personalmente, por no hacer lo suficiente por la paz.

—Netanyahu bombardea un adosado de Badajoz, alegando que allí se escondían terroristas de Hamás. Se abre un incómodo debate en la derecha española sobre si esta vez Israel tiene derecho a defenderse o no, complicado por el hecho de que en ese momento pasaba por allí la Vuelta. Putin también ataca un pueblo de Teruel y descoloca a la UE, porque también dice que allí había terroristas de Hamás: se decide que en ese caso se le dan tres años de margen antes de enfadarse.

—Pedro Sánchez gana las elecciones con una jugada maquiavélica. Pacta otra vez con los independentistas, pero invierte los papeles: les da la presidencia del Gobierno, es él quien les chantajea con la amenaza de hacerles caer, obtiene concesiones inimaginables y no les deja hacer nada por Cataluña. Un último escaño decisivo es de un partido de Nacho Cano que cree que los marcianos están entre nosotros y que obtiene de Sánchez lotes de gorras con hélice y espadas láser.

—En una granizada histórica, un pedrusco de hielo de 350 kilos cae sobre la sede del PP. Aun así, el partido niega el cambio climático y culpa a Sánchez. Ya de paso, le atribuye el derretimiento de los polos y que los tomates no sepan como antes.

El precio de la vivienda en Madrid alcanza los 300.000 euros por milímetro cuadrado y dentro de la M-30 no vive nadie. Se ofrece a Jeff Bezos comprarlo todo, pero exige un puerto para su megayate. Para entonces tiene 325 kilómetros de eslora y se proyecta un muelle en Colmenar de Oreja, con un canal desde el Mediterráneo, para que le baste meter el morro en Valencia y plantarse en Madrid. Todo a cargo de los presupuestos de la Comunidad, que ve una gran oportunidad para los madrileños.

—Bután alcanza el récord de aranceles de EE UU: un 5.675%, porque Trump creyó por el nombre que era una potencia del gas butano.

—Gaza ya es un paraíso de vacaciones con rascacielos de lujo y discotecas, aunque se ha dejado un área como un campo de fútbol que se sigue bombardeando (los turistas pueden bombardear ellos mismos en un tour organizado) y que para entonces ya es un agujero de 17 kilómetros de profundidad. Al fondo resiste una última comunidad de vecinos que se niega a irse.

—Ajena a todo, en España el debate nacional se centra en un polémico zasca en El Hormiguero.

Esto ha sido un humilde homenaje al escritor italiano Stefano Benni, fallecido esta semana, que hacía estas cosas y al que he copiado siempre mucho. Era un maestro de la sátira a través de la hipérbole, como terapia para las desgracias cotidianas. Hay una frase suya muy bonita: “La jirafa tiene el corazón lejos de los pensamientos. Se enamoró ayer, pero todavía no lo sabe”. Tener el corazón lejos de la cabeza parece una tara extendida, y a algunos políticos españoles les ocurre al revés: dicen tonterías tan frívolas y pavorosas sobre los pobres palestinos que cuando llegan al corazón ya lo encuentran helado por lo que ha oído.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Íñigo Domínguez
Corresponsal en Roma desde 2024. Antes lo fue de 2001 a 2015, año en que se trasladó a Madrid y comenzó a trabajar en EL PAÍS. Es autor de cuatro libros sobre la mafia, viajes y reportajes.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_