Awar y la alegría de la moda
Su historia es la de una desplazada que llegó a un colegio sin apenas niños negros y sufrió el ‘bullying’ de sus compañeros


La moda se ha vuelto tan cerebral, autorreferencial y, en general, plúmbea, que estaba a punto de pasar página hasta que llegó el último desfile de Chanel, el primero de la nueva era de Matthieu Blazy. Del fondo de una pasarela cada vez más fría emergió, al fin, la alegría, y con ella un golpe de belleza real. Lo protagonizó la modelo africana Awar Odhiang con un gesto, como todo lo bello de verdad, espontáneo, emocionante y sencillo. De pronto, una modelo se apoderó del espectáculo como hacía mucho tiempo que no recordaba. Awar hizo algo que las profesionales como ella no suelen hacer: romper el protocolo para sonreír y volar. Gracias a su elegante desenfado se desató la euforia y ya nadie olvidará el debut de Blazy en Chanel.
No sé si llegará a ser un momento tan icónico como el célebre final de 1991 de Gianni Versace —entonces las supermodelos de los noventa Linda Evangelista, Christy Turlington, Naomi Campbell y Cindy Crawford cerraron el desfile de la mano con el Freedom! ’90 de George Michael—, pero estoy convencida de que la imagen de Awar batiendo sus larguísimos brazos perdurará, como perdurará su espectacular sonrisa. La moda era esto: juego y gozo.
¿Qué tuvo de especial el momento? La manera en la que la maniquí se despojó de la máscara, dejando atrás ese uniforme gestual serio y neutral que se exige a todas las modelos, para mostrar su emoción. Al parecer, según reveló después Odhiang, Blazy se acercó a ella segundos antes de salir a la pasarela. Estaba nerviosa y, por las dimensiones de lo que llevaba puesto, permanecía sola en un rincón esperando su salida. Blazy le dijo entonces que disfrutase de su momento, que fuese ella misma y que se divirtiera. Lo cumplió: en el minuto final, cuando sus compañeras se retiraban entre aplausos, Awar, la última de la fila, decidió romper el orden, primero con su rostro y después con todo su cuerpo.
Luego supimos que Odhiang es la tercera modelo negra que cierra un desfile de Chanel después de Alek Wek y Adut Akech, que lo hicieron para Karl Lagerfeld en 2004 y 2018, respectivamente. Que, además, esta mujer de 24 años es hija del desarraigo: originaria de la tribu Anuak de Sudán del Sur, nació en un campo de refugiados de Etiopía hasta que su familia fue acogida en Canadá. Su historia es la de una desplazada que llegó a un colegio sin apenas niños negros y sufrió el bullying de sus compañeros. Según explicó a Vogue al día siguiente del desfile, ella “solo quería que Matthieu [Blazy] se sintiera orgulloso. Él, mi familia, Chanel y todas las niñas negras de Sudán del Sur. Sentí mi poder en la pasarela, quería expresar mi alegría y mi libertad. Estaba flotando en lo alto de la luna”.
En un mundo cada vez más reducido a símbolos, la sonrisa de Awar robó de un plumazo el protagonismo a todo lo visto durante un mes de desfiles que se suponía histórico por el relevo creativo en muchas grandes casas: Dior, Mugler, Balenciaga, Bottega Veneta. Pero Chanel nos devolvió lo más difícil y menos pensado: recuperar el placer de la moda. Awar viajó a la luna y nosotros con ella.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma































































