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“Si los hombres se liberasen de sus prejuicios disfrutarían mucho”: ¿por qué los juguetes sexuales no triunfan entre ellos?

Harry Styles ha lanzado una línea de juguetes sexuales masculinos, una nueva oportunidad para que el mundo de los productos pensados para el disfrute íntimo para hombres supere de una vez a la muñeca hinchable

Una obra titulada 'Death' expuesta en la Tate Gallery de Londres muestra sexo entre dos muñecos hinchables
Marita Alonso

Harry Styles había seguido un camino transitado y previsible al lanzar Pleasing, su marca de moda y cosmética que imitaba su estilo y aprovechaba la popularidad de su nombre. Lo habían hecho ya muchos artistas antes, pero lo que hizo después fue más rompedor: una gama de productos y juguetes sexuales masculinos entre los que se pueden encontrar lubricante o un vibrador de doble cara.

La pregunta es: ¿podrá el cantante lograr que los hombres se adentren en el mundo de los juguetes sexuales? Una encuesta puesta en marcha por la firma de juguetes sexuales The Handy revela que dos de cada cinco hombres nunca han probado uno. Mientras que el 55% de las encuestadas asegura emplearlos al menos una vez por semana, tan solo el 36% de los hombres lo hace. El Satisfyer para hombres, por ejemplo, no alcanzó tanta popularidad como su versión para mujeres.

Un estigma poderoso

Melanie Eichhorn, sexóloga en la marca Satisfyer, comenta con ICON que la idea de usar un juguete sexual sigue estando rodeada de estigmas a causa de las creencias obsoletas sobre la masculinidad y el rendimiento sexual. “Durante mucho tiempo se ha proyectado una imagen del deseo masculino que dicta que los hombres siempre deben estar listos, saber exactamente qué hacer y no necesitar nada más que sus manos o una pareja para sentirse satisfechos. De ahí nace el mito de que los hombres de verdad no usan juguetes sexuales, una idea que no podría estar más lejos de la realidad”.

“Existen juguetes anales que estimulan la próstata. Si los hombres heterosexuales fueran capaces de liberarse de los prejuicios, disfrutarían muchísimo”

“Otro factor importante es la falta de representación”, prosigue. “Mientras que los juguetes diseñados para mujeres, como los vibradores, han ganado visibilidad e incluso se celebran abiertamente en medios y conversaciones públicas, los juguetes para hombres apenas reciben atención. Esto lleva a muchos a pensar que no están hechos para ellos o que la oferta es muy limitada, cuando en realidad, existe una variedad cada vez más amplia e interesante de productos pensados específicamente para el placer masculino”, dice.

Estampa de una fábrica de muñecas hinchables en China en 2012.

La sexóloga asegura que muchos hombres desarrollan rutinas de masturbación rápidas y con presión, por lo que dejan poco espacio para explorar el cuerpo con atención. “Al principio, un juguete puede parecer extraño, pero justamente esa es la gracia: te invita a bajar el ritmo, reconectar contigo mismo y descubrir tipos de orgasmos nuevos”.

Al presentar Satisfyer la versión masculina del conocido juguete sexual, se apostó por el actor porno Rocco Siffredi y el eslogan “el actor que ha disfrutado de su mejor orgasmo”. Pero al margen de los orgasmos, los juguetes sexuales pueden ayudar a entrenar los músculos del suelo pélvico, a mejorar la sensibilidad y a tratar la disfunción eréctil o la eyaculación precoz.

“Mientras que los juguetes diseñados para mujeres, como los vibradores, han ganado visibilidad e incluso se celebran abiertamente en medios y conversaciones públicas, los juguetes para hombres apenas reciben atención”

Cuando la marca de bienestar sexual y juguetería erótica LELO lanzó F2STM Stamina Trainer, diseñado para mejorar la resistencia, el control y el placer masculino, elaboró un informe con el que descubrió que el 82,9% de los encuestados afirmó que usaría un dispositivo si este les ayudara a mejorar su resistencia y controlar la eyaculación precoz. Un 82% aseguró, además, haber alcanzado el orgasmo usando un juguete sexual.

Pero lamentablemente, como dice Cecilia Bizzotto, portavoz de JOYclub, muchos hombres creen que no existen opciones para ellos. “Existen, por ejemplo, juguetes anales que estimulan la próstata. Si los hombres heterosexuales fueran capaces de liberarse de los prejuicios asociados a esta práctica, que puede gustar a todas las personas independientemente de su género y orientación sexual, pueden llegar a ser juguetes con los que se disfrute muchísimo. No sólo a solas, sino en prácticas como el pegging o incorporando plugs anales durante la actividad sexual compartida”, explica. “Hay que decirles: no tenéis por qué desear solo el coito. Vuestros penes no son vuestra única forma de satisfacción, vuestros anos también os dan mucho placer y vuestra mayor zona erógena es vuestra piel al completo”, añade.

El Satisfyer puso el clítoris y el orgasmo femenino en el centro de la conversación mundial.

Un hombre de 25 años confesó a la revista de tendencias Dazed & Confused lo que pasó cuando confesó a sus amigos que experimentaba con juguetes sexuales. “Se burlaron de mí y me dijeron que era gay. Esta idea errónea de que disfrutar de la estimulación anal afecta la sexualidad es ridícula. Así que todavía existe un miedo real a ser objeto de burla”.

El juguete perfecto

Ana Lombardía, experta en salud y bienestar sexual de Arcwave, comenta que un buen juguete sexual para hombres debe proporcionar una estimulación adecuada, comodidad en su uso y una experiencia sensorial placentera. “Tiene que estar diseñado pensando en las zonas erógenas masculinas. No solo el pene, sino también el perineo o la próstata. Y ofrecer un tipo de estimulación que conecte con sus preferencias. No todos los hombres buscan lo mismo: algunos valoran la intensidad, otros prefieren una estimulación más suave y progresiva”, asegura. También es importante que el diseño sea ergonómico, fácil de usar y de limpiar. “Muchos hombres valoran la discreción, los materiales de calidad, seguros para el cuerpo y suaves al tacto, y que el juguete sea visualmente atractivo, de aspecto masculino, sin parecer ni infantil ni demasiado clínico. Además, para que un juguete realmente guste y satisfaga, tiene que invitar al descubrimiento, a salir de lo habitual”.

Eichhorn da más claves que hacen que un juguete sexual masculino sea bueno. “Debería ofrecer configuraciones personalizables, como distintos niveles de vibración, modos de succión o funciones de movimiento, para que cada usuario encuentre lo que mejor se adapta a su ritmo y a su cuerpo. Ya sea un masturbador que imita el sexo oral o un juguete diseñado para la estimulación prostática, la sensación debe ser potente y envolvente”, asegura. “Un buen juguete debe ofrecer algo que la mano, por sí sola no puede dar. Ahí está el verdadero salto. Ya sea a través de tecnología de succión, vibraciones, presión interna o estimulación localizada de la próstata, un buen juguete abre la puerta a nuevas formas de placer y demuestra que masturbarse no tiene por qué ser siempre lo mismo”.

Pero mientras tanto, no ayuda a normalizar el uso de juguetes sexuales masculinos el hecho de que la cultura pop no los visibilice. Mientras series como Sexo en Nueva York popularizaron los vibradores estilo Rabbit y la serie Valeria introduce en la trama un succionador de clítoris, los juguetes para hombres están ausentes en la gran y pequeña pantalla. ¿Logrará Harry Styles cambiar las cosas con su último lanzamiento? De momento, no ha dado declaración alguna de sí él lo usa. Eso sí que sería promoción.

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Sobre la firma

Marita Alonso
Redactora especializada en cultura pop y estilo de vida. Licenciada en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid. 
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