Madonna explica lo dolorosa que fue la batalla por la custodia de su hijo Rocco: “De verdad pensaba que era el fin del mundo”
La estrella mundial pensó en “cortase los brazos” después de que su hijo no quisiera regresar a Nueva York y prefiriera irse a vivir con Guy Ritchie al Reino Unido en 2016


Madonna (Michigan, EE UU, 67 años) y Guy Ritchie (Hatfield, Reino Unido, 57 años) se separaron en 2008, pero las cosas entre la cantante y el director se pusieron mucho más feas en 2016, cuando terminaron en los tribunales británicos, primero, y neoyorquinos, después, por la custodia del hijo que tienen en común, Rocco, que entonces tenía 15 años. Ahora la reina del pop ha recordado en un episodio del podcast On Purpose, del autor británico Jay Shetter, el que fue uno de los momentos más difíciles de su vida, cuando incluso contempló el suicidio. “Hubo momentos en mi vida donde quise cortarme los brazos”, confiesa la artista. “Yo, de hecho, contemplé el suicidio. Eso probablemente suena muy raro viniendo de mí porque yo no soy emo, pero pensaba: ‘Ya no puedo soportar este dolor”, confiesa la estrella mundial en la entrevista sobre lo que supuso para ella la batalla contra su exmarido.
Madonna describe ese periodo de su vida como “uno de los momentos más dolorosos, donde no podía pensar en nada que no fuera la batalla por la custodia de Rocco”. “A pesar de que mi matrimonio no funcionara, que alguien tratara de quitarme a mi hijo era como, igual mejor si me matan, eso pensaba”, añade sobre la ruptura con Ritchie, con quien estuvo casada de 2000 a 2008.
En ese entonces la cantante de Vogue o Like a Virgin se encontraba en medio del Rebel Heart Tour y recuerda lo difícil que fue tener que salir al escenario todas las noches mientras lidiaba con temas legales con sus abogados. “Me la pasaba llorando en el suelo de mi vestidor. De verdad pensaba que era el fin del mundo y no podía con eso”, continua la artista y añade que “gracias a Dios”, ya no se siente así.
En 2016, Madonna y el director y productor de películas —que tienen otro hijo en común, David Banda Ciccone Ritchie, a quien adoptaron en 2006— iniciaron una batalla legal después de que Rocco Ritchie (hoy de 25 años) quisiera mudarse al Reino Unido para vivir con su padre. El pleito comenzó en diciembre de 2015 cuando el por entonces adolescente se negó a regresarse de Londres a Nueva York, donde vivía viajando por la gira de Madonna, para pasar las fiestas navideñas con su madre. Un juez intervino y le ordenó regresar a Estados Unidos. En ese entonces, una fuente cercana confirmó a The Post que el adolescente no se llevaba muy bien con su madre. Todo terminó cuando, después de ocho meses, la expareja llegó a un acuerdo y Rocco finalmente se fue a vivir al Reino Unido con su padre.

Es la primera vez en nueve años que la intérprete concede una entrevista, y en ella menciona que quiere “compartir algo con la gente, que básicamente le salvó la vida, la espiritualidad“. Madonna explica que ha tenido un viaje espiritual, a lo largo de los años, que le ha ayudado a superar cada obstáculo y que le ha dejado una importante enseñanza: “Resignificar las experiencias difíciles a lecciones que cumplen con un propósito, en lugar de verlas como castigos”.
En la segunda parte del podcast la artista de Hung Up profundiza en ese viaje espiritual que le ha permitido encontrar la fuerza en momentos difíciles. Desde hace años, el secreto de Madonna para el bienestar es practicar el Kabbalah. Una antigua sabiduría espiritual, tradición mística del judaísmo, y un conjunto de doctrinas esotéricas y teosóficas que buscan interpretar los misterios de Dios, el universo y el alma con el fin de alcanzar una compresión más profunda de la vida.
Jay Shetty, el autor británico, exmonje y anfitrión del podcast, agradeció a Madonna por ir a su programa —al que recientemente también acudió Emma Watson y en donde habló de su relación con J.K. Rowling— y compartió en Instagram: “He admirado a Madonna durante la mayor parte de mi vida: por su valentía, su capacidad de reinventarse, su habilidad para moldear la cultura de una forma que pocos artistas han logrado. Pero lo que me sorprendió en esta conversación no fue el ícono que todos conocemos. Fue la indagadora a la que tuve la oportunidad de conocer. Ha dedicado casi tres décadas a una práctica espiritual que, dice, le salvó la vida”.
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