Ensalada de queso halloumi y nectarinas
Una combinación mediterránea diferente, que va del dulce al picante pasando por la frescura de la mayoría de sus ingredientes

Si pensamos en una ensalada mediterránea automáticamente nos vemos encerrados en la suma tomate+atún+aceitunas y un aderezo donde no falte el orégano. El feta también lo tenemos integrado; pero Chipre nos regala algo menos conocido en nuestros supermercados: el queso halloumi. Es perfecto por su salinidad, color dorado una vez pasado por la plancha y su textura. También absorbe muy bien el aliño y lo mantiene presente. Es contundente, puede sustituir perfectamente cualquier otra proteína animal y su manipulación se basa literalmente en trocearlo y pasarlo por una sartén. ¿Qué más podemos pedir?
Otra virtud de esta receta es cómo de bien aguanta el paso del tiempo sin venirse abajo. La vinagreta es la guinda del pastel y muy importante para alejarla de ser una macedonia: con la cayena, la soja y el limón se equilibra todo. Si en lugar de nectarina tienes a mano cualquier otra fruta de hueso, como melocotón de viña o agua, paraguayas, ciruelas o los ultimísimos albaricoques del año, puedes intercambiarlos sin problema (o poner más de uno).
Dificultad: Encontrar halloumi
Ingredientes
Para 2 personas
Para la ensalada
- 1 lechuga romana
- 225 g de queso halloumi
- 1 nectarina
- 1 pepino
- 5 rábanitos
- 5 dátiles
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Para la vinagreta
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- ½ limón
- 1 cucharada de miel
- 1 o 2 cucharadas de soja
- ½ cucharadita de cayena picada
- Sal
Para decorar
- Un puñado de hojas de menta
Instrucciones
Cortar el queso halloumi en dados grandes y hacerlo a la plancha con dos cucharadas de aceite hasta que están dorados.
Sacar el halloumi y repetir lo con la nectarina.
Cortar cada hoja de lechuga en dos o tres piezas y cortar el pepino, el rábano, la menta y los dátiles sin el hueso en trozos pequeños.
Poner la cayena picada en un bol resistente. Verter dos cucharadas de aceite muy caliente y dejar enfriar.
Añadir el zumo de medio limón, la miel y la soja en el aceite picante. Mezclar bien.
Mezclar todos los ingredientes con la salsa, reservando una cucharada para el final. Servir en un plato, decorar la ensalada con algunas hojas más de menta y la vinagreta reservada.
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