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El creciente interés por el bienestar mental y físico llena las aulas

El aumento del interés por la Psicología y Fisioterapia responde a una sociedad que busca profesionales que ayuden a tratar el exceso de estrés

EXTRA ELIGE TU PROFESIÓN 15/06/2025

Mens sana in corpore sano. Esta célebre máxima latina adquiere hoy un renovado protagonismo en las preferencias universitarias: Psicología y Fisioterapia se han convertido en dos de las más demandadas del ámbito sanitario, impulsadas por un creciente interés social en el cuidado de la mente y el cuerpo.

El grado de Psicología, en particular, no para de crecer. Según el Sistema Integrado de Información Universitaria (SIIU) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en el curso 2023-2024 se matricularon 24.902 estudiantes nuevos, un 21% más que en 2019-2020. En el curso 2024-2025 se ofertaron 26.595 plazas en toda España, superando no solo a otros títulos de Ciencias de la Salud, sino también a grados relacionados con las Ciencias Sociales y Jurídicas. Psicología representa el 36,8% de toda la oferta universitaria en salud, muy por delante de Enfermería (21,2%) y Medicina (12,2%).

El auge del grado ha elevado las notas de corte por encima del 10 y ha impulsado los centros en los que puede estudiarse, que ya alcanzan los 70 entre públicos y privados. El perfil del estudiante es mayoritariamente femenino (77,8%) y aunque predominan los alumnos de 18 años, sorprende que un 29% de los que se matriculan supera los 30 años, muchos ya en activo y en busca de nuevas herramientas profesionales.

Antonio Ferrer, presidente de la Conferencia de Decanos y Decanas de Psicología, señala que este interés creciente no es casual, sino que se aceleró tras la pandemia de covid-19. “La salud mental ha ganado protagonismo en los medios y en el debate público, y eso se traduce en más estudiantes”, explica.

La necesidad de psicólogos es evidente: un 34% de la población sufre algún trastorno mental, pero solo hay seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, lejos de los 20 que se recomienda desde la Unión Europea. Para ejercer en sanidad se exige formación especializada, ya sea vía máster en Psicología General Sanitaria o mediante la residencia PIR, que solo ofrece unas 200 plazas anuales, muy por debajo de la demanda.

Más allá de la psicología clínica, o áreas más tradicionales como la psicología deportiva o de empresa, Ferrer destaca nuevas áreas en auge como la psicología jurídico-forense, clave en casos de violencia de género, custodias o adopciones, o la psicología de emergencias, presente en crisis como el 11-M y, más recientemente, en la dana.

Belén Miquel, psicóloga valenciana con más de 20 años de experiencia en traumas, participó desde el día siguiente a la riada de octubre de 2024 en encuentros online junto a otros profesionales para coordinar la atención emocional a los afectados. Tiene claro que el papel de los psicólogos en estos momentos es esencial, pero también que “se puso de manifiesto la necesidad de una formación específica en emergencias basada en el trabajo con traumas”.

Retos de futuro

La inserción laboral en Psicología mejora progresivamente con el tiempo. Un 50% de los egresados del curso 2018-2019 estaba trabajando al año de terminar, cifra que roza el 70% al tercer año. Para el cuarto, casi tres de cada cuatro ya se habían incorporado al mercado laboral.

Pero el ejercicio profesional no está exento de retos. Ferrer alerta sobre la falta de regulación en ciertos ámbitos, más preocupante que el intrusismo en sí. “En los colegios, por ejemplo, se confunde al orientador con el psicólogo escolar, incluso en situaciones graves como el acoso o la depresión, lo que puede poner en riesgo la atención”.

También la irrupción de herramientas de inteligencia artificial plantea nuevos dilemas. Ferrer advierte que los chatbots “pueden ser peligrosamente complacientes y reforzar conductas autodestructivas”. Aunque se investigan usos útiles, como el triaje automatizado en emergencias, insiste en que “la innovación tecnológica debe ir siempre acompañada de supervisión profesional”.

Miquel concluye asegurando que el atractivo de esta carrera para los jóvenes responde a su necesidad de conocerse, entenderse a uno mismo y a los demás, con unos estudios cada vez más centrados en la neurociencia. “También hay un trasfondo empático, un deseo de ayudar y de construir vidas más justas”.

Más allá del masaje y la camilla: terapias innovadoras

“Siempre tuve claro que quería estudiar una carrera para ayudar a la gente”, dice Paola Castillo, fisioterapeuta en un centro privado. “En el instituto pensaba hacer Medicina, pero en segundo de Bachillerato descubrí la fisioterapia y su práctica clínica encajaba mejor con mi pasión”.
Castillo trata trastornos musculoesqueléticos con terapia manual, punción seca y electroterapia, y es profesora de pilates terapéutico. “Muchos creen que la fisioterapia es solo tumbarse en una camilla, pero existen muchas terapias, y el pilates es una de ellas”, explica. Mientras trabaja, estudia Psicología, demostrando que la antigua máxima latina sobre la conexión entre mente y cuerpo sigue vigente desde que lo afirmara el poeta Juvenal, en tiempos de Trajano.
Como ella, muchos eligen Fisioterapia por vocación. María Blanco, secretaria general del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas, define un perfil: “Jóvenes motivados por ayudar, sensibles a las ciencias de la salud, interesados en el cuerpo y el movimiento, muchos con experiencias personales que refuerzan su elección. También suelen practicar deporte y valoran el enfoque activo y personalizado de la fisioterapia”.
La demanda crece: para 2024-2025 se ofertaron 7.192 plazas, un 3,7% más que el año anterior, con más de 4.800 egresados anuales. Pero la oferta sigue sin cubrir la demanda, reflejada en notas de corte altas (sobre 10,5 en muchos centros) y gran presión sobre los aspirantes.
Fisioterapia no solo atrae por vocación: “Ofrece salidas en sanidad pública y privada, investigación, docencia y gestión”, señala Blanco. El empleo público sigue limitado por pocas plazas, pero el sector privado absorbe muchos profesionales. Además, muchos trabajan en el extranjero, donde su formación es muy valorada.
Blanco destaca la calidad académica: “La carrera está bien estructurada, con un alto nivel y planes actualizados que responden a las necesidades del sector”.
Paola Castillo lo confirma: “La carrera te prepara para el mundo laboral. Las prácticas clínicas en tercero ayudan a cerrar la brecha entre teoría y práctica, pero la fisioterapia es muy amplia, con especialidades como la deportiva, pediátrica o neurológica que se tratan superficialmente en el grado. Por eso, es clave seguir formándose con cursos específicos”.

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