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Cómo acertar al elegir una carrera

Vocación, salidas laborales, capacidades y apoyo familiar, factores cruciales al afrontar el importante dilema académico

EXTRA ELIGE TU PROFESIÓN 15/06/2025
Elena Horrillo

Guillermo Izquierdo estudió Ingeniería Telemática y después de varios años trabajando en ello se dio cuenta de que quería seguir la que siempre había sido su vocación: Medicina. Ahora, este murciano de 37 años acaba de terminar su cuarto año en la carrera sanitaria sin arrepentirse de haber dado el salto. No es el único. Delia Martínez no llegó a terminar Derecho; tras su tercer año, lo dejó y apostó por la Educación Infantil. Según datos del último informe La universidad española en cifras, un 12,4% de los estudiantes cambia su titulación y la mayoría lo hace en el primer año.

“Este aspecto, que tiene muchas lecturas, tiene una importante reflexión sobre las razones que llevan a los estudiantes a abandonar sus estudios, entre las que podemos valorar el sentimiento que no eligió de forma adecuada y, tras conocer la realidad de los estudios, comprobó que no estaban alineados con sus intereses”, explica Elisabet Marina, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicología de Madrid. Para Marina es muy importante que se tenga en cuenta que la decisión de qué carrera elegir, al igual que tantas otras, pueden ser corregidas en caso de error. “Una orientación importante es no ver esta decisión en un todo o nada de éxito-fracaso. No podemos olvidar que, por muy vocacional que sea nuestra elección, siempre habrá algún aspecto del ciclo formativo o grado que no satisfagan”, señala.

Teniendo en cuenta esto, la pregunta crucial sigue siendo la misma, ¿cómo elegir? ¿Deben contar más los gustos o las salidas laborales? “La respuesta no es excluyente, sino integradora”, argumenta Oihana Sagasti, psicóloga colegiada en el Colegio de Psicología de Bizkaia que también trabaja en dos institutos de secundaria. Según Sagasti, deben armonizarse ambas cuestiones y, dependiendo del individuo, unos optarán por dar más importancia a una cuestión u otra. “Al elegir un trabajo estamos eligiendo una forma de vida: estatus, sueldo, vacaciones, lugar, horario, relaciones sociales, calidad de vida, etcétera”, puntualiza José Manuel Martínez, profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación en la Universidad de Almería, quien considera vital valorar bien los intereses para que la decisión se mantenga en el tiempo.

También hay que tener en cuenta las competencias de cada persona. “Metafóricamente hablando, los intereses marcan el rumbo de navegación, mientras que las capacidades serán las que marcarán la potencia y la velocidad”, señala Martínez. Uno de los métodos para unificar todo esto es el ikigai, un concepto japonés que viene a significar algo así como razón de vivir. Se representa con la intersección de cuatro círculos: lo que se ama; aquello en lo que se es bueno; lo que el mundo necesita, y aquello por lo que se puede obtener un salario. El lugar en el que todos confluyen sería el ikigai o el propósito vital. “Es fundamental abordar la elección con un enfoque reflexivo, buscando sintonizar dicha elección con aquello que, para cada persona, constituye el bienestar o la satisfacción vital”, concluye Sagasti.

Ayuda y orientación

Además, existen un buen número de herramientas que pueden ayudar y orientar a los estudiantes. “Instrumentos como el Cuestionario para la Orientación Vocacional y Profesional Explora; el Inventario de Intereses y Preferencias Profesionales (IPP-R), o el Sistema de Autoayuda y Asesoramiento Vocacional (SAAV-R) se utilizan comúnmente para identificar preferencias por campos profesionales”, ejemplifica Martínez. Por su parte, Marina también recomienda “aproximarse a la realidad profesional a través de referentes reales”.

No hay duda de que la elección de un itinerario académico es un momento estresante, por eso es importante que docentes y padres sean un punto de apoyo no solo puntual, sino como un acompañamiento previo. “Este apoyo debe ofrecer espacios de reflexión, fomentar la exploración de intereses y competencias, y transmitir una concepción flexible y realista del desarrollo personal y profesional”, señala Sagasti.

En el caso de los docentes, Martínez aboga por la “infusión curricular”, en la que el profesorado va incluyendo a lo largo del curso contenidos vocacionales y profesionales en el desarrollo de las distintas asignaturas. De esta forma se facilita la exploración de sus intereses, toman conciencia de las materias necesarias para el desarrollo de una profesión y conectan mejor escuela y mundo laboral. “De forma complementaria, desde los departamentos de orientación en los centros educativos se facilitan recursos y herramientas para que los alumnos reflexionen sobre su futuro, conozcan la oferta académica y se acerquen al mercado laboral”, puntualiza Marina.

En el caso de los padres, hay que tener en cuenta que la familia es un agente socializador de primer orden y es clave en este proceso. “Hay que evitar imponer expectativas. Animar, orientar e incluso obligar a que esta decisión vaya a favor de una determinada disciplina resulta totalmente contraproducente”, señala Marina, que hace referencia a la necesidad de fomentar la empatía y de que el apoyo emocional sea incondicional. “Aspectos como las posibilidades económicas, el estatus social, la red de contactos familiar, el nivel educativo de los padres, la preocupación, el apoyo y la implicación de la familia pueden actuar como limitadores o facilitadores”, sentencia Martínez.

“No estás solo”

“Alta exigencia”, “incertidumbre y desconocimiento” o “falta de confianza” son algunas de las definiciones que han dado los expertos consultados sobre cómo afrontan los jóvenes esta decisión. Todos inciden en la importancia del sostén familiar, olvidarse de los “debería…” y quitarle peso a la elección reconociendo que se trata de un primer paso dentro de un proceso flexible que puede redirigirse. Y lo fundamental: recordarles y hacerles sentir que no están solos ante esta decisión. 

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Sobre la firma

Elena Horrillo
Colaboradora de la sección de Extras, El Viajero y Estilo y vida. Inició su labor profesional en la Cadena SER. También ha colaborado con las revistas Icon, Buenavida y Traveler. Es licenciada en Sociología por la Universidad de Salamanca, tiene un doctorado en Análisis Político por la UPV/EHU y cursó el Máster de periodismo EL PAÍS.
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